James Room: «Siempre hay esperanza; incluso cuando no la vemos» | GRAVELROAD76


Carácter y entusiasmo les caracteriza. Aplomo y constancia a partes iguales y un tremendo background que les permite desenvolverse con soltura y componer una banda sonora apetitosa y embriagadora, donde son perceptibles sonidos que brotan del alma y son interpretados con el corazón. Catalogamos y etiquetamos alegremente, y en realidad deberíamos escuchar. Debemos hablar y conocer. Es un ejercicio enriquecedor. Esta es una charla que mantuvimos con James Room, un tipo del que en ocasiones hemos hablado, pero en esta ocasión la palabra es suya.

En primer lugar, nos gustaría agradecerte el tiempo dedicado, ya que nos consta que tienes una agenda apretada, de la misma manera que nos gustaría felicitarte por el disco. ¿Se están cumpliendo las expectativas?
«Muchísimas gracias. Es un placer. El disco está cumpliendo muchas expectativas, sí. El cuidado y el cariño que se ha puesto en él por parte de todas y cada una de las personas que han colaborado de una u otra manera se está viendo recompensado poco a poco de diferentes maneras. El camino es largo y soy el primero consciente de ello.»

11885246_899963540094251_5708659173513537415_nEn las alforjas muchos kilómetros, muchas vivencias y algún proyecto anterior junto a Pere Mallén. ¿Cómo recuerdas esos inicios?
«Los inicios en el oficio los recuerdo con mucho cariño. Había mucha ilusión por aquel entonces y eso es algo que me gusta luchar por mantener hoy en día. Tuve la suerte de conocer al gran guitarrista Pere Mallén por medio de grandes amigos comunes y conectamos enseguida. En aquel momento yo me tomaba la música únicamente como un medio de descarga emocional. Componía canciones y escribía lo que necesitaba soltar. El punto de inflexión data de mediados del año 2008 cuando hice un trato con mi compadre Vian Prelia. Con unos precarios medios conseguí grabar un puñado de canciones en mi casa de Madrid para dar forma a una demo, “Handmade Me”. Pere tenía intención de mudarse a Madrid y cuando escuchó esa demo me propuso tocar conmigo. Creyó en el potencial de mis composiciones y eso es algo que jamás podré agradecerle lo suficiente. Nos bautizamos como “James Room & Angry Red” y tocamos todo lo que pudimos. Grabamos alguna demo más y acabamos por venirnos a Bilbao para grabar, junto con otros músicos, en los Beard Studios un EP en condiciones, “Take One (the EP)”. Uno de los momentos que guardo con orgullo en el corazón fue tocar ante más de 300 personas en la sala El Sol (Madrid) con nuestras dos acústicas en la final de un concurso al que nos presentamos. Fue increíble que toda esa gente cantara con nosotros a coro al final del concierto.»

¿Y los inicios estrictamente musicales? ¿Dónde y cuándo crece la atracción por la música?
«La música me viene de cuna. Es algo con lo que nací. Cuando llegué ahí estaba. Y crecí con ella y rodeado de ella. Mis padres me enseñaron lo grandioso y lo emocional de la música. Creo que incluso cuando soñaba ser cowboy, justiciero o pirata me imaginaba con una guitarra colgada a la espalda.»

Creo que en algunos espacios tienden a encasillarte o meterte en una escena determinada, algo que particularmente no comparto, porque te veo inquieto, ecléctico y con miras muy amplias. ¿Quién es realmente James Room?
«Yo tampoco soy amante de las etiquetas. Puedo entender -otros días no lo hago- (risas) que para la gente sea necesario para hacerse una idea de dónde se mete cuando se enfrenta a una primera escucha de tu material. Por lo demás no soy un tipo que piense demasiado en qué canciones va a componer. Voy haciendo, supongo. Al final todo acaba teniendo un sentido. Me aferro a mi gusto por la música en general y, cómo no, por una buena historia.

