Hemos infiltrado uno de nuestros sectarios en el concierto que Imperial State Electric dieron en la Sala Berlín de Ourense, lugar donde la electricidad, el sudor y sobre todo el descontrol… estaban asegurados. 

Miércoles 17 de septiembre de 2014 en Sala Berlín, Ourense

Suecia no solo vive de sus maravillosos paisajes, ni de Ibrahimovic ni, por supuesto, de las rubias. El rock es uno de sus grandes valores y tiene una gran presencia en todo el mundo.

Siempre he sentido una gran admiración por las bandas suecas, año tras año aparecen nuevas formaciones que pasean su buen hacer por todas las salas. Recuerdo aún con mucho entusiasmo los conciertos de los Diamond Dogs en varias salas de Galicia (Nasa, Capitol, Mondo) y los más recientes en la Salason de Cangas con Three Seasons en el año 2013, pasando, lógicamente,  por otras grandes bandas como The Kendolls, The Hives, Backyard Babies, The Hellacopters, ect. etc., que siempre estuvieron, y siguen, rodando en nuestro tocadiscos.

Y como queremos seguir apoyando la causa, el miércoles nos presentamos en la reestrenada Sala Berlín de Ourense para ver a Nicke Andersson (The Hellacopters) con su banda Imperial State Electric.

Confieso que por la tarde tenía la sensación de que nos esperaba una gran noche, el otoño se asomaba anticipadamente, pero nosotros queríamos seguir en la felicidad del verano a través del buen rock and roll. Estábamos preparados para agotar nuestras últimas gotas de sudor de la época estival.

Y así fue, a las 22.05 h. el bueno de Andersson y su banda aparecían en el escenario vestidos totalmente de negro con sus instrumentos blancos. Andersson y Tobias Egge incluso compartían modelo de guitarra.

Una de las primeras alegrías fue comprobar que la sala presentaba una muy buena entrada con gente predispuesta a disfrutar de una noche cargada de recuerdos, Hellacopters estaba presente en algunas camisetas, y, sobre todo, para disfrutar del tercer disco de la banda.

Los intercambios de guitarra entre Nicke y Tobias presidieron la primera parte del concierto, una hora del rock and roll clásico, vigoroso y con unas canciones lo suficientemente buenas para mantener el concierto en lo mas alto. Sin apenas pausa para los comentarios, la banda enlazaba un tema tras otro y mostraba que venía dispuesta a darlo todo. La gente agradecía esa actitud y se alegraba de ver en el escenario a una gran banda presidida por uno de los impulsores del rock escandinavo.

Después de una hora y cinco minutos el grupo daba por finalizada su primera parte. Había ganas de mas, de mucho mas. Y de repente, como si el sol fuese tapado por una gran tormenta, llegó la explosión y la mejor media hora de la noche: Temas mas largos desarrollados con mucha mas fuerza, canciones cantadas por todos los componentes de la banda, duelos de guitarras elevadas, y en definitiva, ganas de demostrar que son una banda que tiene un directo acojonante.

Estos 30 minutos finales son, ni más ni menos, lo que debe ser un concierto de rock and roll.

También era una noche de celebraciones, por un lado la Sala Berlín presentaba nueva cara y nuevas propuestas en su programación y por otro el cumpleaños del guitarra Tobias. Por supuesto, el happy birthday to you fue coreado por todos nosotros y por el resto de la banda.

Y como todo tiene que acabar, a las 23.40 h. la sala encendía las luces y entre comentarios y caras de felicidad, todos coincidíamos que había sido una noche de “Satisfaction”. ¡¡Larga vida al rock sueco!!