Viernes 26 de abril de 2019 en Fnac Bilbao, Bilbao
El pasado viernes los getxotarras McEnroe abrieron las sesiones de presentación de BBK Music Legends Festival en el fnac Bilbao frente a un buen número de seguidores y/o curiosos que no dudamos saldrían del lugar con un buen sabor de boca, pues Ricardo Lezón y sus compañeros demostraron temperamento y condición en las distancias cortas. En esta proximidad el peso del artista se adivina, se comprueba la naturaleza de su obra y podemos acreditar su genio e ingenio. Afortunadamente la oferta del botxo en cuanto a actos un tanto más recogidos es tan fecunda como los que reciben mayor cantidad de público, y la variedad de programaciones en este aspecto convierten a Bilbao y alrededores en una valiosa localización, no en vano ese mismo día había una serie de interesantes propuestas de rockanroll. Serán los tiempos, será la situación, serán las circunstancias, será el contexto o serán las distancias, lo cierto es que llevamos un largo período de abstinencia musical salvo contadas excepciones, y el hecho de disfrutar de estas iniciativas de pequeño formato nos resulta un tanto más estimulante que otras de indudable notoriedad. Y si a eso le añades la excelente idea de contar para estas funciones con gente de la escena local como McEnroe, Garbayo, Rosebud, Brand New Sinclairs, Gonzalo Portugal, Bakelite y William Gutiérrez (que semanalmente irán apareciendo), la elección es sencilla. Eso mismo debió pensar parte de los asistentes que en buen número se reunieron en el céntrico local, ya que podríamos hablar de una más que decorosa imagen la lograda, petando desde minutos antes de la hora establecida el rincón destinado a actividades de esta índole.
No solo se presentaba o se promocionaba la próxima edición del festival, sino que Ricardo Lezón (guitarra acústica y voz), Pablo Jaen (bajo), Jimmy Arteche (teclados) y Edu Guzmán (batería) hacían lo propio con su nuevo trabajo editado por Subterfuge Records. Bueno, en realidad se trataba de una ocasión especial para comprobar el comportamiento en directo de las canciones de “La Distancia”, como se encargó de indicar durante la actuación un Lezón que por algunas (ligeras) confusiones pidió perdón. Pecata minuta. Este hecho fue algo puntual (por algo llevan entre distancias y cercanías más de tres lustros en el negocio), en todo momento se les vio motivados, compactos y capaces, sabedores de que tienen un buen ramillete de canciones por defender. A buen seguro lograron algún nuevo simpatizante. Su intervención se centró en este reciente disco del que interpretaron cinco de sus canciones, cinco bellas historias de amor y distancias, barreras y espacios, huidas y refugios desde la preliminar “Seré Tú” hasta “La Distancia del Lobo” pasando por las nebulosas pop de “La Vereda”, donde la inconfundible voz del caballero entre el sollozo y la felicidad, entre el recitado y la modulación consiguió atrapar al oyente, mientras la nostalgia vertebradora de “Asfalto (Libres los Animales)” permitió intuir tímidos coros y esporádicos taconeos. Para el final tenían reservado un obsequio relevante con los soplos americanos de la espléndida “La Electricidad”, más conocida puesto que data de su penúltimo “Rugen las Flores” de 2015. En ese adiós se pudo escuchar alguna exclamación de sorpresa o bienestar, y más tarde fue premiado por el público presente con una merecida ovación destinada a treinta condensados minutos de poesía floreciente y bella melodía pop, exponiendo con orgullo el ADN de un sentimental cancionero que, a pesar del injusto sambenito que le han colgado desde varios flancos, está preñado de romanticismo, tenue y pesado como el pop o el rockanroll. El rockanroll es diverso, el rockanroll es amplio y el rockanroll es un robusto árbol de profundas raíces, frondosas ramas y hojas que florecen constantemente en primavera. Esta primavera McEnroe vuelve a florecer.