Por otra parte, ¿Weird Antiqua era una idea o es un formato que se va gestando poco a poco?
«Weird Antiqua apareció por sorpresa durante su propio proceso de gestación. En mi mudanza a Bilbao traje muchas cosas dentro del sombrero. La primera y más importante el nacimiento de mi primer hijo. Mi mujer y yo queríamos verle nacer y crecer en un paisaje familiar en todos los sentidos. Esta familiaridad con la tierra y sus frutos me facilitó el encontrar los músicos que no sabía que necesitaba. Con Indigo ya había trabajado en el EP y siempre se me ha hecho fácil trabajar en la música con él. Él mismo me comentó que el bajista Aitor Zorriketa era en realidad un gran guitarrista dispuesto a emprender nuevos caminos junto a mí. El mágico Gabo llegó a mí como un regalo del destino. ¿Quién diría que nos conocimos por un anuncio en internet? No es fácil encontrar un contrabajista lo suficientemente versátil y puse un anuncio (risas)… Weird Antiqua como nombre, expresión o lo que sea nace una noche insomne de esas después de un ensayo. Tuve el acierto de hacerle al Malamute (Aitor) la eterna pregunta: “¿Qué tipo de música te parece que hago?”. “Antiguo extraño” fue su respuesta. Esa misma noche Weird Antiqua se presentó ante mí con un sinfín de posibilidades. Estilo, concepto, banda, disco, marca…

¿Qué destacarías de tus compañeros de viaje, Gabo, Aitor e Iñigo?
«Lo primero a destacar de ellos en conjunto es lo buena banda que son y la profesionalidad de la que hacen gala encima de cualquier escenario.»
«Gabo es un gran compañero, un maestro de su instrumento y siempre disfruto viéndole bailar a mi lado como un loco con su contrabajo.»
«El Malamute es un fiero introspectivo, grandísimo arreglista y con un gran afán de superación.»
«Indigo es el mejor cantante que te puedas echar a la cara (es un honor y una responsabilidad tenerle cubriéndome las espaldas), apasionado como muy pocos en el oficio y siempre en busca de la perfección. Soy muy afortunado, como ves.»

Soy de la opinión que la música refleja un estado de ánimo, un sentimiento que se manifiesta en las canciones. La pregunta recurrente del proceso de composición te la habrán formulado infinidad de veces…
«La música es muchas cosas para el tipo que la escribe. En muchas ocasiones refleja de forma fidedigna un momento muy concreto. Y esto pasa, creo, con todas las formas de arte. Por eso me gusta referirme a ello como Haikus aunque sólo coincida por definición con su relación con el “ahora” de cada momento. El proceso de composición puede ser simple o complejo. Hay canciones que se componen en media hora y hay otras para las que necesitas media vida. Pero en todos los casos has de conectarte con el momento en el que surge la idea. Hay veces en las que la letra viene primero y buscas la música adecuada y otras en las que has de encontrar las palabras correctas que encierren todo lo que deseas. Creo que fue el maestro Neil Young quien dijo que componer una canción es como atrapar a un animal salvaje, quieres cogerle pero no quieres hacerle daño.»

Y en ese proceso de creación surge la solemnidad de “Sometimes”, la rotundidad de “Tin Box Man”, la sensualidad de “Jailed Lion”, con la que obtuviste el premio a la mejor composición original por parte de indi.com o la vitalidad de “Same Old Jack”. ¿Esperabas ese reconocimiento?
«La mención de indi.com fue algo absolutamente inesperado. Fue Rose Of Dolls quien me habló de ellos y me instó a que mandara algo. Después de mostrarme algo zalamero con el asunto me decidí a mandar “Jailed Lion”  y a las pocas semanas me comunicaron el fallo del jurado. Siempre es una alegría recibir reconocimientos. No es por lo que trabajas pero mentiría si dijera que no me gustó.»

a2124157451_10Creo que el hilo conductor del disco es la esperanza, con melancólicas melodías y estructuras sensitivas propicias para esta escuchar y disfrutar en otoño.
«Me alegra que hayas sentido eso. Siempre hay esperanza. Incluso cuando no la vemos. Y el otoño siempre ha sido mi estación favorita. Aún queda calor y frío. Hay tormentas y algún soleado espejismo.»

