Mirar hacia el futuro, sin perder de vista el pasado y teniendo muy presente el mismo. Buscar la felicidad. Encontrarla. Sin frivolidades, porque ese estado se puede encontrar cuando menos lo esperas, en la más pulcra sencillez, en situaciones puntuales o en momentos de euforia. Recorremos este camino muy deprisa, dejando olvidadas muchas estaciones que nos pueden deparar momentos inolvidables teniendo encorsetados mensajes que insisten en seguir la corriente… Filosofando un rato. Pensando cómo narrar los cuarenta y cinco minutos de felicidad que vivimos con Highlights el pasado sábado en su primera incursión desenchufada. Un momento de felicidad. Suyo, porque sus caras transmitían alegría y satisfacción, y obviamente nuestra; venimos defendiendo que mantienen una constante progresión que obliga a su atención y un concierto de los chicos siempre resultará excitante. Si a ello sumamos que íbamos a saborear la esencia de unos eléctricos riffs vistos bajo un prisma acústico… Atractivo.
Teníamos la oportunidad de descubrir la faceta más íntima de los chicos, escuchar melodías desnudas arropadas con la calidez de la acústica y sentir la curiosidad por saber cómo afrontarían el envite, por lo que, presintiendo que no serían pocos los que respondieran a la llamada y dada la gratuidad de la tentativa, nos presentamos en el lugar con tiempo suficiente como para elegir sitio. Elección acertada. Podéis adivinar porqué. Estaban realizando la prueba de sonido, y he de decir que sonaba compacto, las horas de ensayos para defender su cancionero sin enchufes estaban bien invertidas. Extraña sensación. Últimamente estamos habituados, al menos en Bilbao, a presenciar conciertos de esta índole, ya sea por cuestiones de espacio y lugar, ya sea por nuevas aventuras de las bandas, pero ver sentados a Miguel, Mario, Xabier y Sergio no dejaba de ser chocante. Bueno, el bueno de Sergio siempre lo está tras los tambores. A falta de diez minutos para que la cosa comenzara a andar vemos como se apelotona gentío en fnac Bilbao, y los chicos poco tardan en colocarse cada uno en su posición, saludan, dan las gracias a los presentes y arrancan vía “Last Sunset”, ritmo vitamínico perfecto para dar comienzo no sólo el bolo, sino su andadura en las profundidades acústicas. Tal vez timoratos o temblorosos como un funambulista en la partida, pero en cuestión de segundos la acrobacia sobre el alambre fluye y se sienten cómodos, alegres, se aprecia la sintonía, la voz de Miguel brilla y canjean la novedad del momento por un asombroso regalo para el disfrute de los asistentes en un acto de generosidad y versatilidad que les engrandece como músicos. Rotundidad que suena hipnótica en “F.A.S.O.S.”, y gracias a la amplitud del formato la vibrante “Silver Queen” se siente como una sensual tonada. Pequeño paréntesis entre sus composiciones para presentar sus respetos a Thin Lizzy con la lírica y emotiva “Dancing In The Moonlight” que solventan con destreza, y paulatinamente abordan las tres que quedan de “Storming The Gates”, su ópera prima en forma de EP que les ha aupado a una serie de premios, entre ellos una actuación que promete en Azkena Rock. Recordad y apuntad fecha, hora y lugar, porque serán (si el guion es el mismo de estos últimos años) los encargados de darnos la bienvenida. Habíamos vivido momentos trepidantes y la gente disfrutaba con los arranques de Mario y Xabier con las acústicas, la transpiración convertía por momentos el lugar en una sauna mientras Sergio ofrecía una masterclass de swing con las baquetas y demás cacharrería percusiva y Miguel rozó notas con su garganta que no habríamos imaginado, pero todo tiene un final, que llegó con una agradable sorpresa. El último regalo. Desde New York a Arrigorriaga pasando por Bilbao. “Nothing To Loose”, declaración de intenciones. Destellos acústicos. La acústica de Highlights.
Dancing In The Moonlight