La noche que disfrutamos en el Rock in Rio Tea | GR76


Crónica festival Rock In Rio Tea 2016

The Shoubinhas Experience, Julián Maeso, Los Labios, Baby Jane, The Trunks y Yakuzas llenaron el parque de la Feira Bella de buena música por los cuatro costados. 

Sábado 2 de julio en el Parque da Feira Bella, Ponteareas

Este año finalmente podríamos acercarnos hasta Ponteareas y así de este modo poder disfrutar in situ de Rock In Rio Tea. Un festival de música en directo, gratuito y que tiene lugar en el  Parque da Feira Bella, un pequeño recinto en medio del pueblo donde se encuentra un coqueto anfiteatro entre una zona arbolada, que la organización adapta de modo atractivo, hasta hacerlo acogedor tanto para  músicos como para un   público deseoso de fiesta y rock&roll.

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Nada más cruzar la entrada nos encontramos con The Shoubinhas Experience cogiendo posición sobre el escenario. Con sus primeros temas apenas había público, pero la música parecía ir atrayendo poco a poco a esos transeúntes que deambulaban alrededor del parque. Es a mitad del concierto cuando una ya razonable cantidad de asistentes provocan que la banda viguesa se sienta arropada y de algún modo, es la causa inspiradora para que  a partir de ese instante su música vaya cogiendo fuerza. De su concierto, me  quedo con ese homenaje a los Sugar Mountain, donde Laura Solla nos ofrece un bonito solo de guitarra mientras Ernesto le arropa con su Fender, al mismo tiempo que algunos nostálgicos recordamos aquellos finales de los 90. Entre temas propios, como ese «Over And Over» que no me cansaré de elogiar, nos deleitaron con una buena cover del «Whipping Post» de los Allman Brothers, donde los teclados de Peter nos volvieron a cautivar entre sutiles arreglos de cuerdas. También nos presentaron dos temas nuevos, uno más Soul y otro mucho más contundente donde los tambores de Piru marcaban el inicio con un ritmo tribal al cual daría continuación el bajo de Ruby y tras cuyo inicio, a lo largo de la canción viviríamos buenos solos de ambas guitarras en una continua interlocución, donde también tendrían cabida nuevamente los teclados y por supuesto la voz desgarrada de Mario. En resumen, un buen concierto de una banda que va cogiendo cuerpo y en la cual solamente con pulir algunos detalles creo que pueden dar mucho de que hablar.

Tras The Shoubinhas Experience nos tomamos nuestro merecido descanso. Desde la barra con una buena cerveza casera, vimos la actuación de la banda local Baby Jane. Buenos músicos, hermosa voz,  que hicieron vibrar a amigos, familia y desconocidos, seguidores de sonidos Pop e Indie.

22815342_1531947943538874_5444506594883158094_nPero claro no es mi estilo, ni mucho menos, así que tras las numerosas conversaciones y correspondientes tragos de amistad, bajamos los escalones del anfiteatro para buscar una posición intermedia y así desde una prudencial distancia observar tanto a Julián Maeso como el público, ese que poco a poco abarrotaría gran parte del anfiteatro. Desde este rincón vemos cómo Maeso coge posiciones y se sienta ante dos teclados a la derecha del escenario, desde allí a su izquierda podía ver la batería, justo delante de ella ligeramente a su izquierda el bajo y la guitarra y frente a ellos las dos coristas. Todo parecía puesto de modo estratégico, y poco después nos dimos cuenta, la banda está colocada de modo que Julián pueda tener percepción de cada músico, a los cuales durante todo el show irá dando las correspondientes indicaciones. No puedo olvidar su cara cuando con el puño apretado da la seña para que Pere desgarre literalmente las cuerdas de su guitarra, en uno de los momentos más grandiosos de la noche. Esa jam de más de 13.00 minutos, uno de los nuevos temas que posiblemente aparezcan en su próximo disco y que a todos los allí presentes nos dejó literalmente asombrados.

Pero antes de esa indescriptible jam ya nos habían soltado 40 minutos prácticamente sin pausa. «Leave It In Time», «Someday Maybe Someday», «I  Must Have Been Dreaming»… Cada tema sonando más fuerte que el anterior, donde incluso las coristas fueron cogiendo el protagonismo merecido, porque esas dos voces negras fueron el perfecto respaldo a un Julián cuya garganta parecía estar por momentos deseosa de un merecido descanso. Una ligera afonía que por cierto muchos ni si quiera la apreciaron, pero que era sobre todo evidente cuando se esforzaba para llegar a los tonos más altos y que quedó patente cuando tras ciertos problemas con el amplificador, decide dejar la guitarra atrás y acercarse al borde del escenario cantando a cappella mientras el resto de músicos lo acompañaban en otro momento de pura improvisación. Instante que posteriormente vendría acompañado de un slide guitar, donde el propio Julián nos sorprendería con una buena base de distorsión y dirty blues.

