Tal vez los dedos de las manos no sean suficientes para contar las veces que hemos podido presenciar un concierto de los chicos, y seguramente las palabras de elogio, satisfacción y agradecimiento se repitan de tal manera que comencemos a resultar cansinos. Nada más lejos de nuestra intención. A lo largo de estos años de andadura Quaoar ha demostrado ser una formación profusa y profunda, con armas suficientes para encandilar al público de muchas vertientes, con diferentes gustos musicales y amantes del rock and roll sin etiquetas.
Quizás sean sensaciones difíciles de explicar, podríamos hablar hasta de cuestiones espirituales, porque para uno el rock es, aparte de un estado de ánimo, una cuestión espiritual. Unos días te encuentras apagado y recurres a la melancolía de una voz quebradiza, y otros te levantas eufórico y en tu cabeza no dejan de sonar contundentes melodías. Eso es Quaoar. Cinco amigos que decidieron montar una banda de rock donde aglutinar sus inquietudes, pasiones y deseos. Eso es “Dreamers. Dreaming”. Su sueño hecho realidad.
Tras el concierto ofrecido en la sala BBK el pasado 17 de marzo teníamos muy claro que algo había que hacer, teníamos que hablar de lo sucedido, de la continua sensación de hormigueo cada vez que Josu o Hugo arrastraban a la masa con sus explosivas guitarras, la contundencia y elegancia de Bjorn con las baquetas, el incansable ritmo de Aitor con las cuatro cuerdas y el carisma de Iñigo con el micrófono. Unas cuantas veces hemos hablado sobre ellos, y hoy será diferente. Serán ellos quienes lo hagan. Nuestro agradecimiento por la atención prestada, teniendo en cuenta que se encuentran en plena ebullición presentando su último disco en innumerables ciudades como Madrid o Bordeaux. Al habla, Aitor.
Hablemos de las raíces, el origen, su formación, las razones que os impulsan a formar una banda de rock y porqué el nombre de Quaoar.
“Las raíces, el origen… Es muy sencillo y al mismo tiempo enrevesado. Empezamos muy jóvenes con el mismo sueño que todo adolescente que da sus primeros pinitos, hacer algo grande en la música y triunfar por todo lo alto. En inicio Quaoar distaba mucho de ser ‘una banda de rock’, pero ha ido evolucionando hacia lo que somos ahora. Los miembros tenemos gustos muy variados, algunos en común y otros muchos no, supongo que es en parte el secreto de nuestra fórmula. Congeniamos bien. El nombre, ¿qué importancia tiene? (risas) Nos llamamos Quaoar como podríamos llamarnos de cualquier otra forma, es el nombre original y nos gusta. Es LA PREGUNTA que siempre nos hacen en todas las entrevistas, y nos hace gracia porque no nos parece relevante la verdad.”
En 2007 vuestro debut con “Man’t”, cinco años más tarde “The River & The Soul”, y este año “Dreamers. Dreaming”. Diferentes circunstancias, enfoques y evidentemente momentos. ¿Es este vuestro mejor momento?
“Yo diría que sí, pero como todos los grupos que sienten que su último trabajo es el mejor y que más tiene que ofrecer. Supongo que cuando tengamos el siguiente disco en nuestras manos estaremos convencidísimos de que es de lejos nuestro mejor disco. Aunque si, es nuestro mejor momento, parece que cada vez llegamos a más gente y eso nos da vida y ganas de seguir trabajando, es motivación más que suficiente para ello.”
A mí personalmente me parece un disco maduro, sincero, heterogéneo y muy personal. ¿Un pasaporte hacia la consagración?
“Sería mucho (risas). Gracias. La intención es esa desde luego, conseguir ese valioso pasaporte, por ello trabajamos a destajo y seguiremos haciéndolo. Sabemos que es muy difícil llegar a la gente, y mucho más mantenerse ahí en la brecha, pero tenemos toda la vida por delante.” (risas)
El sueño siempre ha de ser mejorar en cualquier faceta, y es algo que venís manteniendo en vuestros conciertos. Pelear y luchar por conseguir esos sueños. ¿Es dura la batalla?
“Hombre, la batalla es durísima, pero muy agradecida, y estamos haciendo lo que nos apasiona. Es un camino cuesta arriba siempre, pero hacia arriba es hacia donde hay que mirar para poder aspirar a hacer realidad los sueños.”
Aunque ese espectro del que hablamos sea muy amplio, ¿hay algún denominador común para los cinco?
“Un denominador común para los cinco… No estoy seguro de entender la pregunta (risas). Supongo que te refieres a qué tenemos en común todos. No sé si hay algo que los cinco tengamos en común la verdad (risas). Supongo que el denominador común en Quaoar es la fe de los unos en los otros. Congeniamos muy bien a pesar de las grandes diferencias y creemos en el conjunto que formamos.”
En 2007 vimos en un concierto de Aste Nagusia un grupo de mozalbetes que tenían algo especial, un karma que les diferenciaba del resto. Ocho años más tarde ese karma continúa latente. Hablemos un poco de vuestra historia, de los momentos cumbre, de situaciones complicadas que os han obligado a ser tenaces.
