Mientras suenan de fondo los eternos cuervos intento darle algo de forma a la introducción, y la verdad, me cuesta unir las palabras perfectas para agradecer a los hermanos Bellvert su desinteresada colaboración, teniendo en cuenta que el amigo Carles tiene una celebración especial, porque hace 26 años inició su propio camino junto a su compañera Teresa. Camino abrupto algunas veces, dulce otras, salvaje por momentos, tierno en su mayoría. Y no es fácil compartir estas sensaciones cuando tienes una familia pendiente, pero por media hora ha dejado aparcada la rutina y se ha embarcado en la dulce experiencia de compartir con otra familia que crece las sensaciones vividas en una noche de Rock&Roll. Porque estamos con él en estos momentos, unos en Catalunya, otros en Galicia, en Euskadi, Castilla, Valencia… Pasamos por malos momentos, pero el rugido de las guitarras nos cautiva y sabemos que en esos instantes estamos rodeados, acompañados y apoyados por gente afín. No me enrollo más, que el mérito es de los hermanos, tan sólo lee y disfruta.

Martes 25 noviembre de 2014 en Rocksound, Barcelona 

Nunca he sido muy dado a memorizar ni fechas, ni nombres y por supuesto tampoco títulos de canciones. Así que estas cuatro líneas son solo para intentar explicaros y contagiaros el buen rollo, feeling y energía con la que salieron estos cinco “pollos” ayer al escenario en Barcelona.

De entrada diré que para ser martes el local estaba bastante lleno cosa que me sorprendió gratamente teniendo en cuenta que ¡había fútbol también! La cosa empezó con “Let Me Out” a toda leche y a los cinco segundos ya me estoy preguntando qué hace Rusty con esa chaqueta puesta. ¡Coño, que estamos en Rocksound! Van pasando los temas y suenan “Gasoline And Guns”, “No One Does It Better That Me”, “Luv Me” y el maldito sin quitarse la chaqueta… por fin le da un puntazo y se la quita la sacude y se la vuelve a poner (¿?). Alucino con la facilidad y soltura de los guitarras. Tengo delante a Pete Robinson todo el rato sonriendo y bailando. Ritmos graves y pastosos, casi stoner según que momentos, solos bastante heavys y a la izquierda del escenario Brett. Totalmente distinto. Más blusero. Más southern. ¡La compenetración entre ellos es total!

Por fin Rusty se quita la chaqueta y se pone una sudadera sin mangas pero con capucha. Cada vez que se inclina sobre el público nos pone perdidos de sudor. ¡El goteo es continuo! Pero la energía y electricidad es bestial. Tengo que decir que de los cinco músicos el que tiene mas carisma y energía es sin duda Alex, el bajista, todo el rato mezclándose con el publico, bajando del escenario, cantando y tocando de una forma bestial.

Empieza la guerra particular entre Rusty y el micrófono, que desconozco el motivo por el que el puñetero micro se caía cada dos por tres, pequeños detalles que no hacían mas que acentuar que esto era una noche de fiesta y diversión que solo se detenía cuando sonaban temas como “Already Gone”. Dos veces más salieron a petición del público que hacíamos lo que podíamos para que aquello no acabase. Casi dos horas de energía y diversión que no olvidaremos en mucho tiempo.