Martes 6 de octubre de 2015 en Salason, Cangas
Eran aproximadamente las 7.45 horas de la tarde cuando hacíamos entrada en la sala, cerrada y oscura, sin transeúntes en su interior. Así son las veteranas bandas, quieren hacer el soundcheck en solitario, en penumbra y con la simple presencia de un puñado de amigos y los encargados del club.
Mientras siguen dando rienda suelta a su imaginación musical, nos mandan los primeros saludos, pero sin parar un instante de tocar. Están preparando un par de temas nuevos para esa noche, dos canciones que tocarían por primera vez juntos, no olvidemos que su nuevo álbum “Get Loud!” ha sido grabado de un modo muy diferente a lo que solían hacer hasta el día de hoy, te recuerdo las palabras de Warner E. Hodges:
“En realidad no grabamos el disco en un lugar concreto. Hicimos 9 de las pistas a través de Internet. Dan hizo una demostración de las canciones. Una vez enviadas a Mauro en Wisconsin, agregó la batería, y desde Malmo (Suecia), Micke añadió el bajo. Enviado todo el material nos pusimos manos a la obra en casa de Dan para terminar con las guitarras, los arreglos de voces y todo lo demás él y yo.”
Dan Baird es un hombre de costumbres, supongo que el ser un trotamundos sin descanso te obliga antes o después a mantener una rutina para así no terminar desorientado y perdido. Tras la prueba se tiran camino al hotel a descansar antes de una noche de rock&roll.
De vuelta a la sala tras una hora de relax, nos encontramos con una audiencia deseosa de rock, deseosa de vibrar y sentir en sus propias carnes esa fuerza que desprende cada canción tocada por Dan y sus chicos en directo. Aunque no presentaba un lleno como en su anterior visita, se respiraba un buen ambiente, más cálido y familiar que de costumbre (si eso fuera posible).
A punto de ser las 22.00h todo va a comenzar, sin previa presentación de la banda ellos salen al escenario con su ayudante pero no para tocar, tienen presente que cada detalle vende y esa pancarta de Dan Baird medio descolgada no es una buena imagen, así que con cara de malas pulgas la descuelgan y la guardan en el backstage, lugar del que inmediatamente salen directos cada uno a su posición para comenzar sin dilaciones uno de los mejores conciertos que vivimos en este nuestro “pequeño rincón del rock” al que Dan visita por tercera vez.
Muchos estábamos seguros que esta sería una noche para el recuerdo. Dan Baird ataviado con una camisa y su inseparable compañero de viaje, su viejo sombrero morado. Warner E Hodges engalanado con sus largas pañoletas alrededor del cuello, Mauro con una preciosa camiseta de Jimi Hendrix y Micke más austero con una camisa remangada pero con ganas de demostrar porque un año después sigue a los mandos del bajo en esta formación tan exigente.
Sin más nos sueltan el tema que da nombre a su nuevo disco “Get Loud”, entonces ya apreciamos que nada tiene que ver con lo que vivimos hace un años aproximadamente, cuando Micke llegaba a Cangas in extremis para cubrir el espacio dejado por el anterior bajista. En aquel concierto se le viera nervioso, cauto, muy sigiloso en sus movimientos sin dar un paso más allá del pie de su micro. Esta noche era distinta, Micke es uno más de la banda, incluso diría que actualmente es una pieza indiscutible e insustituible. Aporreando el bajo con gran maestría, no olvidemos su pasado como bajista de Bonafide y otras múltiples colaboraciones. Más suelto no podría estar, sonriendo en todo momento y bailando de aquí para allá, haciendo los coros e incluso cantando algún tema.
Pero sigamos con el concierto. Al no ver un setlist sobre la tarima, nos temimos que esa noche fuera una presentación 100% de su nuevo álbum. Vale, lo disfrutaríamos igual, pero no olvidemos que somos fans de de Dan Baird y nos gusta disfrutar de sus clásicos. Mas allá de la realidad, nuestras malas previsiones se esfumaron inmediatamente… apenas tocaron un puñado de temas del nuevo disco y algunas que otras nuevas improvisaciones que agradecimos, pero sobre todo vibramos con cada vieja canción y así fue como hicimos con el segundo tema de la noche “I Dunno”. Tras ella un breve respiro y llegaría el que para mí fue sin duda alguna uno de los momentos más destacados de la noche, musicalmente hablando. Dan se despoja de su camisa y comienzan a sonar los primeros acordes de “Crooked Smile” (canción que un año atrás tocaran como cierre de su concierto). Me parecía extraño que nos la soltaran tan pronto, pero poco a poco mientras la disfrutábamos como un crío con su primera chocolatina, nos dimos cuenta que aquella “Crooked Smile” no era la de siempre, esta sonaba como si acabaran de hacer un pacto con el diablo. Nunca, en todas las ocasiones que les llevo visto (y no son pocas), este himno sonara con tanta maestría. Todo fue perfecto, cada cambio de ritmo, cada gesto, imposible no sentirse poseído con cada instante en el que bajaban el sonido para luego ir subiéndolo paulatinamente hasta que sentías como cada vibración subía desde la planta de tus pies hasta explotarte en la sien… Y por cierto explotar, explotó el público de emoción en un intenso aplauso nada más finalizar el último acorde….
