Marc & Elijah Ford en Kafe Antzokia de Bilbao | GravelRoad76


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Como muchos de vosotros ya sabréis, Marc está de gira por España presentando su nuevo disco «Holy Ghost» junto a su hijo Elijah y un buen arsenal de músicos. El domingo 18 de Mayo estarán sobre el escenario de Salason, donde los australianos The Widowbirds apenas 48 horas antes desmembraron con fuerza su último disco «Heart’s Needle».

Será como he repetido hasta la saciedad, un sueño que se hará realidad. Tener a uno de los músicos más influyentes de los últimos 20 años frente a frente es algo que nos pone nerviosos y felices. No sé cuántos compartirán esta experiencia con nosotros, pero para aquellos que aún tienen dudas sobre si asistir a alguno de sus conciertos o para esos que ya estáis con vuestra entrada en a buen recaudo, os traemos este especial escrito por nuestro hermano Rafa Robledo desde Bilbao, lugar donde Marc Ford sutilmente volvió a enamorar incluso a aquellos que aún seguían escépticos.

Viernes 16 de mayo de 2014 en Kafe Antzokia, Bilbao

Una velada mágica, especial, sincera, apasionada. Al menos es la sensación que teníamos tras ver de nuevo a Marc Ford, y comprobar que compositor, intérprete y músico se encuentran en un momento dulce, en paz consigo mismo, porque si dicen que la cara es el reflejo del alma, creo que el señor Ford pasa por un momento feliz, y eso se nota en el cara a cara. Sonríe, disfruta, y parece dispuesto a olvidar las malas experiencias y afrontar el futuro con optimismo, teniendo siempre presente el pasado, pero cuyo presente se llama “Holy Ghost”, la grabación con la que ha vuelto a anunciar al mundo que permanece entre nosotros.

10394866_668895689844108_7387579416043430200_nAllí estábamos, en un Kafe Antzokia bastante solitario esperando no sólo a Marc Ford, sino a su hijo Elijah, que le vuelve a acompañar en su nueva aventura. Sus partenaires para la ocasión, la banda británica Phantom Limb, y el irlandés Conn Bux, encargado de abrir el telón con sus compañeros. Ardientes y bailables ritmos de rock, soul y folk, todos ellos bien administrados en los treinta minutos que estuvieron sobre el escenario. En realidad fue algo que desconocíamos, llegó a nuestros oídos en las últimas horas y creíamos que tan sólo veríamos a los Ford, pero un agradable trago nunca viene mal. La gente que allí se encontraba disfrutó, que es de lo que se trata, y dejaron el escenario con una fuerte ovación.

Silencio entre la concurrencia. Dos focos iluminan el escenario. Se adivina una fina sombra ataviada por sombrero. Llega el turno del vástago, que se cuelga una acústica, la enchufa y se presenta en solitario, recitando sus propias canciones. Momentos donde el sonido de una guitarra y una melódica voz atrapan corazones, capturan en sus notas la calma del Rock&Roll, el ímpetu de la lírica. De casta le viene al galgo, que diría algún castizo, y tras unos minutos enfrentándose en solitario al personal, defendiéndose tal y como es y demostrando que no se trata tan sólo del hijo de quien es, se suman los integrantes de Phantom Limb para dejar pabellón bien alto, para dar por concluida una actuación que tal vez se quedara corta, porque hay mimbres para fabricar más de un cesto.

Momentos de espera, momentos en los que la gente aprovecha para comentar la mejores jugadas, para salir a fumar un cigarrillo, acercarse a la barra a por un tentempié o ir al baño sin temor a no perder el sitio, pero no era uno de esos días, porque gente… ese día la gente no acudió en masa como nos habría gustado, no tuvo en cuenta que se trata de un tipo que pertenece al olimpo del Rock, un personaje que no sólo ha formado parte de Black Crowes o Burning Tree. Tiene un currículum impresionante, maravilloso guitarrista, de eso no hay duda, extraordinario compositor, como queda reflejado en cualquiera de sus discos en solitario y gran productor, por lo que pensábamos que una oportunidad como esa no debes dejar escapar, porque en ocasiones el tren pasa una vez, que aparte de ser un medio de transporte que te traslada de un lugar a otro, se puede tratar de esa oportunidad que una vez perdida cuestionarás porqué obviaste.

10291046_668895406510803_4133719687094976160_nEn el tren puedes contemplar el paisaje, evadirte de los problemas que nos rodean, pensar, soñar… Hasta podrías volar, como pasa con el otro tren, el de la vida. Los dos van de estación en estación, en algunas quedan recuerdos, en otras suben los sueños. Pero siempre con el destino como punto de referencia, con el ánimo de lograr ese objetivo que te haga feliz, la eterna lucha por seguir tu camino y alcanzar tu meta, viajando de estación en estación. De verano a invierno, de otoño a primavera, del brillo a la penumbra, de la melancolía a la alegría. Ese es el viaje al que nos sumamos con el señor Ford, el hombre que se apeó dos veces del vagón que compartía con los hermanos Robinson y que tras unos años de espera ha vuelto a coger en solitario para mostrarnos esos paisajes en forma de canciones alegres, tristes, duras y dulces. Como la vida. Como su espíritu santo, ese que flotó por el Kafe Antzokia en una velada que comenzó seductora con la lap steel de “Just A Girl”, líneas melódicas que continuarían con las piezas que componen el último trabajo, canciones como “Turquoise Blue”, bellas canciones de amos como “In You”, promesas hechas, corazones rotos, súplicas góspel acompañadas por el sollozo de un penetrante nord y brillantes coros entre padre e hijo.

En el ambiente se respira felicidad, la misma que se aprecia en el rostro de Marc, complicidad entre la banda, cambios continuos de instrumentos entre Elijah y Andy Lowe, el omnipresente sonido de lap steel… y nos susurran que siempre mantengamos vivos los “Dream“, con guitarras que comienzan a cobrar protagonismo, para luego acompañarnos en el viaje de un viejo ferrocarril de vapor bajo un brillante “Blue Sky”. Ambientes lisérgicos, poderosas bases rítmicas, notas que llegan al cielo… «I’m Free”, uno de los momentos más bellos junto a la arrebatadora “Call Me Faithful”, un in crescendo hipnótico que logró una unánime ovación hacia unos tipos que obsequiaban a los presentes con sensibilidad, fuerza, emotividad, pasión. La pasión que compartimos por el viejo Young. “Smoke Signals”, el cierre perfecto para una noche inolvidable, una noche en la que Marc Ford nos sedujo por su honradez. Nos mostró un espíritu santo.

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