Seda: “The Belly” | GR76


En las postrimerías del año pasado nos llegaba la noticia del nacimiento de una nueva banda que nos causó una fuerte y positiva sorpresa, si bien es cierto que sus componentes eran viejos conocidos del circuito local. Esa sorpresa respondía al nombre de “Hey!!”, y correspondía al single que anunciaba el posterior lanzamiento del estreno de Seda, formación de la que ofrecimos algunas pistas en su momento, pero si hay que repetir, pues repetimos. La idea, la estructura, el concepto y las canciones rondaban la cabeza de la todoterreno Virginia Fernández, eibartarra de amplio currículum en la escena bilbotarra. Jardín Infierno, Toro y la Niña del Frenesí, Virginia y los Machines, Doctor Deseo, Swing Bullets y un largo etcétera de conjuntos han contado en algún momento con Vir, como coloquialmente es conocida. Un buen número de rúbricas, modos o prácticas que garantizan carácter y actitud. Sin embargo, costaba trabajo sacar adelante este proyecto personal… Hasta que llegó aquel amargo escenario que nos tocara vivir durante cincuenta y un jornadas enclaustrados en nuestros respectivos hogares. Comenzaría entonces a grabar alguna de esas canciones que tenía almacenadas, y la necesidad de más punch le lleva a reclutar las personas adecuadas.   

Salen los nombres de Félix (Extremoduro, Ultraligeros, Hash…), viejo amigo con quien ya compartiera experiencias y escenarios en J.O.E. y otros compañeros de faena como Galder (Penadas Por la Ley, Cavaliere, Sonic Trash…) o Mikel (Gatibu, Corcovado, Erabatera…), quienes responderían afirmativamente a la su llamada. Más tarde se sumaría Pit, curtido guitarrista del que, como dice el divulgador Josetxo ‘Río Rojo’, resulta más sencillo mencionar los combos en los que no ha estado involucrado, porque antes finalizarás. Para completar el plantel, Martín Guevara, el hombre que se encarga de la grabación en sus estudios Silver Recordings de Bilbao, produce “The Belly”, y añade alguna guitarra. Bueno, también deberíamos reseñar el trabajo ilustrativo de Miriam Ocáriz, autora del diseño de la portada. Una vez materializado el viejo anhelo de Virginia, llegaba la hora del feedback, la respuesta de la afición. En su día nos propusimos estar presentes cuando presentaran el álbum, pero no siempre se cumplen los objetivos. Seguimos inmersos en un estado de angustia colectiva tal que es bastante arriesgado plantearse ciertas maniobras de un día para otro, e imaginamos que sabe usted perfectamente a qué nos referimos. La puesta de largo de “The Belly” tuvo lugar en la céntrica Sala BBK hace escasos días en otra sesión del popular ciclo Rabba Rabba Girl! organizado por Nave 9 T en colaboración con Muskerra Ekoizpenak, y lamentablemente no pudimos acudir.

No pasa nada. Como dice un buen amigo hay más días que longanizas, y alguno de esos días podremos estar frente a Seda, pero hasta que llegue la fecha nos conformaremos (que no es poco) escuchando un disco de muy grato sonido, buenas composiciones, vehementes descargas, incisivas guitarras, concisas misivas y gritos punkarras. Posiblemente la duración sea su mayor mácula, pero no es menos cierto que el movimiento underground exprime con solvencia y pragmatismo el célebre “one, two, three, four” que demanda agilidad, así que pocas objeciones en ese sentido. Se vuelve a reproducir y zanjado el asunto. En caso de no haber intuido en primera instancia varias presencias femeninas, una segunda oportunidad nos permitirá apreciar diversos detalles en la conducta de Vir. “Let It Go” y “She Can Do” son fiel testimonio de ello, pero esas referencias las tendrá que descubrir usted mismo, porque el rock’n’roll es tan rico, diverso y universal que las estimaciones personales pueden no ser compartidas y hasta podrían importunar, aparte que no es especialidad de la casa y preferimos ahorrarnos la correlación. Alguien dirá que una banda de reciente creación podría precisar esa ‘condescendencia’ para su óptima ubicación, pero ya hemos apuntado algunos indicios. Digamos que los garitos de Detroit, los distritos de la Gran Manzana y los añorados gaztetxes de Euskal Herria se dan cita cuando suenan elocuentes sentencias como “Clean My Name” o “Breaking The House”, así como el insistente “that’s what I want” del single promocional, mientras que “Drunken Lover” y “Passenger” representan un perfil menos visceral, un proporcionado espacio de tinieblas rockanroleras, incluso resplandores poperos con la disposición necesaria para dar entrada a “Two Words”, una especie de viaje circunspecto hacia latitudes australes u otra dimensión sensorial debido al persuasivo suministro instrumental y la impetuosa carga vocal. Así, del tirón, sin rodeos ni remiendos. Como el disco, que dicho sea, termina con calma cambiando de piel cual reptil con una versión acústica de “Drunken Lover”, la partida que actúa a modo de bienvenida, ya que podría ser el puente idóneo para continuar. Lo hemos dicho, ¿no? Esto es Seda y aquí hay materia prima.

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