The Buttshakers: “Arcadia” | GR76


Toda expresión artística debería optimizar los principios de su concepción, continúe caminos instaurados o inspeccione nuevos territorios, ya que el desarrollo y evolución ha de ser una constante a tener en cuenta. En este aspecto siempre habrá un grupo de escépticos campando a sus anchas dinamitando todo aquello que, siempre según su criterio, no contenga pintorescas novedades o vanguardistas ensayos. Todo está inventado, que se escucha a diestro y siniestro. No descubren nada nuevo, la coletilla que monopoliza esos análisis. Más de lo mismo, un recurso fácil y tremendamente injusto con los creadores. Podríamos continuar con toda una serie de inconformismos un tanto repetitivos y bastante desafortunados (bajo nuestro punto de vista, claro), pero no es cuestión de comenzar una batalla que de antemano tenemos perdida, así que seguiremos nuestra lucha ciñéndonos al cometido de nuestra disertación, que no es otra que “Arcadia”, el quinto disco del combo galo The Buttshakers, eso sí, liderado por la cantante de Misuri Ciara Thompson. Repiten experiencia con la compañía Underdog Records en este inicio de década que difícilmente podremos olvidar y… Descuide usted, pues no vamos a mencionar el desbarajuste mundial. Ya hemos tenido (demasiado) tiempo para ello, y seguramente la gente esté saturada de tanta adversidad. Punto y aparte.

Como decíamos anteriormente, y uniendo todos los silogismos en un mismo argumento, en ese terreno donde circulan en paralelo la ambigüedad o la perseverancia, la coherencia o el menoscabo, podríamos encontrar unos cuantos estándares que nos proporcionaran cierta credibilidad. Entre ellos, esta formación que se nutre de nociones y metamorfosis de la música afroameriana generada en ambientes bailables, en ambientes espirituales o en ambientes subterráneos: el Soul. Y dentro de ese epígrafe, distintos apartados como el Funk (“Keep On Pushing”), el Groove (“Go On”), el Rhytm&Blues (“Gone For Good”), incluso influjos de Acid Jazz (“Daddy Issues”); todo válido para articular canciones que alientan el alma e impulsan el latido del corazón, pues su recetario lírico y melódico está lleno de la misma vitalidad que orbitaba en el universo Stax. Epístolas de expiación, sentimentales cartas de amor, sanciones a la sociedad y por supuesto, inercias para danzar y danzar sin cesar con la mente y las caderas. La apertura de este volumen, “Back In America”, al igual que su continuación, “Not In My Name” o “Hear Me” son claros ejemplos de esa temática crítica tan presente y tan necesaria en estos tiempos de corruptelas, engaños e ignominias donde continúan aún las execrables problemáticas del racismo, la violencia machista, las barreras sociales, los conflictos religiosos, las penurias, catástrofes y… En fin, punto y aparte otra vez.  

Aparte de ese reivindicativo predicado, Ciara Thompson y sus compañeros demuestran un gran olfato para fabricar canciones que refrendan sus inquietudes, dejando de manifiesto su querencia por la música Soul en general. No encontramos (ni encontraremos en su discografía) algunas que se desliguen de ese concepto embrionario, pues la decena de composiciones tiene como nexo común una prosopopeya característica, la orquestación precisa y un tratamiento rico en cuanto a recreaciones y arreglos de cada uno de los integrantes, a saber: Sylvain Lorens a la guitarra, Jean Joly con el bajo, Josselin Soutrenon en batería y la colaboración de Léo Ouillon con saxo y flauta, Simon Girard con el trombón, Aurélien Joly a la trompeta, Pierre Vadon al órgano, Grégory d’Addario en las percusiones y Cindy Pooch más Célia Kaméni en los coros, materializando un trabajo en el que la voz de Ciara se amolda perfectamente con la sensualidad de los metales, el carácter de la guitarra, el grosor rítmico o o el impulso de los coros y teclados. Un orgánico elepé que no debería pasar desapercibido no solo para los amantes del género, sino para el público en general. Hasta se pueden adivinar ciertas influencias Reggae en la serenata psicodélica “Night Crawl” y resolutivas combinaciones en “Pass You By”, un compendio de virtudes y patrones que en casi cuatro minutos de duración demuestra la extraordinaria capacidad de abstracción de unos Buttshakers que en “Never Enough” se gustan y disfrutan de lo lindo entregando irresistibles minutos de pasión. En definitiva, y en todas las direcciones y sentidos, la misión de “Arcadia”, su nuevo tratado. Punto y final.

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