Lunes 14 de junio de 2021 en Fnac, Bilbao

La Semana de la Música que se celebrará en los próximos días en el en Fnac de Bilbao quedó inaugurada ayer lunes 14 con un anfitrión de excepción, James Room. En realidad fueron dos los concurrentes, porque al caballero le acompañaba su compañero de fatigas, el contrabajista Mr. Gabo Brown, lo que convertía la ocasión de cuasi obligado asistencia. Apenas tres semanas han pasado desde que les vimos por última vez, pero nunca está de más cumplir con gente afín, y tanto Gabo como James lo son. Por otra parte, podríamos aprovechar la circunstancia para saborear de nuevo las canciones que compondrán su próximo EP, así como acercarnos al céntrico establecimiento que no pisábamos desde hacía bastante tiempo, algo más de un año si la memoria no nos falla. Un aliciente más. La primera sorpresa, el cambio de decoración. Ya nos soplaron al oído que el blanco inmaculado que caracterizaba el rincón había sido sustituido por una ambientación digamos más íntima, dando otro empaque a las funciones que, dicho sea de paso, seguirán durante esta (alargada) semana coincidiendo con la Fiesta Europea de la Música del 21 de junio.

A lo que íbamos, James Room. Para asistir, debíamos reservar plaza con anterioridad por motivos sobradamente sabidos. Fnac cuenta con un apartado limitado para estas actividades y si sumamos la situación actual, el número de posibles asistentes se reduce, como así pudimos comprobar con unos veinte asientos frente a la tarima presidida por las funciones que se podrán ver, el contrabajo de Gabo, la acústica de James y un solitario taburete que imaginábamos permanecería como tal una vez transcurrido el show. Sí, ha leído usted bien, show. En cuanto al taburete también, porque el caballero es puro nervio. Podríamos decir que es un auténtico animal de escena. No hace falta mucha parafernalia para conseguir atrapar a la concurrencia, y este hombre siempre lo consigue, o al menos lo consigue bajo nuestro punto de vista. Su voz es magnética. Su voz es sugerente, expeditiva, solemne, profunda. Maneja con astucia los tiempos, y si añadimos el puntillo irónico de su mirada, el refinamiento de unas canciones de enorme potencial y un control absoluto de la situación, descubrimos el porqué de nuestro apego por su música y unos rituales que regularmente tiene a bien despedir por todo lo alto con una celebración como es “Bulletman Blues”. Aquí el fervor se dispara. Aquí llegamos a las altas temperaturas de doce compases que proceden de su cosecha madrileña y son empleados para que la gente proceda cual orfeón, pero llegar a sus agudos es un imposible, oiga. Pocos están tocados con la varita mágica, y James Room es uno de ellos. ¿Por qué nos vamos hasta el final? Porque, al igual que dijimos la pasada vez, cuando presente el EP “2021” podremos hablar de las canciones. Ahora, si esas canciones escuchadas en formato acústico tienen la fuerza que tienen las que nos han puesto la carne de gallina en dos ocasiones… Imagínese usted cómo sonarán con la banda al completo. Por supuesto las interpretaron con su habitual savoir faire y con su inimitable picardía consiguiendo la comicidad de la variada concurrencia, además de las conocidas adaptaciones de “El Extranjero” (Bunbury) o “Chocolate Jesus” (Tom Waits), la extraordinaria “Morning Train” o el swing de medianoche “Cheshire Moon”, ambas pertenecientes a “Honest Man Blues”, su último trabajo que pasará a ser penúltimo en breve, pues el EP “2021” está al caer. Como ya hemos dicho, cautivará al personal como ayer lo volvió a hacer en cincuenta frenéticos minutos. Cincuenta productivos minutos. Otros cincuenta minutos a añadir en nuestro archivo particular frente a Gabo Brown y James Room. Como siempre, un placer.