Aquí os traemos la experiencia de otro de nuestros hermanos de batalla, en esta ocasión David R.P., el cual a pesar de las múltiples dificultades encontradas en el camino consiguió llegar a Jerez y disfrutar de gran parte del Serie Z. Bueno sin más preámbulos, solamente dar las gracias a David por el esfuerzo realizado y compartir con nosotros su experiencia, y a Iggyrockpop por cedernos de modo totalmente altruista algunas de sus fotos… así da gusto seguir el camino de GravelRoad76. Ahora ponte cómodo y disfruta con estas palabras de un buen amigo.
Viernes 31 de octubre y sábado 1 noviembre de 2014 en Sala Paúl, Jerez de la Frontera (Cádiz)
7 de Septiembre de 2002… Me dirijo con unos amigos a un festival en Jerez de la Frontera que han parido unos locos y que desde ese fin de semana de septiembre se ha convertido en uno de los mejores festivales de este país, y en el que uno pude disfrutar de grandes grupos como Raging Slab, The Bellrays, Supersuckers, Dictators, etc. Un día increíble que no se me ha borrado de mi memoria…
31 de Octubre de 2014, currando, estoy nervioso… 12 años después vuelvo al Z. Ha costado, pero ya es un hecho, tengo el abono y habitación reservada gracias a un curro que surge a dos semanas del Festival, voy a disfrutar y mucho… ¡Aunque los primeros problemas surgen!
Salgo tarde del curro, llego a casa a las 17.00 y entre preparativos salimos a Jerez a las 18.30, eso supone que me pierdo a The Picturebooks, Elliott Brood y puede que ha The Crunch.
Por el camino me informan de la cancelación de The Picturebooks por lo que se adelantan los horarios, con lo que puede que me pierda también a Marcus Blake, al que había disfrutado el día anterior en el King Creole de Estepona. Por fin llegamos al hotel, pegadito a la Sala Paúl donde se celebra el Festival, soltamos las cosas y nos vamos directos a la sala, pasamos por el patio, lugar de reunión entre los conciertos de los Z Heads alrededor de la barra y entramos…
Primera jornada:
Marcus Blake. Como dije antes lo pude ver el día anterior en el King Creole. Viene presentando su disco «Distorted Hymns» y lo primero que comprobé al entrar en la sala con su bolo ya empezado era que sonaban más contundentes. El repertorio fue el mismo, todos los temas del «Distorted Hymns» muy bien adaptados al formato trío, y en el que antes de atacar con «Bittersweet» repartió unos pequeños cencerros que está vendiendo en los conciertos e hizo subir a un puñado de afortunados al escenario a tocarlos con ellos. Se despidió con un tema de su ya anterior banda Mother Superior. Se les nota el poco rodaje y quizás les faltó algo mas de fuerza en la guitarra pero aún así dieron un gran bolo.
Julián Maeso. Uff, lo de este tipo no tiene nombre, solo decir que en el segundo tema ya tenía literalmente los bellos de punta. Un concierto lleno de feeling, de jams interminables, de soul, blues, southern, recordándonos a todas esas bandas clásicas que ya conocemos. Tiene una banda grandísima, muy engrasada, apabullante y con una contundencia increíble, impresionantes músicos. Maeso alternaba su Hammond con la guitarra eléctrica, a veces en el mismo tema, con una maestría sensacional. Se le vio sobrado en el buen sentido, gracias sobre todo a la comunión que tuvo con el público que estuvo cómplice durante todo el show. Un último detalle, los miembros de Kadavar estuvieron viendo el concierto desde el lateral y no dejaron de prestar atención durante todo el concierto.
Kadavar. Los cabezas de cartel del primer día. Aunque no me llenan en estudio (bueno, su segundo disco que es el único que he escuchado), tenía muchas ganas de verlos en directo ya que dicen que es su medio natural y son muy poderosos en el escenario. Estuve viendo el montaje del escenario y me sorprendió ver el set de batería en primer plano justo delante, algunos Z Heads comentaban que el batera era un espectáculo. Pues llegó la hora de vivir su directo en mis propias carnes. Esa sensación de tener a los Kadavar cara a cara. Salen los tres músicos: Lupus en la izquierda a la guitarra, Simon al bajo en la derecha y en el centro a la misma altura que sus compañeros Tiger a los parches, con un foco iluminándole y un ventilador justo detrás levantando su larga melena y dándole un aspecto demoníaco increíble. ¿Pero que queréis que os diga? A mi me pareció un show bastante plano, como si fueran en piloto automático. No había interacción entre ellos, el bajista estuvo bastante soso y el más comunicativo fue Lupus. Tengo que decir que los pocos temas que sonaron de «Abra Kadavar» los disfruté pero para mí fueron la decepción del festival. Esperaba más, la verdad.
