
Con un poco de retraso provocado por distintos problemas técnicos, aquí os traemos el especial que nuestro oscuro contacto en tierras vascas ha realizado sobre el concierto que Tracer y The Answer dieron el pasado fin de semana en Bilbao. Otro día lluvioso de noviembre.
Por motivos legales no podemos poner nuestros kutres vídeos en el blog, pero sí podéis verlos en nuestro canal de youtube, hasta que nos los retiren: https://www.youtube.com/user/GRAVELROAD76
Sábado 23 de noviembre de 2013 en Kafe Antzokia, Bilbao
Como dice el señor Zimmerman, the answer is blowin’ in the wind… y esa es la respuesta a la pregunta que nos venimos cuestionando unos cuantos años. Cómo una banda que acompañó a AC/DC no ha conseguido despuntar y sigue manteniendo los mismos clichés de su primer álbum, confiando en las canciones que les auparan a los puestos nobles de los charts, como «Comfort Zone» o la siempre coreada «Preachin», epílogo de su visita bilbaína en un Kafe Antzokia con buena entrada. No estaba hasta arriba, pero habituados últimamente a estar en familia, podríamos decir que por fin veíamos bastante ambiente, con el respetable entregado de principio a fin en una velada llena de continuos movimientos de brazos y cabezas, en una noche en la que se cantó, aparte de los clásicos y conocidos intercambios corales con Cormac Neeson el cumpleaños feliz dedicado al brillante Paul (en realidad se trató de un emotivo zorionak zuri cuyo significado quedó aclarado en el puesto de merchandising). Riffs, slides, wahwahs, sólos estratosféricos y un amplio abanico de sonidos brotaban de las guitarras que utilizó durante el concierto, junto al juego de pedales de la nave Enterprise que utilizó en la espacial “Waste Your Tears”. Pidieron alguna cerveza en la bailable “Concrete” y continuaron con su show dedicando “Memphis Water” a los amantes al whiskey, en un set en el que la fórmula esgrimida sigue siendo la misma, donde el blues hard rock no termina de romper moldes. Han roto con el pasado, veremos si el futuro con una nueva compañía y nuevo manager les tiene reservada alguna sorpresa.
Caprichos del destino. Si hace años abrieron para unos australianos, en esta ocasión eran unos australianos quienes les acompañaban. En cuarenta minutos Tracer muestra sus armas, las armas de «El Pistolero», último trabajo de los chicos, que aun siendo un poco diferente a su predecesor, continúan con el camino emprendido, visitando paisajes desérticos y respirando atmósferas psicodélicas. Bastante hicieron con tan sólo ocho canciones y un personal que esperaba a unos norirlandeses que saltaban entre bambalinas mientras sonaba la ya citada de las pistolas. Una intervención que fue in crescendo, y cuando habían conectado con el respetable en “Devil Ride” era hora de recoger los bártulos y dejar paso a los muchachos del norte. Como suponíamos, dejaron abierta la posibilidad de volverles a ver durante el 2014, y esperemos se cumpla, porque son algo más que carnaza para groupies, no Michael Brown y dos compañeros comparsa que le acompañan. La soltura de Jett al bajo y la pegada de Andre con los tambores configuran un vigoroso trío sobre el escenario y un trío de simpáticos muchachos que se comportaron amablemente con quienes se acercaban a pedir cualquiera de los recuerdos de otra gran noche de Rock & Roll. Una fría y lluviosa noche de Noviembre, pero hasta el cielo llora cuando las estrellas se van. La respuesta está en el aire.