Llevábamos tres canciones, unos 20 minutos de concierto y ya nos dábamos por satisfechos. Yo personalmente ya no podía pedirles más, quedaba patente que están en plena forma y que ahora más que nunca, sí son una banda perfectamente acoplada.
Tras una nueva canción vuelven con “Mon Cheri”, otro momentazo de la noche, donde Dan y el resto comienzan a bromear entre ellos y con parte del público: poses, risas, gestos absurdos, bailes y mas poses… Estaban felices, contentos y aquí teníamos un reflejo de ello. Tan contentos, que a pesar del conocido carácter de Dan (odia compartir escenario y …) , en medio de «July & Lucky» llama a la joven guitarrista a local Laura Solla (Sugar Mountain, Querido Extraño…) para que suba al escenario, le ayuda a enfundarse su vieja Fender y que sea ella la que siga los acordes de este temazo, mientras Dan sigue cantando y sonriendo, mirando para Warren sin dar crédito a lo que está viendo, aquella joven fan que hace unos años le llevaba una de sus preciadas guitarras para que la firmara ahora estaba sobre el escenario tocando con toda la soltura posible que uno puede tener al estar face to face con uno de sus ídolos. Dan marca los tiempos de inicio a fin, le susurra algo al oído de Warren, mira para Mauro y le hace el gesto de “ sigamos”, se acerca a Laura y le dice veng, ahora «I Love Your Period.» Fue un detallazo por parte de Dan Baird, uno de esos momentos en los cuales el viejo gruñón demuestra que también tiene un corazón tierno.
Pero no todo iba a ser risas y Dan suelta una de las suyas: “Ahora los que solamente venís de fiesta es momento que os vayáis a fumar o a echar una meada, los que venís por la música quedaros porque seguro que disfrutaréis”. Nos dedican un tema lento, aproximadamente 10 minutos de una dulce melodía cargada de viejo blues y este toque de southern rock que tanto les caracteriza. Posteriormente me diría Warren que era una nueva canción y que era la primera vez que la tocaban en directo…
Bueno, si siguiera desmembrando el concierto pasaría horas escribiendo, porque un bolo como este es imposible resumir en una breves palabras. Pero antes de terminar no podría dejar pasar de largo otros grandes instantes vividos, ¿Cómo dejar de hablar de «Railroad Steel»? A esas alturas el público estaba desbocado y la banda no lo estaba menos, Mauro cambiando de palos porque los que tenía en las manos no soportarían este envite, las primeras filas gritaban cual locos el estribillo, mientras la guitarra roja sangre de Warren giraba peligrosamente alrededor de su cuello….
Saltos, leves empujones, gritos, sudor, bailes, risas, AMISTAD Y ROCK. «Two for Tuesday», «Outlivin», «Proud Mary»… Un repertorio 10, como te dije antes, lleno de grandes éxitos y apenas un puñado de temas del nuevo álbum y alguna que otra novedad… Pero sobre todo mucha clase, demasiada clase para unos pobres diablos como nosotros, a los cuales a sabiendas que nos gusta la fiesta, Dan Baird & Homemade Sin nos soltarían su «Sheila» para que enloqueciéramos y termináramos con nuestros cuerpos sudorosos y agotados. Todo buen fan de Dan Baird sabe que con «Sheila» siempre improvisa durante el estribillo, tocando algún tema de una banda conocida, en este caso viendo la locura que reinaba frente a él no podría tocar otra cosa que no fueran algo punk, y nos da una bofetada literalmente en toda la cara con el “I wanna be sedated” de los Ramones.
Tras dos horas largas de bolo, aún saldrían para ofrecernos un par de canciones más, después todo llegaría a su fin y los que amamos el rock americana o simplemente el rock&roll, quedamos pensativos durante un instante, preguntándonos entre nosotros: ¿Ha sido real…?
Solamente se puede definir a Dan Baird & Homemade Sin de un modo: THIS IS ROCK!
A continuación dale al play y revive con nosotros dos momentos de la noche que Dan Baird & Homemade Sin brillaron más que cualquier estrella del firmamento.
VIDEO CON LAURA SOLLA