Segunda jornada:
Dirt River Radio: Algo deben de tener estos tipejos si siendo el primer grupo del día congregan público para llenar la mitad de la sala. Y eso que tienen es un directo demoledor, ni punto de comparación a como suenan en estudio. Las Grestch de Danger y Heath se compenetraban de maravilla, chisporroteando electricidad, que junto a la base rítmica que forman Ross y Mark hicieron que sonasen muy poderosos. Sonaron temas de sus dos discos de estudio, destacando una emotiva «All My Friends» y una épica «The Boys in the Public Bar», y regalándonos una cover del «Green River» de la CCR con AC/DC entre medio y el «Live Wire» de estos mismos. Increíble. Disfrutamos mucho y ellos también, como demostraron durante todo el show, sobre todo Danger que no paraba de hablarnos entre canción y canción… y de beber también. Otra de las bandas que triunfaron llevándose la ovación del público merecidamente. La fiesta prosiguió seguidamente en el patio donde el grupo charló y bebió con todo el que quiso.
The Soulbreaker Company. Qué decir de ésta banda, de lo mejor del panorama nacional con una discografía impresionante. Ya era hora de poder disfrutarlos en directo y el Z era el lugar idóneo. Un show lleno de fuerza, de épica, lleno de atmósferas… Hard, psicodelia, progresivo, unas guitarras de otro mundo, un órgano que nos transportaba a otra época, una contundencia a los parches impresionante y un cantante que lo da todo en el escenario. Pero es que con discos como esa obra maestra que es «Ítaca», o ese «Graceless» que venían presentando no se puede fallar. Demostraron un poderío escénico sólo alcanzable por muy pocos. De nuevo ovación…
Leaf Hound. Tocaba el momento del sonido clásico con esta banda setentera de Hard Blues. No están todos los miembros originales, pero ni falta que hace estando Pete French, único miembro original. En un estado envidiable vocalmente hablando y con una banda solvente con un bajista que no paró quieto durante el show y un guitarra muy virtuoso que quizás, y en mi modesta opinión, no le pega al sonido clásico del grupo. Show corto en el que sonaron los temas de su disco de los setenta «Growers of Mushroom».
Oli Brown and RavenEye. Ufff madre mia… lo de Oli es impresionante, este tipejo tuvo que nacer con una guitarra entre manos, porque no es normal como la maneja a sus 25 años de edad… joder, no me lo creía cuando se lo preguntamos en el patio después del bolo. Algunos (pocos) se llevaron una decepción cuando comenzaron a tocar porque esperaban un show de blues y lo que salió al escenario fue un POWERTRIO de BLUESROCK, así en mayúsculas, que nos voló literalmente la cabeza. Una banda increíble, no solo Oli sino también la base rítmica formada por Aaron y Hickman. Feeling a raudales y temazos de una fuerza que el público agradeció de forma tan entusiasta que hasta la propia banda se quedó impresionada. Se llevaron la mayor ovación del Festival dentro y fuera del escenario.
D-A-D. El único grupo del Festival que desconocía, y tenia pensado descansar durante su show, que el cansancio ya pesaba y quería reservarme para los Dictators… pero no pudo ser. En cuanto sonaron las primeras notas tuve que entrar de nuevo a la sala. Increíble el sonido que provenía del escenario, que me atrapó enseguida, e hizo quedarme a ver el bolo entero. Grupo veterano y que mantiene una forma envidiable, con un frontman que estuvo interactuando con el público desde el minuto uno, y un bajista bastante loco con su bajo de dos cuerdas de dos modelos, uno transparente y otro con la forma del logo de la banda, un cráneo de vaca. Desde ya un fan de estos tipejos.
The Dictators. El fin de fiesta perfecto. Que un grupo de estas características siga regalándonos unos shows como los que ofrecen es algo que tenemos que agradecer eternamente. Están algo mayores (sobre todo Handsome Dick Manitoba al que pude ver en el hotel por la tarde), pero cuando se suben al escenario es un grupo demoledor que puede mirarle a la cara a cualquier banda de veinteañeros. Show lleno de hits, versiones de Flamin’ Groovies y MC5. Pero lo mejor fue cuando Manitoba bajó del escenario y se metió dentro del público micrófono en mano, con toda la gente cantando y saltando a su alrededor, peligrando su integridad física. Increíble de verdad que a día de hoy sigan ofreciendo estos shows. Desde aquí mi admiración a Ross The Boss, JP Thunderbolt, Dean Rispler, Daniel Rey y al grandísimo Handsome Dick Manitoba. Dictators forever, forever Dictators!
Pues aquí acaba mi humilde crónica del Serie Z 2014 con el cual he tenido el placer de reencontrarme de nuevo. ¿Quizás el mejor festival del territorio nacional? Si no es así pues muy cerca está de serlo desde luego. Creo que pocos festivales hay en el cual los músicos parezcan como uno más entre el público congregado o en el famoso patio bebiendo y charlando todos juntos. Salud a todos, ¡nos vemos en el SerieZ 2015!