No vamos a entrar en discusiones o inquisiciones sobre el asunto, porque hemos dedicado diecinueve (curioso, como el maldito bicho) meses para sacar a relucir todo un arsenal de cuestiones, enfrentamientos, teorías, licencias, improperios e indiferencias, y la práctica totalidad del entramado cultural en cualquiera de sus vertientes ha sufrido, digerido, afrontado o entendido esta anomalía como ha podido o le han permitido. Vale, personalmente también hemos utilizado el monotema como estratagema para diálogos o redacciones, pero tendremos que ir valorando la posibilidad de ir disminuyendo referencias a lo sucedido en nuestros discursos, teniendo en cuenta además que el desenlace podría rozar su ocaso. Afortunadamente y aunque no podemos controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, hemos podido comprobar que estos últimos días han aflorado las programaciones de conciertos de todo tipo en norte, sur, este y oeste, lo cual es una excelente noticia. ¿Que seguiremos un tiempecito con la cantinela de la mascareta? ¿Que las butacas seguirán siendo el caballo de batalla? ¿Que los auditorios continuarán con números de asistencia limitada? Sigamos con el rock and roll.
En ello están involucrada la gente de la agencia bilbaína HeyHeyMyMy, por ejemplo. Hay otras más, sí. Pero en este momento nos referiremos a ellos y al concierto que hay programado para el primero de octubre en la Sala Santana 27 de Bilbao, otros que no han bajado los brazos manteniendo una línea bastante regular durante esta temporada. Han organizado en su casa algunos tinglaos si bien han debido posponer otros, y esperemos que se vayan suavizando las restricciones que traen de cabeza a la afición. Pues bien, otra muestra de voluntad por ambas partes es la reunión de dos bandas bizkainas en el escenario el próximo viernes a eso de las 21:00 horas: los jóvenes Wicked Wizzard y los más curtidos (jóvenes también son) Cordura. Dos excelentes representantes de la escena local en cuanto a postulados psicodélicos, macizos paramentos, progresivas estructuras, gaseosos sonidos o desérticas avenencias.
Los primeros tenían grandes ilusiones depositadas en el veinte veinte tras acabar vencedores en la edición anterior del concurso internacional Villa de Bilbao, pero parte del premio que debían recoger en el Azkena Rock Festival quedó en modo standby (lamentablemente el concurso ha sufrido algo parecido). El año que viene lo recogerán. Asimismo, “Warlords Of The Dark Realm”, segundo trabajo editado ese mismo año, tampoco pudo lucir en directo como ellos habrían querido, y eso habrá sucedido en contadas ocasiones, porque ha sido un tiempo complicado para el sector. Muy complicado. Sin ir más lejos la fecha oficial de su presentación tuvo que ser pospuesta, y unos pocos (bueno, ciento uno, el número permitido) pudimos asistir con unos meses de rémora, con las limitaciones, los bozales, las butacas y las distancias, convirtiéndose en nuestra primera experiencia en esta tortuosa odisea. Pero los chicos no cejaron en sus intenciones, y a principios de año decidieron captar su nervio en una sesión grabada en su cueva. Posteriormente fue compartida en Youtube, demostrando casta y compromiso.
La gran diferencia con sus partenaires es, aparte del uso de teclados, sus respectivas formaciones (terceto y cuarteto) y el número de discos editados, el idioma. Wicked Wizzard se expresa en inglés mientras Cordura utiliza el castellano. En su curriculum, estos últimos tienen una buena colección de escenarios, ciudades y garitos que les han proporcionado buenas estimaciones y juiciosas opiniones por parte de quienes han tenido la oportunidad de verles un par de veces. Y decimos un par porque quien va, si puede y tiene oportunidad, repite. Las crónicas de sus conciertos hablan de una banda compacta y cósmica en cuanto a una propuesta musical que atrapa al personal no solo por sus impactantes combinaciones y su frenético ritmo, sino por los introspectivos mensajes que llevan al personal a una cuarta dimensión. Y esas mismas impresiones las podrías tener escuchando cualquiera de sus canciones que tienen rubricadas en una compilación dividida entre su debut y “Ruta Suicida”, su última aportación hasta la fecha. Sin embargo, el directo tiene una atractiva particularidad. El directo tiene embrujo, y si por medio están Wicked Wizzard o Cordura… Cabeceo circular asegurado.
Recordamos que el acceso al recinto se permitirá media hora antes del horario de comienzo, y los tickets están disponibles en las plataformas habituales a un precio de 10€ en su venta anticipada y 13€ en taquilla.