Sábado 21 de febrero en de 2015 en Al’s Music Factory, Avilés
Es un verdadero placer compartir con todos vosotros este fantástico trabajo realizado por Juan Tomé, quien pudo estar con los chicos de Cody Beebe & The Crooks unas horas antes de comenzar su show en Avilés. La banda de Seattle que apenas 24 horas antes incendiaran Cangas con su rock contundente, antes de su bolo en el Niemeyer se pasaron por Al’s Music Factory, la tienda de música donde realizaron una breve sesión acústica, a la que pertenecen las fotos y el texto que a continuación podrás disfrutar.
Esto se está convirtiendo en un hábito y como todo hábito puede llegar a enganchar… Y de qué manera. Han sido sólo dos veces las que mi bro Toni me ha invitado a participar junto a él en la tarde previa a un concierto y una situación como esa llega a enganchar y más cuando te encuentras con que los componentes del grupo son gente muy abierta y cercana con los que nunca llegas a sentirte un extraño.
La verdad es que este viernes la cosa no empezó demasiado bien, pero no por nada malo. Simplemente hubo un lío con las horas y cuando me presenté a la cita, hacía un ratito que se habían marchado. Es lo malo de tener un road manager como el bueno de Heavy-D, que por complacer al promotor, se plantó en Avilés con una hora de adelanto sobre el plan previsto. Esto, desgraciadamente, hizo que me perdiese la visita a la playa de Salinas y las consiguientes fotos de la banda con las salvajes olas del Cantábrico de fondo y del baño que se llevaron por no ser precavidos.
Pero no fue mucha la espera y así en unos 15 minutos los tenía de vuelta en el hotel, todos ellos hacinados en el monovolumen de Toni, con Heavy-D y Brian sentados en el maletero como si fueran, en sus propias palabras, unos grandes perros lanudos. No sé lo que les contaría Toni, pero el recibimiento fue genial. Parecía que ya nos conociésemos desde hace años y los abrazos y sonrisas no se hicieron esperar. Ahora si que empezaba lo que prometía ser una tarde muy especial. Y tras unos minutos para poder cambiarse las ropas mojadas (parecía que se hubiesen bañado en el mar) nos dirigimos hacia la segunda cita del día, la Al’s Music Factory, que muy amablemente Alfredo, su propietario, puso a nuestra disposición a pesar de estar cerrada los sábados por la tarde. La banda se sintió pronto como en su casa y la música comenzó poco a poco a inundar el local mientras Cody y Skyler probaban unas guitarras, Aaron practicaba con un Hammond en la trastienda o Brian jugueteaba con unos parches de ensayo. Así poco a poco se fueron calentando hasta que decidieron regalarnos un par de temillas en acústico que sonaron a gloria. En esos momentos me sentía como en una nube, e incluso me olvidé de hacer fotos, pues necesitaba experimentar al máximo lo que allí estaba sucediendo. Simplemente glorioso. Desgraciadamente el tiempo corría en nuestra contra y tuvimos que dejar a Alfredo y su tienda para acercarnos a llenar un poco los estómagos y poder afrontar el concierto en buenas condiciones. Y entre cerveza y lonchitas de jamón, continuamos con una agradable charla en la que por supuesto salió a colación Seattle y los años 90 además de un montón de cosas como el festival Chinook, del cual Cody es fundador y donde han participado bandas como SweetKiss Momma o Robert Jon & The Wreck, buenos amigos de nuestros nuevos amigos. Willie Nelson, el Country y un montón más de temas surgieron en nuestra conversación y así habríamos seguido de no ser otra vez por el puñetero tiempo, que aunque abundante, seguía recordándonos que había que celebrar un concierto. Vuelta al hotel para recoger el equipo y camino al Niemeyer.
Para quien no lo conozca, el Centro Niemeyer de Avilés es un conjunto de edificios bastante sencillo, pero muy impresionante por sus formas, su ubicación y por supuesto, como suele ser habitual en las bandas que lo visitan por primera vez, caras de asombro en la primera toma de contacto. Pero había que trabajar, o sea que tras un rápido vistazo, nos pusimos manos a la obra (si, yo también que no va a estar uno mirando como curra gente tan agradable). Descargar la furgo, montar el equipo y probar. Y que prueba. Aquello sonaba de maravilla y auguraba lo que iba a ser una noche espectacular. Tras esto, llegó el momento de darles un respiro para que realizasen sus últimos rituales, aunque aproveché mi ‘especial’ situación para que me firmasen todos ellos el vinilo y así evitar las aglomeraciones post concierto. Y ya si, momento de salir del camerino y dejarles un rato de relax. Momento para irme a la sala a saludar a la los amigos que iban llegando y darles un poco de envidia contándoles la tarde tan genial que había vivido, hasta que las luces se apagaron y comenzó el espectáculo…
Y tras el concierto y cuando ya todo el mundo se había marchado, las despedidas. Abrazos de nuevo, grandes palabras por parte de todos y la promesa de una pronta vuelta por estas tierras, vuelta que un servidor no piensa perderse pues como suele ocurrir, se quedaron muchas cosas en el tintero. Y no, no me he olvidado de contaros lo que pasó sobre las tablas del Club Niemeyer. Simplemente ese no era hoy mi cometido. Para eso seguro que nuestros corresponsales repartidos por toda la piel de toro, desde Galicia hasta el Levante, pasando por Cádiz o Barcelona, están más y mejor preparados que yo, o sea que esperaros a sus crónicas. Mi objetivo hoy era contaros algo diferente, algo que aunque muy habitual en las giras, no es lo que todos soléis vivir. Y tal como sucedió, os lo he contado. Esperando a una próxima cita, solo agradecer a Cody, Skyler, Eric, Aaron y Brian por ser gente tan cercana y agradable. A Heavy-D, su road manager por ser un tío tan grande y por supuesto a Toni por hacer que mi vida sea un poco más agradable invitándome a compartir con él estas experiencias.
A continuación podrás ver un vídeo de esa sesión pre concierto, espero que la disfrutes, como lo hemos hecho nosotros.