Martes 23 de septiembre de 2014 en Keska Taberna, Llodio
Desconozco la razón por la que los Beatles sonaban en mi cabeza una y otra vez esperando el momento de ver en escena el tornado de Arkansas y las estrofas de “I’ve got a feeling, a feeling deep inside…” machacaban mis neuronas insistentemente. Tal vez fuera porque con ellas se podría describir perfectamente a estos tipos, puede que sean palabras para agradecer a Xabi la labor que realiza en Keska Taberna, o simplemente una canción para soñar con otra magnífica velada de Rock n’ Roll, teniendo en cuenta que en principio su paso por Euskadi no estaba previsto y comenzaban su aventura por tierras gallegas, pero… Cuentan las gentes del lugar que el concierto que ofrecieron en su anterior gira de 2012 fue apoteósico, bestial, una comunión total entre público y banda, una aleación perfecta de sentimiento y pasión que cautivó tanto a unos como a otros.
Lamentablemente por motivos X ese día nos encontrábamos en otro lugar, pero nos prometimos que no volvería a suceder, así que nuestra presencia era obligada. Tras su paso por tierras galas, paréntesis en el camino antes de llegar a las gallegas. Primera estación de las catorce en las que se tendrán que apear presentando “Mixing The Pain”, un álbum tan deseado como complicado en editar, ya que tuvieron que pedir colaboración vía Kickstarter apelando a la buena disposición de fans que en algunos casos habrán hecho encaje de bolillos, mostrando la desidia de una industria que como a un buen número de conjuntos les ha dado la espalda, convirtiendo el rock en un vía crucis que últimamente está priorizando demasiado cantidad por calidad. Sabemos que es una opinión completamente subjetiva, un sentimiento personal e intransferible. Es la amarga realidad de nuestros días, el lamento por el escaso aliento que reciben bandas como Starroy, que anoche nos tenía reservada una sorpresa. Sensación agridulce cuando supimos que Red tuvo que abandonar el tour por cuestiones personales, y su lugar lo ocuparía Boz. Breve inciso. Justin es un gran tipo, como Red. Simpático, afable y amable, como Red. Un músico excepcional. Como Red. Caminos de ida y vuelta. Como vías de tren. Unos cuantos fuimos testigos afortunados de un reencuentro especial. Justin y Starroy, Starroy y Keska Taberna. Y es que la realidad supera la ficción, no hay duda de ello. No sabemos si podría describir lo sucedido en una noche mágica, hasta desorbitada, porque lo de estos muchachos roza la genialidad, no hay más que añadir. Bueno, si. Desde aquí te pedimos que acudas, que sientas la fuerza, delicadeza y honestidad de Starroy. Te lo agradecerán. Tú se lo agradecerás. Porque no todos los días uno pasea por las nubes, no siempre puedes admirar la calidez y sutileza de gente comprometida y agradecida como ellos, ni recibes regalos tan especiales como con el que fuimos obsequiados. Una banda que se entrega en directo, apasionados, rocosos, tiernos, frívolos, académicos, sobrios, moderados y cercanos.
Podríamos hablar de los entreactos, pero creemos que los iréis descubriendo a lo largo del camino, e imaginamos que nuestro caso es exclusivo por dos razones. Ya hemos mencionado que era su estreno en la península, un reencuentro con un enfoque diferente, donde la acústica del Rock te depara momentos únicos e irrepetibles, instantes de éxtasis global en los que te sientes un afortunado y logras enloquecer con los equilibrios sobre doce cuerdas de Barry y Cameron, o caer rendido ante la conmovedora y envolvente voz de Adam, comprobar la fuerza y delicadeza de Boz, golpear al aire con la cabeza siguiendo el ritmo marcado por Jacob… Hoy no. No hay guion. Lo debes descubrir. Comprobar canciones con vida propia, historias que sientes mientras las gotas de sudor recorren sus caras y tu cara, cuando logras gravitar y constatar que el secreto se encuentra en el feeling. La sensación de plenitud llega cuando los chicos quedan exhaustos, y tras 90 compactos e intensos minutos llega el momento en el que descubres que su calidad está en el cara a cara, cuando intercambian palabras con unos desconocidos, dedican amablemente sus discos y se prestan a inmortalizar el momento. Allí estábamos, templando nervios y charlando con unos y otros, repitiendo las mejores jugadas mientras los pies no dejaban de agitarse al ritmo de “I’ve Got A Feeling” esta vez con la voz de Vedder, porque anoche vimos cómo la niebla de Liverpool se fusionó con los canales de Seattle y los vientos de Jonesboro cuando nos apeamos en la estación de Llodio. La noche que Starroy volvió a Keska Taberna. Sincera, emotiva y brillante, como la luna que nos guiaba a casa por la carretera. And this is about road, «Road Song».