La vida es búsqueda. La búsqueda es constancia, y la constancia, amor. Por su parte el amor es la razón fundamental de una vida que sabemos tiene fecha de caducidad, pero hasta que ese momento llegue tenemos que seguir luchando, aprendiendo y trabajando; imaginando, viajando, amando, compartiendo, riendo, llorando… Y escuchando consejos, escuchando rock’n’roll. Escuchando por ejemplo esta nueva entrega de Mikel Renteria & The Walk On Project Band. Con nueva denominación, por cierto, ya que sus tres discos anteriores estaban firmados por la banda en sí, sin embargo en esta ocasión, no sabemos si por delimitar los radios de acción de la fundación y la formación u otras cuestiones, este cambio trae consigo un par de novedades a tener en cuenta.

Es su primer trabajo en el que no cuentan con ninguna significativa colaboración, y es su primer elepé cantado íntegramente en castellano, lo cual otorga mayor fluidez a la escritura de Mikel y probablemente aumente con ello el alcance de su discurso. Eso nos gustaría que ocurriera, pues las canciones de “Vida” hablan de lucha y superación, cantan al compromiso y al tesón y se amparan en todos los gerundios antes esgrimidos. Son pequeños extractos de experiencias vividas, testimonios de una nueva vida nacida un trece de octubre y poesías necesitadas de atención. Lo habremos dicho veinticuatro veces o alguna menos quizás, pero si hemos de repetir, repetimos sin problema. La historia de Mikel Rentería y Mentxu Mendieta da un giro de 180º al ser detectada una enfermedad neurodegenerativa de fatídico desenlace a su hijo Jontxu, y aunque ese era el diagnóstico, a día de hoy el chaval sigue sonriendo gracias a la constancia de ambos. Vida, constancia, compromiso, amor…

Ocho meses han sido necesarios para realizar un disco al que semanalmente (cuando se podía) se añadían más voces, se retocaban algunas guitarras o se ideaban nuevos arreglos compaginando eso sí, las obligaciones y rutinas de cada uno de los componentes. En esta ocasión Mikel, aparte de la voz principal, guitarras y teclados, se ha encargado del bajo en alguna de las canciones mientras Álex Olabarría ha grabado el bajo en las restantes, Álex Iturbe y Rubén Fernández se ocupan de guitarra y armónica más batería y percusión respectivamente y todos ellos más Mentxu Mendieta, María Renteria, Andoni Renteria, Xabier Madina y Gorka García han añadido coros a estas nueve composiciones de marcado acento americano en su aspecto musical. Intérpretes para argumentar esta consideración, varios, y varios de ellos de probada referencia y contrastada categoría, pero no estamos aquí para establecer paralelismos ni enumerar una retahíla de músicos más allá de los protagonistas, pues el rock ‘n’ roll se nutre de las enseñanzas de unos y los aprendizajes de otros, y en este disco de elocuente titular encontramos reflexiones, melancolías, situaciones y alegorías que pueden doler tanto como un blues (“La herida sangra aún”), motivar como un apasionado rock’n’roll (“Sonríe de nuevo”) o fundir los corazones tarareando música que suena en sol muy sostenido (“Febrero”).

El carácter introspectivo de las canciones no es óbice para presentir el perfil positivo de las mismas desde los primeros pasos de “Sigue Andando”, donde una reluciente armónica muestra las referencias antes señaladas (escúchala y lo descubrirás) y en cierta manera el explícito consejo ayuda a soltar lastre y no solo caminar, sino volar, perseverar, soñar… vivir, que es en definitiva el mensaje que Mikel intenta transmitir en este catálogo de poemas y teoremas sobre el ser humano, sus “Prejuicios”, sus filias y sus fobias. Sobre recuerdos (“El Cofre de las Fotos”) e ilusiones (“Cantando junto a ti”), sobre nuestro temperamento y naturaleza (“El Barranco”) y por supuesto sobre la esperanza. Naturalmente, sobre la “Vida”.