Viernes 15 de mayo de 2015 en Salason, Cangas
Viernes, un día perfecto para disfrutar de la música en directo y nosotros lo teníamos claro. No perderíamos la oportunidad de reencontrarnos con unos viejos amigos. Esta sería su segunda visita y estábamos deseosos de ver como sonaban los nuevos The Statesboro Revue y como defendían su nuevo disco “Jukehouse Revival”, un álbum del cual no dejamos de decir maravillas.
La primera impresión era muy buena, en la prueba de sonido ya nos dieron una pista de los que nos podíamos encontrar esa noche. Ellos estaban felices y eso también ayudaría a que el ambiente fuera de fiesta desde el minuto uno.
Unos 70 asistentes nos encontrábamos frente a los chicos de Texas cuando comienza a sonar su ya conocido “Til I Leave”… una canción con la cual el público parecía estar frío. Entonces suena “Honkytonkin” y es aquí, con esta canción del nuevo álbum, cuando más de uno comienza a mover el esqueleto, al mismo tiempo que podemos apreciar lo importante que ha sido la incorporación de los teclados a la banda. Travis Bishop es el encargado de las teclas, él está detrás de toda la banda junto a la batería, escondiendo su mirada bajo una gorra de mecánico, pero por muy desapercibido que quiera pasar, al final termina siendo uno de los protagonistas de la noche. Es con “Honkytonkin” cuando podemos disfrutar con los primeros duelos entre la guitarra de Garrett y los teclados de Travis.
Tras un par de temas antiguos vuelven a ofrecernos una buena dosis de su nuevo material. Stewart coge la guitarra acústica y suena “Bedroom Floor”, tras la cual sin pausa comienzan los primeros acordes de “Undone”. Apenas llevábamos 25 minutos de bolo y todo el mundo se encontraba bailando en la sala ante una banda que sonaba muy compacta y que derrochaba simpatía por doquier. Fue al final de “Undone” donde todos quedamos maravillados con un nuevo duelo entre los teclados de Travis y la guitarra de Garrett , al que en esta ocasión se uniría Stewart con su armónica. Sin suda con este instante el hielo se rompía definitivamente, a partir de entonces público y banda de unirían en una fiesta que solo tendría fin cuando los instrumentos dejaron de sonar un par de horas después del comienzo del concierto.
La banda tenía una ruta marcada… plantearon un set list donde intercalarían temas de sus anteriores trabajos con canciones de su nuevo disco… gracias a ello pudimos comprobar que sus nuevas canciones sonaban de lujo, que la banda estaba perfectamente conectada. Con una simple mirada sabían que en ese momento comenzaría un solo de armónica al cual pocos segundos después contestaría las seis cuerdas de Garrett, después las teclas de Travis y de nuevo la armónica de Stewart y así en cada canción, prolongándolas hasta el momento preciso de decir stop… Cada solo siempre estaba perfectamente sostenido por el bajo de Ben y la batería de Kris, demostrando ambos estar perfectamente compenetrados y fueron la perfecta base rítmica durante todo el show.
No faltó el correspondiente homenaje a BB King, al cual rindieron sus respetos tocando uno de sus temas más blusísticos.
Estaba siendo una noche mágica, otra noche para el recuerdo, que tras hora y media de concierto parecía llegar a su final, y fue entonces cuando vivimos uno de los instantes más divertidos de la noche. Stewart cuenta una anécdota sobre ese día en el cual tuvieron que cancelar uno de sus bolos al sufrir su furgoneta un reventón cruzando Tallahassee. Tras contar la historia Stewart grita «Puta Tallahassee», y en ese momento comienza a sonar «Tallahassee», la canción con la que tenían pensado decir adiós. Toda la sala se volvió loca en ese instante y acompañó ese final de The Statesboro Revue cantando a coro “Puta Tallahassee… Puta Tallahassee”… risas, cánticos, vítores, aplausos, saltos… así daban por concluido a su concierto…
Pero como es de costumbre, en Cangas ningún concierto llega a su fin hasta que el público decide que es momento de descansar. Tras los correspondientes oés, aplausos y un largo trago de licor café, la banda vuelve al escenario, cosa que harían en dos ocasiones más. Durante el primer bis nos sueltan una cover de los Allman Brothers, waw… Stewart intercambia su gorro por una gorra de los Allman y comenzamos a vivir los últimos minutos de desenfreno, en ese momento llegamos a sentirnos como si estuviéramos frente a frente con los mismísimos Allman, ya que Statesboro Revue supieron materializar perfectamente esa majestuosa “Southbound”.
La cover de los Allman podría haber sido el broche perfecto para finalizar su concierto, pero el público estaba deseoso de más y la banda sin duda supo agradecer la gran respuesta ofrecida hasta el momento por los allí presentes. Volverían a salir por segunda vez para concluir el show con su ya conocida “Hands On The Sun”, y para que todos nos volviéramos definitivamente locos y acabáramos con una sonrisa de oreja a oreja, acto seguido nos dedican “Brown Sugar” de sus admirados Rolling Stones… y así, entre cuerpos sudorosos saltando por todos lados y gritando al unísono «Brown Sugar», la noche de Statesboro Revue llegaría a su fin.
Nota: Sí, para aquellos que no estuvieron allí, Stewart también voló sobre las cabezas del público en esta ocasión… Como diría él después del bolo. Jamás me imaginaría una noche tan loca como ésta en mi Texas natal jajaja.
Os dejamos unos cuantos vídeos de es noche con Statesboro Revue