El Frank Rock&Blues Festival presenta la edición que celebrará su vigésimo quinto aniversario | GR76


Como sentencia un famoso proverbio, las grandes esencias, aromas o fragancias, en pequeños recipientes lucen mejor. Y el querido Frank Rock&Blues Festival lo es, puesto que es un fidedigno ejemplo de ello. En primer término tenemos el intenso aroma de los olivareros que rodean la comarca así como la frescura que desprenden las callejuelas empedradas y viviendas encaladas de Torreperogil. El fresco aroma de sus noches estrelladas, el cálido ambiente que se respira en el auditorio Torres Oscuras, paraje donde el público se desmelena y recibe con cariño a foráneos, curiosos y artistas convirtiendo el recinto en un lugar espacioso, confortable y familiar. Ahí se encuentra su segundo y vital punto de importancia, en un auditorio que podría parecer pequeño, pero es grande en magnitud. Tiene un gran historial. Por su escenario han desfilado grandes figuras nacionales e internacionales, han actuado artistas consolidados y noveles, se ha podido ver un gran elenco de formaciones de la vieja escuela y otras con gran porvenir. ¿Nombres? Sería un tanto atrevido por nuestra parte mencionar unas pocas porque obviaríamos demasiadas, así que lo dejaremos en vuestras manos y vuestras pesquisas en el mundo cibernético.

Y si entendemos por pequeño un lugar tan especial como el auditorio, qué podríamos decir de la gente local y los administradores de la Asociación Cultural Frank Rock, grandes valedores y artífices de todo esto, salvaguardas del legado de Frank Peláez, quien fuera el ideólogo de esta bonita quimera convertida en realidad. Como sucede en el punto anterior, el mundo cibernético puede ayudarte a descubrir mejor el talante de este hombre que luchó por un festival que arrancaría en el campo de fútbol de Torreperogil con el apelativo de Boina Blues Festival, y tras su triste fallecimiento en 2007 cambiaría de denominación pero no de origen. Se había marchado el fundador, el soñador, el valedor de toda esta filantropía cultural, pero aún permanece la esencia. Ahí continúan sus viejos camaradas recibiendo nuevas cooperaciones y manteniendo vivo el legado de un hombre que luchó por el festival y por un pueblo del que curiosamente no era natural, pero como dice otro sabio proverbio popular, no se es de donde se nace sino de donde se pace.  

Hasta el día de hoy no habíamos podido dedicar unas palabras al Frank Rock&Blues Festival que, precisamente, celebra su vigésimo quinto aniversario. Poca broma. Veinticinco años de brega y responsabilidad. Difícil mantener tal longevidad en una época de luminosas apariciones, atractivas aventuras, o sufragados desafíos que atraen masas. Tristes despedidas también. Difícil para cualquier tipo de organismo que fundamente sus objetivos en la ilusión. Difícil, muy difícil mantener el tipo cuando conoces los orígenes del festival, cuando comprendes los motivos principales por los que continúan en la brecha, y difícil, muy difícil obtener atractivos carteles en una época en la que la competencia es feroz. Ahora, el festival que se celebrará los días 16, 17 y 18 de agosto ya ha adelantado las actuaciones de los daneses  Thorbjørn Risager & The Black Tornado, un tornado y uno de los grandes referentes europeos del género en cuyo historial hay, aparte de grandes discos y soberbias colaboraciones, un ingente número de conciertos ofrecidos tanto como invitados, en festivales o propios; el belga Joost de Lange, participación que sin duda obtendrá grandes elogios; Cat Squirrel, formación liderada por el legendario Mike Vernon en cuyas filas se encuentra el no menos legendario armonicista Mingo Balaguer o el murciano Al Dual, necesitado de pocas presentaciones porque es un músico de fama internacional sobre todo en el bando rockabilly.

Sin embargo, nuestro cometido de hoy no se centra en el mes de agosto, sino en este próximo fin de semana. Concretamente en el sábado 4 de mayo, que es la fecha concebida para presentar el festival con todos los honores. Con un evento especial entre colegas, colaboradores o patrocinadores, entre intrépidos amantes del blues y adictos al rock and roll, del soul o cualquier otra manifestación musical que incremente el ritmo cardiaco, conduzca a la momentánea alteración de la dermis, adquiera niveles de máxima felicidad o inmortalice a ciertas personas, ciertos momentos o ciertas experiencias. Esa gala de presentación de la próxima edición que recordamos, celebrará el vigésimo quinto aniversario del festival, comenzará La Casa de la Música de la localidad jienense a eso de las 19:00 horas y pasará el testigo al cercano Pub Doble 00 donde al californiano David Gwynn, amigo del añorado Frank que colocará un nudo en la garganta al personal con su sola presencia. Pero no acaba ahí el asunto, ya que el compositor local Rubén Moya se unirá al convite al que están invitadas todas aquellas personas que ronden el lugar, sientan curiosidad o quieran acercarse a él. Sin duda será una cita especial en una cita especial que, como las grandes esencias, aromas o fragancias, en pequeños recipientes lucen mejor. ¿Te animas?

Deja un comentario