Highlights & Last Fair Deal, un legado de reyes | GR76


La tradición dice que el día en cuestión es el elegido para que los niños celebren la llegada de los reyes de oriente. Por segunda vez unos reyes especiales visitaban Kafe Antzokia. Los niños reciben caramelos y golosinas cuando acuden al reclamo, mientras los dulces que otros recibimos son en forma de bellas historias y canciones que tal vez te trasladen a una época en la que fuiste niño y soñabas con visitar alguna vez a alguno de esos monarcas. Dos visiones. Una esperanza. Un regalo, un estímulo. Una velada especial que tiene como actores principales a dos bandas que se volvieron a ganar el respeto de la asistencia mostrando el suyo propio a leyendas como Thin Lizzy y Led Zeppelin, así que si sumamos todos los ingredientes, el resultado no podía ser otro. Llenazo. Noche de reyes. Noche de homenajes.

1899909_764822920274981_8886627101570691937_nSi bien el año anterior el desarrollo circularía en torno a sus trayectorias, en esta ocasión lo haría dentro del ciclo Izar & Star, donde diferentes formaciones vascas rinden pequeños tributos a algunas figuras que les han marcado. En el caso que nos ocupa, sólo con nombrar las bandas sabemos que la velada ya parte con ventaja para ser gloriosa. Desprende un aroma especial. Sobran las palabras. La única pregunta que uno se hacía era como resolverían la difícil tarea de abordar dos setlist con semejantes piezas, pero nada más salir los de Arrigorriaga preguntando “Are You Ready?”, quedo respondido. Sudor, cánticos, movimientos de brazos y cabezas, aplausos y mucho Rock n’ Roll. Seguramente recurrirán a alguna “imprescindible”, pero hay que tener en cuenta que el tiempo juega en su contra, y aunque lo habríamos agradecido, no pueden estar dos o tres horas actuando. No cabe duda que la similitud gravita en torno a Miguel Moral y Phil Lynnot dada su condición de bajistas-vocalistas, pero las guitarras de Mario (con quien comparte la función de vocalista) y Xabi mantienen los diálogos a las seis cuerdas a la misma altura que los irlandeses, y en la batería tenemos al sonriente Sergio marcando perfectamente los tiempos.

Continúan con la profundidad de “Chinatown”, metiéndose en el bolsillo a un público ávido en recuerdos, sensaciones, y hasta bailes. Hablando de bailes. Toca bailar. Una acertada visión de “Dancing In The Moonlight” suena embriagadora y mantiene ese carácter medio funky medio sensual gracias a la aportación de Willy, saxo de Cherry Boppers y los rasgeos de Mario con la Strato. Arrolladores y compactos, no debe resultar sencillo defender el cancionero de Thin Lizzy y salir victoriosos del envite, cosa que estaba sucediendo. Sus rostros les delatan, y saben que el respetable está disfrutando tanto como ellos, entienden el lenguaje corporal y con “Still In Love With You” un emotivo aplauso resuena en un Antzoki rendido ante las virtudes de los chicos. Dedicación especial por parte de Miguel a su madre, estremecedor sólo de Mario, espacial a cargo de Xabi y los platos de Sergio creando cálidas atmósferas en una reluciente resolución. Una de esas canciones que siempre han querido tocar. ¡Con dos cojones!

1522730_764818576942082_4288664258913942776_o1Tras “The Boys Are Back In Town”, presentan alguna de las canciones que se encuentran en “Storming The Gates”, el primer EP que acaban de editar, para despedirse por todo lo alto con “Black Rose”, epílogo céltico a una actuación medida y sudada. Otra declaración de intenciones a las que nos tienen muy bien acostumbrados. Sin grandes alardes, pero precisa, contundente, comedida y vital, con apuntes esperanzadores de futuro de un cuarteto con un estupendo presente y gran respeto hacia el pasado. Hablando de futuro. Ya sé que lo he dicho unas pocas veces, pero no será por insistir. Azkena Rock Festival. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Highlights es una de ellas.

