Sábado 3 de octubre de 2020 en el Teatro Álvaro de Luna, Portillo (Valladolid)

La cuarta edición del SmallTown esta vez se hizo desear por los motivos que ya todos sabemos, y llevamos padeciendo desde el pasado mes de marzo, el maldito Covid-19, que hasta fecha de hoy dio un giro radical en la vida y costumbres de todos nosotros. Lo que en un principio iba a ser una doble jornada con Los Deltonos en sesión vermut en el Castillo, y por la tarde ya en  el recinto del festival con The Limbos, Pájaro, Lomoken Hoboken (quienes repetirían tras la acústica inauguración a cargo de William Gutiérrez, Gonzalo Portugal y Soulmam Sal) más Schizophrenic  Spacers, pasó a ser jornada simple con Bantastic Fand en el Castillo. Posteriormente, cambió de ubicación al teatro Álvaro de Luna de Portillo debido a las inclemencias del tiempo, que aquí en Tierra de Pinares y por estas fechas se complica sobremanera. Tanto la confirmación del evento como la de la formación Cartago-almeriense fue una alegría total, llenando de luz a todos los seguidores de SmallTown, no en vano se trata de uno de los grupos destacados de Americana del circuito.

Comenzar diciendo que la organización fue impecable con todo tipo de medidas anti Covid-19, tomando la temperatura a la entrada y no dejando en ningún momento acumulaciones de gente, acomodando al público con distancias en las butacas, y salida posteriormente por cada lateral más cercano. Hasta para acercarse al puesto del merchan era necesario salir del recinto y volver a entrar de dos en dos, lo dicho, todo en su sitio.

Desde su aplazada fecha hace meses, era casi un secreto a voces que el combo de folk/rock visitaría Portillo, simplemente era cuestión de cuadrar fechas y que de una vez por todas pudiésemos disfrutar del talento que atesoran estos curtidos músicos. En tiempos de pandemia su presencia en las tablas debía ser sanadora para todas las almas musiqueras de varios puntos de la geografía, que se dejaron caer en este festival más que consolidado.

Fueron casi dos horas de recorrido por toda la cultura musical americana, donde los muchachos comandados por Nacho Para y Fernando Rubio se desenvuelven como pez en el agua, dando claridad, esperanza y sentido a toda esta paranoia a la que estamos sometidos.

Su apertura con “True Love” fue todo un aviso de lo que nos esperaba. Historias cotidianas, canciones con vida a golpe de acorde, a golpe de hammond, retumbando esas celestiales voces que susurraban por todo el teatro, mostrándonos ese final del túnel donde todos queremos llegar ya de una vez. Fueron cayendo temas de sus tres trabajos hasta la fecha.

Turno para “Cheap Chinese Guitar”. Un medio tiempo precioso, con una melodía eterna, canción de esas que insuflan optimismo a raudales. Otro momento destacado fue “Way Down” con Paco del Cerro, esta vez a la batería y a las voces. Para entonces la banda ya se encontraba engrasada, y de qué manera. En “I Can Tell You” asoma un aire muy dylaniano en la voz de Nacho, público moviéndose en las butacas, y comunión absoluta entre asistentes y banda.

“Calling” fue otra preciosa historia de la noche. Sencillo y cristalino, ¿para qué más? Llega “Smiling” cambio de registro en las voces, a cargo de Paloma (voces, coros y pandereta) toque femenino que da aún más profundidad y más brillantez a las armonías vocales. Unanimidad absoluta entre los asistentes al festival, los corrillos dictaron sentencia, y más de uno ya es fan incondicional de estos fantásticos. Si uno repasa grandes bandas de todos los tiempos, hay un denominador común, la sencillez en las composiciones, compás, verso y estribillo, pues esta es una de las virtudes de Bantastic Fand. Su música es balsámica, curativa, inunda el alma, te deja en paz. Esa sensación me quedó tras disfrutarlos desde el primer acorde, desde que sonó ese hammond, desde los soplidos de Nacho y su armónica, o al sonar esa guitarra de Fernando. ¡Directos al corazón!