Hables de lo que hables con quien hables, tarde o temprano aparecerá el jodido diecinueve dando el coñazo. Ya fuese una profecía de Nostradamus, una conspiración judeo-masónica o un castigo de la madre naturaleza, el final de década fue una auténtica desdicha. El comienzo de una nueva no le va a la zaga, y la plaga del siglo XXI sigue ocupando titulares, enfrentando al personal, acabando con la paciencia de algunos o mostrando la indolencia de otros, por lo que difícilmente podremos olvidar los agravios, los efectos y las secuelas de esta hecatombe; difícilmente podremos recuperar el tiempo que algo o alguien nos usurpó. Cada uno tendrá en su fuero interno un importante número de cuestiones postergadas o aun peor, canceladas, y la tan manida frivolidad saldrá a relucir cuando entras al lío, pero sería absurdo e imposible elaborar una pormenorizada relación de perjudicados. Uno de ellos, el mundo del rock’n’roll.

Uniendo las piezas del rompecabezas y encauzando el análisis a nuestro entorno, nos centraremos en el trío de Mungia Wicked Wizzard, uno de tantos y tantos y tantos casos que aguardarían ese final de decenio con gran ambición, ya que tenían una serie de objetivos que cumplir. Pudieron editar “Warlords Of The Dark Realm”, sin embargo no pudieron presentar en la fecha anunciada (afortunadamente se celebraría en julio) este segundo trabajo en formato elepé (otros tantos epés tenían con anterioridad), y en cierta manera ese lanzamiento debería reforzar el porqué de su victoria en la última edición del concurso internacional Villa de Bilbao. Dicho esto, quizás sobre apuntar que el premio logrado conlleva una merecida actuación en Azkena Rock Festival, lo que podríamos catalogar de hazaña para una formación que está comenzando, y conociendo la plantilla de bandas que han obtenido tal distinción, una auténtica delicia que fueran vistos por gentes venidas de diversos puntos de la geografía.

No pudimos ir a Vitoria-Gasteiz. No pudimos ver los escenarios en Mendizabala. No pudimos asistir a la reunión anual con colegas ni pudimos celebrar la correspondiente comida con camaradas. Y cuando falta uno de tus baluartes, te sientes desnudo, casi hundido, sientes el desánimo y echas en falta valores o sentimientos que antes transitaban de puntillas a tu alrededor sin apenas recibir la debida atención. No sabemos cómo se sentirán los Wicked Wizzard u otros compañeros por esta adversidad, pero sabemos que Unai, Mikel e Iñigo han compartido a través de Youtube, en un ejercicio de pundonor y de compromiso personal, una sesión que continúa el sendero de la grabación “Live Session” (2018) que apareciera en su Bandcamp. En esta ocasión, añaden el 2021 al titular y en contraste al anterior suman a sus creaciones un par de versiones que de alguna manera ilustran la querencia musical de unos chavales que se desenvuelven perfectamente en ambientes progresivos, dominios psicodélicos e indómitos pasajes.

Utilizan a partes iguales densidad y contención, introduciendo al personal en el cabeceo circular de “Master Of All”, canción que da acceso a esta función que imaginamos se debió celebrar en su guarida particular. Y tras la bienvenida, minutos gaseosos con “Blood”, canción de variada fisonomía que conecta las brumas de Birmingham con las dunas de Palm Springs, o lo que es lo mismo, pasamos de los ecos setenteros a las transiciones de los noventa sobre todo aquello que tenga relación con los sonidos pesados. Aflorarán los epítetos y hasta los precintos que les encajonan en escenas diversas. Unos apuntaremos un parentesco y otros se aproximarán a conspicuas parcelas, y probablemente todos tengamos parte de razón asociando su fórmula a otras muchas que han ido surgiendo en los últimos años, sin embargo uno se ciñe a su fusión de ideas. Uno se guía por un bajo fuzz, timbales y platillos siderales y una guitarra camaleónica, una guitarra que causa estremecimientos doom y examina coordenadas hard mientras se percibe la enorme seguridad de los tres, mientras se sienten las delirantes peticiones de “Doomed” y se acredita su casta en dos adaptaciones de empaque y auténtico placer. Para comprobarlo, deberás ver “Live Session 2021”.