El pasado sábado día 4 nuestro rincón del rock se llenó casi por completo, como pocas veces ha pasado desde que emprendimos esta sana tradición que es la música en directo. Y era de esperar, pues nos visitaba Robert Jon & The Wreck, una excelente banda de Southern Rock proveniente de California que viene una vez más de la mano de Teenage Head Music y sus fantásticos managers.

Estábamos avisados. Todo el mundo que había vivido su directo nos contaba maravillas, y no es para menos. Así que, quizá pecando de precavidos, nos hicimos con las entradas días antes. Por nada del mundo íbamos a perdernos uno de los conciertos del año. Los californianos no se hicieron esperar mucho, puesto que la sala estaba rozando el sold out. Cerveza en mano, ocupamos la primera fila con intención de no perder detalle alguno. Toman posiciones mientras la sala aplaude y grita, conscientes de lo que se avecinaba.

“Rhythm Of The Road” fue el tema elegido para romper el hielo y acabar con los murmullos de los asistentes, que estaban impacientes por escuchar a estos chicos en directo. Kristopher Butcher pronto hizo gala de su increíble destreza a las cuerdas dejándonos boquiabiertos ya en el primer tema de la noche. ¡Este chaval debe haber hecho un pacto con el diablo o algo parecido! Robert Jon Burrison, frontman de esta perfecta formación, nos enganchó a todos con su bonita voz, dulce y rota a la vez, y su imponente presencia sobre el escenario. Una de las piezas más importantes del puzzle, ese puzzle perfecto en el que cada pieza encaja al milímetro. Temas de sus dos trabajos “Rhythm Of The Road” y de “Glory Bound” se iban alternando de forma que las canciones melódicas precedían a los temas más eléctricos y viceversa, creando una montaña rusa que no nos daba tregua. Una noche demencial.

Nos dejamos llevar por “The Devil Is Your Only friend” y nos arrancamos a bailar desde el minuto uno con “Blame It On The Whiskey”. Cantamos como locos con “Steppin’”, ”Georgia Mud” y “Gypsy Of Love”. Robert se acercó a la primera fila y nos pidió que colaborásemos con él en “Don’t Let The Fire Burn Out”, que todos coreamos con fuerza y donde Andrew Espantman tocaba cuál poseso y apenas podía quedarse sentado tras su batería. Sin duda es el combustible, quién reaviva la llama cuando el cansancio se hace patente en momentos muy puntuales entre los miembros de la banda. Dave Pelusi, pese a no ser el bajista habitual de la banda, estuvo sobradamente a la altura siguiendo el ritmo de ésta locomotora llamada Robert Jon & The Wreck y pasándoselo en grande. Cada final de canción se fundía con silbidos, aplausos y ovaciones en masa.

Además de volar nuestras cabezas con temas llenos de energía y alto voltaje, también nos deleitaron con canciones como “Let Her Go”, de nuevo coreada por todos y la preciosa “Mary Anne”, la cual nos sumergió en una apacible, breve y mágica atmósfera que dejó anonadados a los asistentes. Y en la que, por supuesto, Steve Maggiora consiguió transportarnos a otra época, a miles de millas de aquí con el sonido de su teclado. En ocasiones levantaba el teclado mientras seguía tocando. ¡Incluso llegó a tocar el teclado con la mismísima cabeza! Menuda actitud la de estos chicos, encima y debajo del escenario. No dejan nada que desear. También tocaron algunas versiones de temas tan conocidos como “The Chain” de Fleetwood Mac y “Midnight Rider” de The Allman Brothers, la cuál fascinó a toda la sala.

Los primeros acordes de “Cold Night” sonaban, y nos mirábamos entre nosotros entusiasmados, pues era uno de esos temas que no podía faltar aquella gran noche. Ese tema que todos necesitamos escuchar en directo, ese tema que toca hueso. Esos riffs al más puro estilo “Jessica” de nuestros adorados Allman Brothers y ese piano encajando a la perfección nota tras nota creando la melodía perfecta. Cuando pensábamos que estos chicos no podían sorprendernos más de lo que ya lo habían hecho aquella noche, suena “Glory Bound”. Todos esperábamos que Robert tomase las riendas, pero en este caso fue Kristopher quien cantó este tema, y lo hizo maravillosamente bien. ¡Preciosa voz la de este chaval! No pasó en absoluto desapercibida para ninguno de nosotros.

En definitiva, una grandiosa noche con una increíble banda que va a ser muy difícil de superar. Han dejado el listón por las nubes. Estos chicos en conjunto son un potente motor que funciona suavemente, sin necesitad de forzar nada y con el rodaje más que hecho. Se compenetran a la perfección y además, todos y cada uno de ellos se lo pasan en grande encima del escenario, lo cual se contagia rápidamente entre el público. Por no mencionar lo agradecidos que se mostraban cuando nos acercamos a saludarles tras el concierto. La actitud y la calidad de estos chicos marcan la diferencia. Un concierto altamente recomendable. Me gustaría poder transmitir fielmente lo vivido, pero aunque escribiese mil líneas con todos los detalles, es imposible expresarlo con palabras.

Haceos un favor y no les perdáis de vista que, con un poco de suerte, podremos tener la oportunidad de disfrutarles de nuevo el año que viene. Millones de gracias una vez más a Teenage Head Music y a nuestros promotores por traernos a estas grandes bandas a Barcelona. De no ser así, no podríamos disfrutarlas de ninguna otra forma.

¡Robert Jon & The Wreck, señoras y señores! ¡Increíbles!