Viernes 16 de enero de 2015 en El Gran Café, León
A continuación podrás leer la crónica de nuestro buen amigo Iván Allegue sobre la noche en la que la banda británica The Quireboys volvería a dar una lección de rock. Porque si algo hay que defina a Spike y sus secuaces es ese término que engloba muchos otros, pero que al final todos en su conjunto son una forma de vida y de sentir la música: ROCK&ROLL.
A estas alturas de la película no creo que vaya a decir nada sobre The Quireboys que no se haya dicho ya, así que voy a intentar contar esto desde el punto de vista desde el que lo veo yo, así que vamos a ello.
En primer lugar nunca he creído que sea la persona adecuada para hacer la crónica de un concierto, eso es algo que me ha granjeado algún que otro problema pero esa es otra historia. La razón es básicamente que veo los conciertos a través del visor de una cámara de 3’5 pulgadas y eso nunca es ni será la realidad. A su vez estás pendiente del sonido, de la luz… Y de un montón de cosas más. Pero pese a ello hay algo que rompe todas las reglas y es el maldito cosquilleo. Ese cosquilleo que te recorre la espalda de arriba a abajo y que te indica que estás ante algo especial. Es el que te dice cómo están saliendo las cosas, cuando lo notas sabes que todo va bien.
Previamente a concierto habíamos filmado la entrevista y el acústico. Spike & Co nos ofrecieron lo más parecido a un concierto privado para nosotros y todo había salido perfecto, así que ahora no me podía permitir el lujo de cagarla. Va a comenzar el concierto ante una sala abarrotada, para mí es el momento de mayor estrés, en estos instantes intento centrarme en mi trabajo y salir a por todas. Es una de las bandas por las que te metiste en esto. Pero ahora has pasado de ver embobado durante hora sus vídeos a ser uno de los tíos que los tiene la responsabilidad de grabarlos y tienes que estar a la altura, porque lo único que deseas es que cualquiera que lo vea sienta lo que tú sentías y eso es muy jodido.
Empiezan con calma, poco a poco, así que les sigues el ritmo, pero amigo, la cosa se empieza a poner dura. Una tras otra comienzan a caer «Roses & Rings», «Seven O’clock»... y tienes que mantener el pulso y seguir ahí. Así que te centras aún más tratando de olvidar todos los recuerdos que para ti van unidos a sus canciones y es muy duro porque ellos forman parte de la banda sonora de tu vida. Pero tienes que seguir y cada vez te lo están poniendo más difícil. Se están saliendo y tú no puedes bajar la guardia. Mantienes esa lucha como buenamente puedes, hasta que de repente eres consciente de que estás grabando «Whipping Boy» a un metro escaso de distancia de los tíos que la escribieron y eso no pasa todos los días. En ese momento un buen amigo que te ha visto trabajar muuuuchas veces te agarra por el hombro y te dice: para de grabar y disfrútalo. Pero no paras porque, aunque te gustaría mandar a la mierda la cámara y dejarte la garganta cantando, estás haciendo lo que un día soñaste que harías. Así que te esfuerzas aún más para intentar captar toda esa energía y transmitirla mientras el maldito cosquilleo no se separa de ti ni durante un segundo. Y llega «This is Rock n’ Roll» y te mantienes firme, sabes que esto llega a su fin y efectivamente así es. La banda abandona el escenario dejando una audiencia rendida a sus pies, mientras tú sigues con es extraña sensación de irrealidad que te da el ver los conciertos a través de un visor, pero con una cosa clara: lo que has sentido y grabado te lo llevarás a la tumba.
Fotos: Carolina Alonso
A continuación os dejamos el programa 47 de Rockpills (www.trocaderomagazine.com) donde podrás ver la entrevista realizada a The Quireboys previamente al concierto de León, una entrevista intercalada con imágenes de esa noche de rock y sudor.
- Video: Trocadero Producciones
- Entrevista: Israel Diéguez
- Foto fija: Carolina Alonso
- Realización y edición: Iván Allegue