Dentro de unos días se celebrará el trigésimo aniversario del triste fallecimiento (27 de agosto de 1990) de uno de los guitarristas más influyentes de todos los tiempos, y uno de los artistas a los que uno más admira: Stevie Ray Vaughan, de quien se habrán editado un buen número de recopilatorios posteriores a su muerte, un sinfín de grabaciones inéditas, libros, documentos gráficos, conciertos conmemorativos… y su nombre, su figura o su recuerdo habrá contribuido en más de un caso para comenzar con la guitarra, algo que en nuestro caso sustituimos por una cuestión de admiración nada más.
Escribir algo que no se haya escrito ya sobre el señor Vaughan podría convertirse en una difícil misión, por lo tanto un documento gráfico que recogiera en 168 páginas algunas de las muchas instantáneas que tendrá catalogadas Tracy Anne Hart se antoja un más que atractivo sumario. La fotógrafa retrató la carrera de Stevie Ray y sus compañeros Tommy Shannon y Chris Layton desde los primeros días de Double Trouble, desde que en 1983 publicaran “Texas Flood”, así que podríamos decir que el libro tiene la virtud de estar confeccionado por una persona que fue testigo directo en momentos importantes de la carrera del texano. Una mujer autorizada. Probablemente bastantes de esas imágenes sean conocidas y utilizadas hasta la saciedad, caso de la icónica portada, pero no es menos cierto que un libro cuyo prólogo corre a cargo de Eric Tessmer, David Grissom y Nalle Colt guarda otro as en la manga, amén de otras referencias a conocidos guitarristas claramente influenciados por Stevie Ray, caso de Doyle Bramhall II, Gary Clark Jr. o su propio sobrino Tyrone, hijo de Jimmie Vaughan. A través de la mirada de la autora podemos apreciar la intensidad con la que Stevie Ray vivió, podemos captar su pasión por el blues y su amor por el rock. Gracias a la fotografía podemos trasladarnos en el espacio y el tiempo sintiendo la música del caballero, e incluso podemos fantasear con la posibilidad de haber estado en alguna de esas actuaciones…