“Momentos cumbre y situaciones complicadas las ha habido y seguirá habiendo, los momentos buenos más destacables supongo que son sobre todo los últimos cuatro años, el haber ganado los tres grandes concursos de Bizkaia (Villa de Bilbao, Barakaldo y Leioa), tocar en el Azkena Rock Festival, los llenazos de Bilborock, y más recientemente la gran acogida que tuvimos en la presentación del disco y más conciertos importantes como el de hace unas semanas en la sala BBK de la mano de Last Tour y el de este pasado fin de semana en Madrid junto con Soen, de la mano de Madness Producciones.Los momentos malos (que recuerde) son menos, y seguramente no quedan en el recuerdo como los buenos, pero siempre que surgen dificultades nos apoyamos los unos a los otros y tirar palante que no queda otra.”
A pesar de vuestro sonido recio y potente tenéis la virtud de componer historias conmovedoras y rotundas como “Absolutely”, “My Anger Runs” o la reciente “Goodbye”, e imagino que cada una tendrá su origen. ¿Cómo nacen las canciones en el universo Quaoar? ¿Surgen sin más o hay algo más?
“Nada y todo surge sin más en el universo Quaoar. Las canciones de Quaoar se componen así: uno de nosotros trae la idea principal, básicamente la idea de la canción, y luego en el local el compositor en cuestión va instruyendo al resto o pidiendo ideas ajenas a la original para completar el tema, básicamente. O sea, las hacemos entre todos pero siempre partiendo de la idea de uno y respetando la intención de la idea original. Hay canciones de Josu y de Hugo, como de Iñigo o de Aitor.”
Como hemos dicho anteriormente vuestro sonido va ganando en matices y personalmente creo que las etiquetas se van quedando pequeñas, y aunque puedan servir para englobar, ¿qué opináis de la etiquetas?
“Las etiquetas son simplemente eso, etiquetas. Pueden en un momento dado ayudar a que te hagas una ‘idea’ de lo que hacemos pero nada más que eso. Cuando nos preguntan qué estilo hacemos no podemos decir un estilo u otro. De modo que nuestra etiqueta es ‘Rock sin límites’.”
En su momento ya hablamos del gran concierto (algo habitual, por otra parte) que ofrecisteis presentando “Dreamers. Dreaming”, la respuesta de la gente y todo lo demás. ¿Qué recuerdo tenéis de ese día?
“El recuerdo es inmejorable. Se me ha puesto la piel de gallina al recordarlo. Fue una noche MUY especial, hubo muchísima gente, todos entregadísimos, escuchábamos al público cantar las canciones a la vez que Iñigo, fue grandioso. Y como guinda del pastel tuvimos a nuestros hermanos Old Days Dawn para hacerlo aún más especial.
Siguiendo con ese día de presentación ¿Cómo vivisteis ese problema de última hora con la discográfica, y está todo solucionado?
“Fíjate, como he dicho antes de las cosas malas te olvidas y no he recordado eso al recordar la gran noche de la presentación (risas). Fue horrible, en el momento no solo supuso la enorme pérdida de ventas, sino que ¡no teníamos el jodido nuevo disco en la presentación del mismo! Pero sacamos la noche adelante, y quitando eso todo salió genial (risas). El problema no fue con ninguna discográfica, fue con la empresa encargada de la fabricación. Y si está solucionado, pues sí, tenemos los discos al fin, pero no se hicieron responsables de SU error. Así que depende de cómo lo mires pues no está solucionado pero ya no importa (risas). Una mala experiencia de la que aprender algo más.»
La pregunta sobre Azkena Rock Festival no podía faltar. ¿Uno de los picos en vuestro recorrido?
“Sin duda. Fue uno los conciertos más importantes que hemos tenido la suerte de tocar. Los de Last Tour se portaron. Y los currelas del Azkena fueron geniales con nosotros, un día para recordar.”
Y ya que estamos con los conciertos, ¿cómo veis la situación actual?
“Con optimismo. No es el mejor momento para los grupos que intentamos abrirnos camino, pero tenemos intención de movernos por toda la península en lo que podamos permitírnoslo. Y sobre todo para nosotros lo más atractivo ahora mismo en este punto es que los grandes promotores del país apuesten por nosotros y nos sigan brindando oportunidades con grupos afines, como el concierto con Soen o el del Azkena.”
Otra pregunta recurrente y quizás demasiado formulada. Virtudes y defectos de la red.
“La red es un gran escaparate, esa es la virtud. El defecto, obvio, es escaparate de millones de grupos, cada grupo es un grano de arena en la red.”
¿Crees que el rock tiene adeptos o es simplemente una postura y no se aprecia la savia nueva?
“Por supuesto que el rock tiene adeptos, sí que hay mucho «poser» pero los verdaderos adeptos del rock, que son muchos, sí aprecian y desean savia nueva, pero no para sustituir a sus grandes ídolos sino porque sí, porque viven el rock y lo disfrutan sin más. Como nosotros. Siempre da un inmenso placer descubrir grupos nuevos y/o frescos que no conocías.”
Para terminar la charla, sigamos pensando en el futuro. Lugares que os gustaría visitar, y no como turistas.
“Nos gustaría visitar cualquier ciudad europea, y poder tocar con grandes bandas en cada una. También EEUU, creo que sería un gran destino para Quaoar. Será que soy un soñador…”
Para finalizar, os dejamos con una de las canciones pertenecientes a su último álbum, pero si quieres escuchar este disco y conocerlos mejor no dudes en entrar aquí