10931300_765888103501796_3985356843887517722_nSi Mozart o Bach pertenecen al selecto grupo de compositores, de clásicos o maestros, ¿qué podríamos decir de Led Zeppelin? Quien se atreva a mantener y defender un repertorio con sus canciones ha de ser o muy osado o muy bueno. Last Fair Deal son muy buenos. Tienen un feeling especial que les hace especiales. Una baterista de lujo, Virginia Fernández, que al igual que el anterior mantiene una permanente sonrisa, un fino y profundo bajista como Iker Arbizu y un excepcional guitarrista y gran vocalista, Gonzalo Portugal. Un sólido trío que maneja a la perfección el amplio espectro del blues-rock. Tan pronto estás en Texas, como te acercas a Chicago, o vuelas hacia la costa oeste, navegas por las costas europeas… Cream de la cream. Bueno, esa noche mutaron en Led Zeppelin.

Nos dan la bienvenida con la envolvente “Moby Dick”, calor instrumental para una noche invernal, y desde el primer momento te das cuenta que estás ante unos chavales que no solo interpretan las canciones, las sienten como si fueran suyas. Las viven, son conocedores de la pasión que la gente siente por los británicos o hacia himnos como “Whole Lotta Love”, segunda de la noche, el perfecto efecto sauna para abrir poros, sudar, enloquecer e intentar al menos por mi parte expulsar los molestos virus de una gripe traidora que a día de hoy continua con su tiranía.

Al igual que sus compañeros de velada, han de hilar muy fino para que no parezca un recopilatorio de “Greatets Hits” e intentar abarcar en mayor medida el legado zeppeliano, y aunque cada asistente podría tener un setlist diferente en su cabeza, a uno le sorprendió gratamente que la elegida en tercera posición fuera la cósmica y envolvente “Nobody’s Fault But Mine”, una debilidad personal resuelta a la perfección por la voz nasal de Gonzalo, una eficaz Les Paul acompañada por el carismático wah-wah y una consistente base rítmica. Faltó la armónica, si, pero, ¿qué más da? Una interpretación de muchos kilates, un ambiente pasional, reverencial, coral…

Debido al estado de ingravidez que experimenta el cuerpo en situaciones febriles, había que intentar (si fuera posible, dada la aglomeración) presenciar el resto del concierto desde una situación un poco más apartada, pero antes ya habíamos visto cómo salían a escena Diego las Heras al teclado, Miguel de Highlights y posteriormente Iñigo de Quaoar, rozando este último la elegancia vocal del señor Plant (extraordinario “Good Times Bad Times” que se marcaron), que hipnotizó a unos cuantos incrédulos con unos agudos auténticamente paralizantes en la folkie “Going To California”. La lírica del rock, el electrizante poder de la acústica, la sencillez deslumbrante, porque en ese momento nuestro amigo de las luces… Personalmente habría ahorrado tanto foco. Una opinión.

10931523_765886860168587_3152783672225792015_nDesde la lejanía todo es diferente. El público es el mismo, pero la nueva perspectiva te enseña la entrega y unión existente, se ven los aplausos y se siente más próxima la marea agitada de cabezas y puños en alto, contagian los bailes atávicos cuando suena “Black Dog” o los maravillosos gritos al cielo en “Babe I’m Gonna Leave You”, o suenan grandiosos los ecos de “Inmigrant Song” y su enérgico riff. Una velada mágica, tal vez porque se trata de la noche que se trata, quizás por la inmensidad de las bandas tributadas por otras que aun teniendo su historia propia nos obsequian con minutos para guardar bajo llave, o puede que tan solo fuera un ejercicio de honestidad y respeto.

Si, no podía faltar a la cita “Stairway To Heaven”, uno de los grandes himnos de la historia del rock, una de esas canciones que son conocidas y reconocidas mundialmente, pero hay que tener unos arrestos de oro para hacer lo que hicieron esa noche. Magistral. Terrible. Sencillamente acojonante con la con la SG de dos mástiles, la calidez, la ejecución, el desarrollo… Podríamos extendernos, pero es mejor que lo imagines, o simplemente que tengas la fortuna de asistir a uno de sus recitales y si suena la flauta… Más no se puede pedir. Por cuestiones de la multitud agolpada frente al puesto de merchan, el cansancio y que tendremos tiempo para tener en nuestras manos discos y demás, decidimos volver camino a casa escuchando el silencio de la noche y adivinar la luz fugaz de alguna estrella en la oscuridad. Mientras soñábamos con reyes, regalos, frenadoles y pasiones.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s