La noche que Stone River arrasaron Salason | GravelRoad76


Hemos decidido dejar pasar unos días para de un modo más relajado intentar explicar lo vivido en el que para nosotros sería el segundo concierto de este 2015. Pero ahora que han pasado esos días me sigue siendo igual de complicado intentar expresar con palabras la noche que Stone River arrasaron literalmente el escenario de Salason.

La banda llegaba extenuada a causa de un extenso y pesado tour que estaba a punto de llegar a su fin. Tras la prueba de sonido prometían por activa y por pasiva que lo darían todo, pero estaba claro que disfrutar al 100% de la fuerza de esta banda en directo era cosa bastante complicada; solamente con ver sus rostros uno pensaba que lo mejor para ellos sería que esa noche se cancelara el concierto y así poder descansar antes de afrontar las dos últimas fechas de la gira.

Tras una larga charla con los chicos y sobre todo con Darren, presentamos a la banda ante una buena cantidad de público, unos 80 asistentes deseosos de otra velada de rock americano, aunque en esta ocasión la banda procedía de Toronto (Canadá).

Viernes 6 de febrero de 2015 en Salason, Cangas

Entre la penumbra sale al escenario Darren armado con su Gibson SG, aunque comenzaría a tocar los teclados para ir amenizando con una intro tras cuyos primeros acordes irían entrando poco a poco cada miembro de la banda. Comienza un show con un inicio prometedor, donde dejan claras sus intenciones de compaginar temas de sus dos discos, como fue en el caso del inicio donde consecutivamente tocan “River We Crossed” y “Southern Feeling”. Todo perfectamente planificado, dejando patente que no buscaban enamorar al público presente por la vista, sino por los oídos. Si uno cierra los ojos en su show puede sentirse estar ante los Allman Brothers, incluso el recuerdo de Shannon Hoon y su voz aflora por momentos en nuestras cabezas; acordes zepellianos y reminiscencias a sus adorados Stones, todo ello es parte del aura creada por Stone River.

Vale, estaba claro que sonando  temas como «Good Times Bad Times» de Led Zeppelin o el «Whipping Post» de los Allman también dejaban bien reflejado que ellos no ocultan sus referencias musicales.

El concierto siguió los cauces normales, musicalmente perfectos, entrelazando esas tres guitarras como si llevaran toda la vida juntas, tres guitarras aunadas por una perfecta base rítmica donde destaca la contundencia de Sasha a la batería. A pesar de tener la garganta dañada, Renan saca fuerzas de flaqueza y desgarra sus cuerdas vocales para que nos quedemos atónitos ante canciones como “Thank You” o “Come On”.

Cuando estaba sonando “Hard Road” llevaban poco más de una hora de concierto, y en ese momento alguien en primera fila comenta que solamente queda una canción más… Efectivamente, así es. En el set list solamente podemos comprobar que el tema para finalizar la noche es “Euphoria”.

Era el momento de hacer que ese concierto no terminara como si no pasara nada por allí, teníamos que hacer todo lo posible para darle a la banda las fuerzas necesarias para que de un concierto normal pasáramos a vivir una verdadera odisea sonora… y sí, una vez más conseguiríamos nuestro objetivo. Justo antes de tocar «Euphoria» administramos una dosis precisa del elixir gallego, Y entonces aquello pareció recobrar vida. Lo que estaba siendo un buen concierto perfectamente ejecutado, técnicamente sin un desliz, Terminaría siendo un verdadero descontrol sónico donde los cinco de Toronto sacarían a relucir todo el nivel musical que llevan dentro, al mismo tiempo que sus rostros manaban felicidad y actitud 100% rock.

Con “Euphoria” vivimos el renacer de unos cuerpos cansados. En ese momento comenzaba otro concierto. Durante esta canción destacaría sobre todos un Darren que ocultando su mirada bajo la visera (sí, la de Fernando), demostraría su dominio a las seis cuerdas. Impresionante esa jam durante la cual Darren por momentos aparcaba su guitarra para embriagarnos, sonoramente hablando, con el órgano, mientras Renan y Jeff mantenían un duelo abierto a las seis cuerdas… Ahora sí estábamos ante un concierto de rock, 16 minutos donde nuestras cabezas no paraban de girar descontroladamente, donde el sudor invadía nuestros cuerpos, vítores, gritos y aplausos por doquier… ¿Estábamos ante  Stone River o Grateful Dead?… uf… difícil respuesta que solamente sabes contestar si abres los ojos.

Sabíamos que algún bis caería pero jamás pensamos en lo que se nos avecinaba… salen de nuevo al escenario y nos espetan “Jumpin’ Jack Flash” a toda leche, ante un público enloquecido que no paraba de saltar y gritar, enloquecido hasta el punto de que haciendo caso a Renan decide subir al escenario y aúpan sobre sus cabezas a Jeff. La banda no se creía lo que allí estaba pasando y mientras tanto nosotros dejamos que nuestras almas poco a poco fueran poseídas por el espíritu del rock.

Se despiden y vuelven a salir nuevamente al escenario. Segundo tema extra, “Hanging In The Bowline” que sonó como jamás hubiera imaginado en mi vida que podría sonar ese tema incluido en su nuevo trabajo. Jeff volando sobre las cabezas de los allí presentes, Renan, Darren… e incluso Sasha no quería ser menos y terminó lanzándose sobre nosotros, mientras los despedimos con una gran ovación.

La sala enciende las luces, suena música a toda leche y cuando menos los esperábamos Stone River salen una vez más al escenario, esta vez son ellos los que animan al público. Sí, la banda sale para que el público grite y así se apague el sonido de la música y ellos puedan deleitarnos con un tema más… ya casi dos horas de concierto y no querían despedirse, nunca una banda salió a pedirnos que gritáramos como locos…

Estaba claro que la noche no podría terminar mejor. Ver a esos músicos agotados dándolo todo sobre el escenario fue impresionante, no me lo podía creer cuando comienzan a sonar los acordes de “Twice As Hard”. Sí, The Black Crowes«de modo agradecimiento por una noche inolvidable” como después me dirían. Imaginaros lo que pasó en esos minutos posteriores al primer acorde, porque por mucho que os lo intente explicar me quedaría corto. El público invadiendo el escenario a petición de la banda, cantando juntos, enloqueciendo al unísono, siendo simplemente felices… porque estamos locos y amamos el rock.

Hemos vivido y esperamos vivir grandes noches de rock&roll pero sin duda alguna la visita de Stone River la recordaremos eternamente y jamás olvidaré las palabras de Sasha cuando la sala estaba vacía…

«YOU ARE FUCKIN LOCOS, YOU ARE THE BEST»

Aquí me despido con un par de vídeos de una de las mejores bandas que han tocado por estos lares sin duda alguna, deseando que tengan toda la suerte del mundo y que la próxima vez que los vea sea sobre el escenario de un gran festival.

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