Acompañado por una voz grave y cálida. ¿Compositor, cantante, instrumentista o comunicador?
«Podría elegir quizás compositor y comunicador. Yo canto desde siempre y cuando decidí por mí mismo empezar a tocar un instrumento fue porque quería componer. El primer día aprendí tres acordes y esa misma noche compuse tres canciones. Supongo que las tenía en la parrilla de salida ya, jajajajaja… Y comunicador por supuesto. La primera parte de la comunicación viene con la composición. Luego se remata todo de dos formas: la grabación del disco y los conciertos. Lo mejor de los conciertos es que la comunicación pasa a ser casi una conversación con la gente que tienes en frente. Esa es la mejor forma de comunicar.»

Y mientras escuchas el disco te das cuenta que esas canciones son muy visuales. Comicidad y emotividad que descubres en los directos.
«Cuando me planteo la composición y la grabación de la música quiero dotarla de toda la atmósfera visual que puedan llegar a captar los oídos a ojos cerrados. La imaginación no tiene límites y te puede hacer viajar. Los directos son otra historia pero han de mantener la esencia. Hay veces que las circunstancias o determinado tipo de público no permiten la escucha pausada, la paciencia o la alquimia. Por eso me gusta enfrentarme a distintos tipos de concierto. Me permite jugar. Me permite descubrir.»

Por cierto, directos elogiados en gran parte. ¿Hay algún día recordado especialmente?
«El escenario es el hábitat natural. Eres libre allá arriba. Pero tienes una responsabilidad para con tu música. Has de hacerlo a tu manera pero hacerlo bien. Hace pocos días tuvimos la oportunidad de tocar en la ceremonia de clausura del Bilbao Web Fest en el auditorio del museo Guggenheim. Fue un placer tocar para creadores venidos de todas partes del mundo y poder charlar con ellos después del show. Pero una noche que no olvidaré fue la presentación del disco que hicimos en Bilborock hace ya unos meses. Fue un concierto que preparamos con mucha dedicación y mucho esfuerzo. Hubo mucho trabajo alrededor de esa noche. Nos acompañaron en el escenario algunos grandes amigos que no hicieron más que engrandecer nuestro trabajo con el suyo (Pablo Almaraz, Naiel Ibarrola, Inés Eleuteria). Fue una gran, gran noche y ni el fútbol ni otras opciones más mayoritarias que la nuestra nos podrá arrebatar eso jamás.»

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Pero un día esperado y posteriormente recordado tendrá lugar en breve. ¿Cómo recibiste la noticia del concierto junto a The Delta Saints? ¿Hay ansiedad? ¿Es el resultado del trabajo realizado?
«Lo considero una oportunidad de esas de las que no sabes qué va a salir de ellas. Nos hace mucha ilusión dado que es una banda muy admirada en el local de ensayo. Desde el primer momento que llevé el “Death Letter Jubilee” al local fue una banda que nos despertó mucha esperanza. No creo que haya ansiedad sino ganas de hacerlo bien, ganas de enchufarse y echar a volar. Es uno de esos frutos que está dando el disco y la aceptación del mismo. El 10 de noviembre en el Stage Live de Bilbao “Weird Antiqua” se medirá con “Bones” y espero que haya empate.» (risas)

¿Hay algún proyecto en mente?
«Siempre hay alguna bala en el revólver. Muchas ideas. Pero creo que le debo a Weird Antiqua el derecho a seguir adelante, a seguir rompiendo barreras. La jaula del león está abierta y veremos qué hace. De momento voy dando forma a nuevos temas que guardo en las alforjas.»

Si crees que nos hemos dejado alguna cuestión importante es el momento.
«No creo. Si alguien tiene curiosidad por algo más que me busque. Será un verdadero placer charlar.»

Nos vemos en el camino, amigo.
«Muchas gracias, amigos. Nos vemos seguro.»

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