Sábado 27 de diciembre de 2014 en La Iguana, Vigo
El 27 de diciembre es un día marcado en rojo en el calendario. En un rojo mas fuerte que las fechas de las absurdas y largas navidades que nos saturan de villancicos que tienen 40 o 100 años y que ni dios es capaz de renovar. Menos mal que nos queda Siniestro Total para despedir el año con todos los honores. Por eso no podíamos faltar al 33 cumpleaños de la banda, no podíamos perdernos la apuesta segura que resulta ver un concierto de Siniestro Total. Más aún si se celebra en “su” sala: La Iguana.
No voy a ser yo precisamente el que hable de una banda que como decía lleva 33 años siendo uno de los referentes del panorama nacional, y de la que está todo dicho por los grandes profesionales de la crítica musical. Voy a limitarme a contar lo que supone estar delante, una vez más, de una formación que dispone de auténticos himnos musicales que generación tras generación escuchan y escucharan y nosotros con mucho cariño les cederemos y contaremos.
Ver un concierto de la banda viguesa resulta siempre una felicidad absoluta, desde el inicio se crea un mundo propio envuelto en el rock memoria que Siniestro nos regala durante todo su concierto. La subida de adrenalina aparece ya con el primer acorde y hace que visualmente y auditivamente recorras distintas épocas musicales de tu vida acordándote de salas, colegas, compra de sus discos ect, etc.
Después del concierto/show de Joao Tomba, incluyendo una presentación de los “músicos” que componían el sonido pregrabado, la gente empezó a buscar hueco en las primeras filas. Nosotros ya lo habíamos conseguido previamente y estamos a un metro del escenario. La Iguana estaba abarrotada, se respiraba ganas de pasarlo bien y sabíamos que estábamos en el sitio adecuado con la banda perfecta. Que empiece ya!!
A las 00.15 h. y tras una auto-felicitación sonora por el cumpleaños, sonaba “Yo dije Yeah” y a continuación “Superávit”. Un preámbulo perfecto para escuchar el primer himno de la noche: «Miña Terra Galega». Julián Hernández empezaba a amenizar las pausas con sus historias y humor característico y las primeras gotas de sudor y empujones empezaban a notarse en el cuerpo. Una alegría escuchar “Chico de ayer” y “Emilio Cao” en la primera media hora, temas perfectos para ir despegando los pies del suelo. Oscar Avendaño y Javier Soto participaron con su voz en dos temas a mitad de concierto antes de entrar en lo que mas nos gusta: Los clásicos.
“Vamos muy bien”, “Mata jipis en las Cíes”, “Todo por la napia” se entremezclaban con temas menos conocidos por el personal. El ambiente no decaía y Siniestro Total demostraba que está en plena forma y con ganas de seguir dando mucha caña con sus canciones, que a pesar de los años que tienen, envejecen de puta madre. Nos acercábamos a la parte final sabiendo que teníamos que reservar fuelle para aguantar la avalancha que presumíamos. Y así fue, “Diga que le debo”, “Tan hermoso”, “Cuanta puta y yo que viejo” y “Ayatolah” cerraron el concierto con la sala botando y coreando a viva voz las canciones. Una felicidad.
Todos teníamos ganas de más, la banda también y pronto volvió al escenario. En ese momento te acuerdas de temas que aún no sonaron: “No somos de Monforte”, “Rock en Samil”, “Que tal homosexual”, “Quiero bailar rock and roll” etc. etc… pero todos sus éxitos no pueden sonar y la banda opta por “Bailaré sobre tu tumba”, “¿Quienes somos?” y por último “Somos Siniestro Total”. Perfecto. La máquina Siniestro Total sigue funcionando a la perfección sacando lo mejor de cada uno. Desde hoy ya contamos los días para que llegue un nuevo 27 diciembre.