Miércoles 9 de mayo de 2018 en Sala Porta Caeli, Valladolid
Esta cita que nos ocupa era de especial interés, una de esas giras obligatorias que además era el comienzo de sus andanzas por tierras españolas. En su gira anterior nos fue imposible desplazarnos por motivos laborales, y la posibilidad de enfrentarnos al directo de una leyenda del rock americano era un gran aliciente. Quizás no haya tenido la suerte de otras figuras de renombre, pero su música y talento bien lo merecen. Nos estamos refiriendo a Mr. Willie Nile.
Con casi una docena de discos oficiales a sus espaldas, el bueno de Willie ha visitado este país en bastantes ocasiones. Esta vez presentado su última obra, dando homenaje a su amigo Bob Dylan, haciendo suyas y dando su toque personal a las canciones del maestro. Nos presentamos a muy buena hora, con el fin de estar bien situados en todo momento, y aunque restaban casi tres cuartos de hora, ya había un reducido grupo en la parte central del escenario. Al final me hablaban de unas 130 personas, quizás no mucho para un artista de su calibre, pero siendo en diario y día de trabajo al día siguiente, lo daremos por bueno. Suficiente para que la sala presentase un buen ambiente. Acompañado de Juanjo Zamorano al bajo y coros, Jorge Otero a las guitarras y coros, y Danny Montgomery a la batería, como escuderos del de Buffalo.
El show comienza con una cover de “Running Down A Dream”, escrita por Tom Petty, otro de los genios de la música americana, y la sala ya parece entregada desde el primer instante. La verdad que en el momento que se colgó su guitarra, uno ya es consciente de la magnitud de este hombre. Momento destacado fue “Forever Wild” acompañado por Jorge y Juanjo a unos coros celestiales. Qué facilidad para llenar un escenario, con qué soltura introdujo a los presentes en su show, sin el más mínimo esfuerzo, talento y feeling al servicio de un público que no paraba de bailar y disfrutar. Nos fue llevando por sus historias cotidianas, a golpe de guitarra, a golpe de estribillo, a golpe de coros grandiosos.
O incluso a golpe de teclados como en la emotiva “Streets Of NY”, momento para encoger los corazones, donde reinó esa forma de trasmitir de este “pequeño gran hombre” ante el silencio de un público que lo escuchaba con gran admiración, la elegancia al servicio del rock&roll. Llega el turno de “Rainy day woman” cover del maestro Dylan, otro de los momentos de esta gloriosa noche. Algunos nos frotamos los ojos pensando en la suerte de haber podido vivir una cita como esta. Verso tras verso, melodía tras melodía, con momentos tiernos, con momentos de electricidad, empapados de lo que es el rock en definitiva. Y qué decir de “House Of The 1000 Guitars” el mejor antídoto para los quebraderos de cabeza, imaginando un mundo de justicia, de felicidad, de comprensión. La bailamos, la cantamos, la sudamos, los rostros de felicidad se fundieron con Willie y su banda.
Si tienes la opción de ir, yo que tu no dudaría, te lo contarán y te arrepentirás. Hasta el 20 de mayo por nuestro país. Gira recomendada por GravelRoad76. A sus pies Mr. Willie Nile.