Estamos ante uno de los mejores músicos del panorama nacional, solamente tienes que escuchar ese temazo  «A Hurricane Is Coming» o la coreada «It’s Been A Hard Day», para saber de lo que te hablo.

22791734_1531948003538868_3417470591208351925_oPero además él se hace acompañar por lo mejor que se encuentra por el camino. Si esas dos voces femeninas nos robaron el corazón, no serían en menor medida el nuevo batería y el bajista, ambos dieron una lección magistral de cómo mantener la contundencia y el ritmo desde inicio a fin, al mismo que disfrutan con la música. Mención aparte ese inseparable compañero de viaje, Pere. Un guitarra que a pesar de estar oculto en el escenario, volvió a brillar con luz propia sobre todo cuando Julián le daba cancha libre para improvisar y jugar con distorsiones, punteos y slides… Personalmente soy de los que creo que son dos piezas inseparables, ambos se entienden a la perfección, además Pere tiene algo especial, es capaz de destacar por encima de todos en el momento preciso, pero después sabe el lugar que ocupa y aporta justo lo necesario para que el resto de la banda suene compacta dejando el lugar privilegiado al creador de todo lo que estamos escuchando en ese instante, Julián Maeso. Ese hombre de mirada seductora que deambula sigilosamente en cuanto se baja del escenario, en busca de un merecido minuto de soledad. Ese mismo que cuando de sienta frente a sus teclados (echamos de menos su viejo Hammond) es todo elegancia, sutileza y al mismo tiempo pura pasión.

Tras Julián mis pensamientos solamente rondaban un nombre… una y otra vez: Maeso. pero era el momento de otra dosis de sonidos Indies y The Trunks se apoderaban del sonido en el segundo escenario. Increíble ver el recibimiento y como siguen e Ponteareas a esta joven banda recientemente galardonada por el propio jurado del festival en un previo concurso de bandas. Si te apasionan bandas de ese universo sonoro ya sabes, no olvides su nombre: The Trunks.

22829484_1531948076872194_8726934793044748069_oYo lo tenía muy claro, mi siguiente objetivo eran Los Labios. Tenía ganas de rock y de desmadre y sabía justamente lo que la banda sevillana me iban a ofrecer, ah y no me defraudaron. Sammy Taylor es un puñetero showman, con infinidad de gafas de colores, gorras, camisetas, pañuelos .. que iría poniendo y quitando durante todo el show. Un concierto lleno de recuerdos a los Stones e incluso a bandas como mis admirados Diamond Dogs (salvando las diferencias). Buena puesta es escena, rock&roll sucio con guitarras afiladas que por momentos recorren los abismos de los mismísimos de esos acordes y punteos creados por AC/DC y un Taylor constantemente tirado por los suelos y agarrándose al micro entre mil posturas que  te hacen revivir los años más salvajes de esa Iguana llamada Iggy Pop.

Casualmente los teclados de Maeso permanecían en el escenario, y mira por dónde en la parte final del show compartiría escenario con la banda sevillana en uno de los momentos mágicos de la noche. Cosa que por cierto volvería a repetirse en el bis de la única banda que saldría por segunda vez a las tablas. Temas de rock&blues entre momentos de pura improvisación que unieron a las dos mejores bandas de la noche.

Ah sí, es cierto… tras Los labios a altas horas de la madrugada, en el escenario pequeño atacaban los Yakuzas, banda madrileña que no dejó indiferente a nadie, incluso a este que apenas vio medio hora de su show desde la lejanía, antes de partir hacia su humilde morada. Rock, punk, juventud, derroche de energía y en definitiva mucho desmadre, pero con buen hacer.. Una banda a la que seguir los pasos y que esperemos ver pronto en un horario más acorde con nuestra vida cotidiana. Este sería el único pero de mi parte sobre el festival, porque a día de hoy no entiendo la necesidad de hacer los conciertos tan tarde cuando el día es tan largo. ya sé que es parte de nuestra cultura, pero también creo que es el momento de cambiarla.

Por el resto, todo perfecto a pesar de ciertos problemas de sonido con Julián Maeso que sobre todo el le parte final del concierto no nos dejó disfrutar como nos gustaría. Solamente podemos dar las gracias a los que se curran un festival de estas características y que además se arriesgan a tirarse de cabeza sin saber cómo terminará saliendo todo.

Desde GravelRoad76 le deseamos larga vida al Rock In Rio Tea. Pero para terminar este crónica, mejor dejaros con una pequeña dosis de lo que vivimos esa noche.

 

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