Domingo 10 de mayo de 2015 en Salason, Cangas
Cada visita de The Muggs termina siendo una gran fiesta. Esta era la tercera noche con nosotros desde aquel 2012, parece que fue ayer cuando comenzamos a colaborar organizando bolos en Cangas, pero los años pasan y gracias a bandas como The Muggs uno puede volver a recordar aquellas maravillosas veladas rockeras donde un puñado de buenos amigos disfrutaban haciendo lo que más les gusta, apoyar a esas bandas que cruzan el charco y disfrutar con ellas hasta el amanecer.
Cuando hablo de The Muggs no puedo dejar de recordar esa primera vez que me encontré con Danny cara a cara en el paseo marítimo de Cangas; venía acompañado por mi colega Berto de buscar medicamentos para su maltrecha garganta. Danny estaba literalmente afónico y con sus cuerdas tan irritadas que al poco que hablaba sentía como sin un puñado de cuchillas le estuvieran rasgando por dentro. Nos saludamos con signos, nos abrazamos, seguimos el camino a la sala donde hizo una prueba de sonido en apenas 5 minutos y nos fuimos a cenar… Estábamos preocupados, pero Danny no dejaba de sonreír y en parte eso nos tranquilizaba, así que llegó la hora del concierto y de repente aquella garganta dolorida comenzó a cantar algunas canciones, el 90% del show sería instrumental, Danny lo tenía clarísimo, si sus cuerdas vocales no podían cantar lo haría con su guitarra… Esa noche The Muggs nos robaron un trozo de nuestro corazón, desde aquel día no podríamos dejar de pensar en su siguiente visita.
El pasado día 10 de mayo teníamos una nueva cita con ellos, ya llevábamos meses hablando desde la distancia sobre este día, recordando aventuras pasadas y deseosos de volver a encontrarnos. Al llegar a la sala ya estaban montando el equipo, fue justo en ese momento, al vernos después de dos años, cuando me dí cuenta de que el tiempo parecía no haber pasado por nosotros, tenía las mismas sensaciones que en aquel lejano 2012, las mismas sonrisas, la misma inquietud por tocar y sobre todo la misma humildad y sinceridad… pero con una diferencia: la garganta de Danny en esta ocasión estaba en perfectas condiciones.
La noche se presentaba interesante, poco a poco el público habitual y alguno que otro primerizo, fue llegando a la sala, unas 80 personas se encontraban frente a los tres de Detroit cuando comenzaron a sonar “Slow Curve” y “Just Another Fools” de su disco “On with the Show”. Con estos dos primeros temas los allí presentes ya estaban desbocados y todo terminó saltando por los aires cuando Danny sosteniendo y dando un largo trago a una cerveza, comenzaba con su mano izquierda a rasgar las cuerdas, de repente nada más apoyar la birra sobre el escenario suelta los acordes de “I Take What I Want”, creo que ese fue el punto donde todas las posibles dudas sobre la garganta de Danny se esfumaron de mi cabeza… Todd también dejaba claro desde ese instante que iba a aporrear los tambores hasta que sus manos terminaran doloridas (como así me lo confirmó nada más terminar el concierto).
La ausencia de aire dentro del local aumentó por momentos la sensación de hervidero, un olla a punto de explotar en cualquier momento la cual se refrescaba a base de cerveza fría, sudor salpicado por doquier y alguna botella de agua que caía sobre nuestras cabezas para refrigerar unos cuerpos a los cuales poco les faltaba para llegar al punto de ebullición. Danny con su cinta de tenista en la cabeza para evitar la caída del sudor sobre sus ojos, creo que ya presagiaba lo que se le avecinaba, sobre todo cuando nos iban a golpear con uno de sus temas más psicodélicos, ese fantástico “6 To Midnite”, donde los cuerpos en primera fila comenzaron a balancearse cual almas poseídas mientras sus cabezas no dejaban de sacudir una y otra vez hacia todos lados sin descanso… si no recuerdo mal instante en que Danny termina cabalgando sobre los hombros de algunos penitentes.
40 minutos después del primer acorde comienzan a sonar las canciones de su nuevo y fantástico disco “Straight Up Boogaloo”, disco mejor producido de The Muggs hasta el día de hoy, en el cual vuelven a las raíces del blues para darles su toque personal embriagando cada una de sus canciones con una buena dosis de psicodelia y aires setenteros.
“Aplecart Blues” sonó como si un Concorde estuviera volando sobre nuestras cabezas. Y así cada uno de los nuevos temas nos irían perforando minuciosamente los tímpanos hasta que de repente Tonny comienza a hacer algunos sonidos fantasmales mientras su bajo retumba en toda la sala, era el momento de cerrar los ojos y dejar que nuestras mentes se adentraran en un mundo paralelo, en ese túnel del tiempo a ninguna parte de la maravillosa “Blues For Mephistopheles”.
Imposible olvidar el final de la primera parte del concierto con ese “Need Ya Baby”, en ese instante la primera línea de combate estaba totalmente descontrolada, algunos cuerpos desfilarían sobre las cabezas de los presentes mientras Danny no paraba de saltar de un lado al otro armado con su guitarra, mientras Todd seguía aporreando su batería como en el primer minuto al mismo tiempo que su cabeza parecía dislocarse por momentos… y Tony.. waw … ¡que puedo decir de Tony…! Es uno de esos músicos indescriptibles, no paraba de moverse en su asiento mientras marcaba el compás a seguir por sus dos compañeros, siempre cabizbajo levanta solamente su mirada para soltar una sonrisa o dar un nuevo trago a ese chupito de bourbon, una y otra vez sobre él solamente podría dedicarle elogios…
The Muggs nos habían deleitado con un concierto lleno de energía, tanta que nosotros estábamos literalmente tirados por los suelos. Nos habían ofrecido hasta una cover de Black Sabbath en medio de un repertorio que abarcaría toda su extensa discografía incluyendo su último álbum. Entre murmullos muchos creíamos que ya era suficiente, pero de algún lugar recóndito sacaríamos un último respiro y los “oés” y los aplausos terminarían inundando todo un local deseoso de más, de más rock&roll. Y sin duda fuimos recompensados con dos nuevas apariciones donde podríamos disfrutar con una hermosa cover de John Lee Hooker y tras los agradecimientos de Tony a un público 10, nos darían una nueva sacudida 100% The Muggs con la cual terminaríamos derrotados y rendidos ante una de las mejores bandas de rock del nuevo siglo.
La noche terminó con nuestros cuerpos doloridos, entre despedidas y promesas de futuros reencuentros. Ahora tras recordar esa noche solamente puedo decir una cosa. FOREVER THE MUGGS.
Fotos: José García
Si mis palabras no fueron capaces de reflejar lo sucedido en ese concierto, aquí tienes un par de vídeos donde con tus ojos podrás ver parte de lo que se vivió la tercera noche de The Muggs en Cangas.