Escribiendo, componiendo, brillando. Ensayando, actuando, viajando, grabando y de nuevo, brillando. Así han transcurrido los últimos años para The Kleejoss Band, estudiando, ideando, progresando y cautivando. Viviendo, compartiendo, cantando e irradiando felicidad. Así es como comienza (y concluye) este penúltimo disco fraguado a principios de noviembre del pasado año en casa de Hendrik Röver, los estudios Guitar Town Recordings; lugar propicio para refugiarse y hallar esa musa caritativa que acompaña y abriga en los momentos de creación. En realidad gran parte del trabajo estaba realizado de antemano, pues tenían el boceto de su pequeño gran secreto y tan solo faltaba la búsqueda, necesitaban la inspiración que los verdes paisajes montañeses pueden proporcionar. ¿Qué podía surgir de una aleación cántabro-aragonesa? Rock and roll a toneladas, mucho esfuerzo, ambientes, férreas melodías, corrientes, estimulantes variaciones y odas, muchas guitarras y el poder de seducción de un cancionero en constante crecimiento, nutrido de experiencias y rutinas que destilan veracidad.
De ahí que definamos esta entrega como penúltima, porque si no nos damos prisa y nos vamos por los cerros de Úbeda (grandes recuerdos, por cierto) los mañicos nos podrían sorprender con nuevo material, ya que si algo les caracteriza es su extraordinaria productividad, compromiso y nivel de creatividad. La historia del conjunto se remonta tan sólo cinco años atrás, y a pesar de referirnos constantemente a ese hecho, es precisamente esa circunstancia la que cobra vital trascendencia para comprender y entender su comportamiento. Cinco títulos en otros tantos años no están al alcance de cualquiera salvo que seas natural de Zaragoza, y estos tíos tienen un profundo carácter aragonés. Defienden su cuna allá donde vayan al igual que sus canciones, y ese orgullo se siente desde la inicial “Shine On”. Se aprecia en la progresiva y categórica proclama “Tour De Force” donde la labor de Andrés y Nacho, los nuevos compañeros de viaje, muestra el vínculo logrado con el tándem embrionario de la sociedad, Kleiser y Joss. Se distingue en la radiante melancolía de “Fair-Weather Friend” y su consistente frecuencia, en la prolongada puesta de sol de “Monsters In The Closet”, en las sonrisas y lágrimas que brotan de “Keep On Hating Me” y la voluntariosa fortaleza utilizada en “Hush-Hush”, evocando a una serie de ilustres que subjetivamente suelen aflorar en las perniciosas semejanzas, pero esa es tarea para otros.
Nosotros nos centramos en su rockandroll sereno, su rockandroll dinámico y lúcido rockandroll dispuesto en este ejercicio de purga espiritual, fiel a la perseverancia y su robusta identidad, que versa sobre la vida y por ende al componente etéreo de nuestra presencia en el universo. Personalmente rehúyo de riffs o medios tiempos. Podría decir que poco entiendo de esos términos. Ahora, como cualquier mortal creo entender de sentimientos, las canciones de la “klijos” profundizan en esos fundamentos y afortunadamente, gracias a esas canciones han obtenido unos cuantos réditos a pesar de la dificultad de este viacrucis en el que los “klijos” brillan con escalofriantes composiciones como “Free”, fraternal última estación marca de la casa donde vuelven a deslumbrar y a erizar el vello con épicos diálogos a doce cuerdas que estimulan, despojan de cualquier atadura, avivan la amistad e invitan a la libertad. Invitan a extender los brazos en el vacío y girar cual peonza enloquecida recordando, gritando y llorando de felicidad. Ese es “El Secreto” de este nuevo disco. La luz, la armonía, la nostalgia y la esperanza. El brillo, “Shine On”.
The Kleejoss Band – Shine On
The Kleejoss Band – Fair-Weather Friend