Jueves 5 de enero de 2017 en Kafe Antzokia, Bilbao
Si ves caras de felicidad entre asistentes y oficiantes, buena señal. Si ves caras conocidas, componentes varios de variadas formaciones locales entre esa asistencia, magnífica señal. Si ves un concurrido Kafe Antzokia a pesar de la inclemente climatología y la oferta que ofrecía tan señalada fecha en el terreno musical y deportivo, excelente señal. Si ves, si aprovechas, si disfrutas o percibes alguna de estas sensaciones, seguramente tendrás más de una razón para sentirte medianamente orgulloso por haber tomado una acertada decisión. Si recibes obsequios como los entregados por Fetitxe y Highlights la pasada noche de reyes deberías cuanto menos sentirte gratificado. Si ese presente es un espectáculo vibrante, brillante y determinante, el resultado siempre será tajante: Satisfacción. Pongámonos en situación. Dos bandas practicantes de vigorizantes ritmos o partidarios de concluyentes estructuras capaces de transmitir júbilo o inestabilidad, jovialidad o tormento, frenesí y paz. Dos conjuntos que, a grandes rasgos y sin meternos en camisas de once varas, practican rock&roll. Más hercúleo y ácido como el caso de Fetitxe, más entusiasta y picante como sus vecinos Highlights. Espontáneo, robusto y fecundo rock&roll. Sensaciones de cada uno. Silogismos e impresiones.
Cuando supimos la celebración de este concierto nuestra primera impresión fue la entrega. En varios aspectos. El más característico, la escénica. El más simbólico, el traspaso de “poderes” entre vecinos, ya que si Highlights obtuvieron dos años atrás la merecida recompensa de actuar en Azkena Rock Festival gracias al certamen Villa de Bilbao, en esta ocasión Fetitxe son los galardonados y por lo tanto encargados en inaugurar el festival gasteiztarra allá por el mes de junio. Quienes no hayáis catado una de sus actuaciones, daos por avisados. La génesis de su planetario sonoro nace en las profundidades de las dunas de Arrigorriaga y sus arenales (una licencia, es una localidad verde y frondosa como cualquiera de la zona), y se caracterizan por los gruesos cordajes utilizados por Aitz e Ibai en las guitarras, la contundencia esgrimida por Ekain y Jon (bajo y batería respectivamente) y el continuo hormigueo producido por endiabladas sinfonías de un cancionero con carácter, aguerrido, constante. Con estas premisas nos situamos en la posición habitual y… comienza su intervención. Unas primeras filas colmadas de rostros asombrados fueron muestra del potencial de unos muchachos que, al contrario del título de su debut discográfico (“Distantzien artean”), se muestran eficaces en unas distancias cortas aptas para desarrollar el impetuoso catálogo sónico establecido desde el inicio (“Azal lohia”), incesante en su empuje (“Itxurak itxurez”) y vertiginoso hasta que tu cabeza alcanza un inconsciente “Crash” embrujado por pujantes guitarras, ambientes sabáticos y parajes desérticos espoleados con diligencia. Mediado su concurso Mario les acompaña en un «Lotuta» fulminante y tras varios rapapolvos el abrazo de «Gerlari berriak» (interpretado junto a Eneko MobyDick) aumenta la tensión de un recinto que se estaba convirtiendo en una olla a presión, pero sabíamos que se aproximaba el final. Pétreos permanecíamos entre densas atmósferas, simas subterráneas, feroces guitarras y movimientos fumetas cuando alerta la distorsión. “Barkamena” es la conclusión. Gran ovación.
Cambio de registro. Cambio de cromos. Cambio de atrezzo. Se trataba de la tercera noche de reyes en la que Highlights aparecía en el escenario de Kafe Antzokia. Las dos anteriores escoltando a sus buenos amigos Last Fair Deal, una defendiendo sus respectivos trabajos y otra homenajeando a Thin Lizzy dentro del ciclo Izar & Star, sin embargo ésta sería diferente, sería especial. Se presentaban con nuevo material y como banda principal. Era su esperado momento para brillar. El lugar idóneo para mostrar orgullosos las alegres historias incluidas en “Shine On”, un álbum que les debería proporcionar buenas audiencias en un buen número de conciertos. Un disco realizado sobre todo con el corazón que se debería vender como rosquillas, porque es una especie de decálogo (aunque contenga nueve singles potenciales) que permite descubrir el extraordinario talento de Valero, Miguel, Mario y Sergio para moverse con destreza por caprichosos entramados sonoros. El Antzokia estaba expectante, exhibía una muy buena imagen y el griterío general anuncia la presencia de unos chicos arrolladores de principio a fin. La ocasión merecía. La ocasión demandaba. Desde la entonada bienvenida con “Still Calling” hasta la alborozada despedida de “Blixie Tombs”, entre recientes cuños como “Proud Of My Bad Luck” y pasados estribillos como “Silver Queen”, desde coreados himnos como “F.A.S.O.S.” a melodías que en un futuro lo serán como “Waiting For The Dawn”… Punto y aparte. Extraordinaria, melancólica, paralizante. Excitante como la pizpireta “Taste The Flame” y la sugerente “Traveller’s Song”, una decidida composición capaz de despedazarte por su fortaleza y la delicadeza de su romántica instrumentación.
Como si de un efecto dominó se tratara van cayendo piezas como “Resilience”, anunciada por las baquetas omnipresentes de Sergio y posteriormente adivinas la silueta de Lynott al ver a Miguel moviendo la masa en un atenuado “Dancing In The Moonlight”, prólogo del intenso paréntesis que cerraría un sublime “Changes” de Black Sabbath. Silencio, éxtasis, libertad. Las huestes sucumbían ante el potencial de unos muchachos que se muestran solemnes y curtidos a pesar de su juventud en “Prayin’ For Nothing” y reivindicativos en “Revolution (What’s Goin’ On)” donde las guitarras demandan, los coros responden y la locura invita a ofrecer un plus, a jugar la bola extra de “Shoot Shoot”, la ráfaga (casi) final donde Valero y Mario afilan sus armas en un duelo soberano, perfecto colofón para distinguir los destellos del alba, las luces de “Shine On”.