Domingo 10 de diciembre de 2017 en Conciertos Salvajes de Sidrería El Zagal, Aldeamayor de San Martín, Valladolid
Teníamos una cita tan sugerente como desconocida con el bluesman australiano Ash Grunwald, del que habíamos indagado viendo y oyendo parte de su obra a través de la red y las expectativas hacían presagiar una noche excitante, una noche quizás distinta a lo que acostumbramos a presenciar en los conciertos de El Zagal. Me refiero precisamente al género. Esta vez tocaba descarga de blues/rock en doble cartel con Zanibar Aliens como partenaires, a quienes lamentablemente perdimos debido a la climatología y con un día de perros en cuanto al vendaval que reinaba en medio país nos desplazamos pensando que la cita era ineludible. Gran ambiente al llegar, y en torno a unos noventa fieles, que más o menos es la media de asistencia en los Conciertos Salvajes últimamente.
La noche comienza con un primer tema espectacular donde un precioso dobro y ese slide tan enérgico de Ash son protagonistas. Nos referimos a “Shake That Thing, que unido a un riff más cercano al rock que al blues, calientan sobremanera al personal. Poco más de dos minutos de pura adrenalina; afrontábamos un show de esos de vértigo y enseguida nos dimos cuenta de la apabullante voz que gastaba el protagonista de la noche. Registros muy cercanos al soul, y una mezcla de blues/rock negroide la de este trío, ¿quizás blues del siglo XXI? A mí personalmente me vinieron a la cabeza dos nombres, Gary Clark Jr. y Ben Harper, aunque el bueno de Ash tiene personalidad propia y recursos para luchar de tú a tú con cualquiera.
Es el turno ahora de “Just Be Yourself” donde un cortante y preciso slide nos introduce a terrenos pantanosos, y donde posteriormente nos conduce a un solo con numerosos cambios de ritmo, para finalmente deleitar a los allí presentes con esa timbre de voz tan profundo. Las caras entre la gente son de sorpresa y admiración, los pies ya no podían parar de moverse, la apuesta era ganadora y así se estaba mostrando, ya que el sudor aparecía en los rostros de un público que estaba disfrutando a raudales. Llega la cover de “Ain’t No Sunshine” donde se imponen de nuevo sus cuerdas vocales. Por cierto, qué gustazo el del caballero para elegir las versiones. En este apartado sonó “Crazy” que fue un auténtico rompecuellos y donde la banda lo llevó a su terreno de forma admirable. Suena ahora “Smokestack Lightning”, otra de las covers y los aullidos de Ash se mezclan con una base rítmica que nos martilleó de forma constante y precisa durante toda la noche. El power trío está dando su mejor versión y banda y público van ya al unísono.
Llegamos ahora a la blusera “Skywriter” y el espíritu de Robert Cray sobrevuela El Zagal, con la exhibición de nuevo en una apoteósica armonía vocal. ¡Cómo canta este hombre, POR DIOS…! Con el ritmo adictivo de “Mojo” el blues se da la mano con el funk, destacando poderosamente la línea de bajo y la extraordinaria fortaleza de una canción que exhala feeling por doquier, como el desarrollo de un concierto que es un parar canción tras canción. Simplemente lo bordaron. Al final cerca de hora y tres cuartos que sinceramente se nos hicieron cortos. Las caras de satisfacción del público lo decían todo. La noche vivida fue una demostración rotunda de blues/soul moderno, trazos de rock apabullantes, que unidos a la increíble voz de Ash en directo nos llevaron a una noche de esas para el recuerdo. Cuando leas esta crónica el combo habrá finalizado ya la gira por el país siendo su última cita en Bilbao. Pero quédate con este nombre, Ash Grunwald, clase y talento que te harán tocar el cielo con los dedos…