En marcha la decimotercera edición de Kristonfest | GR76


Pese a tirar más hacia las letras, nos gustan los números. Nos gustan las alusiones numéricas, las coincidencias y aunque en principio parezca no tener demasiada relación, los festivales porque las cifras revelan de su naturaleza. Público, participantes, ediciones, bonos y tickets, metros y metros cuadrados, decibelios… Y entre tanta oferta festivalera, el Kristonfest que seguimos desde que emprendió camino hace catorce años en Bilbao y siguió creciendo en Madrid. Sí, catorce años y trece ediciones que se cumplirán el 20 de septiembre porque a nadie tendremos que recordar aquel parón obligado a causa de otro número primo de ingrato recuerdo, y una segunda edición que debió esperar un año más por una serie circunstancias. Pero afortunadamente llegó, más tarde una tercera, una sexta o décima y hasta hoy. Durante su éxodo madrileño, si bien algún año tuvimos la intención de desplazarnos, no tuvimos la oportunidad de asistir y la pasada edición nos volvió, personalmente, a sentir el pulso del festival ya que se realizó en las dos ciudades que lo han albergado desde su instauración. Bilbao y Madrid, Madrid y Bilbao, dos estaciones conectadas por los férreos raíles de Kristonfest.

Indudablemente, el equipo de la agencia bibaína Noise On Tour hizo un gran esfuerzo doblando la producción y doblándose ellos mismos. La gente respondió, si bien en este punto sus organizadores siempre querrán más. Lícito y lógico. Comprensible. Ahora, fue una atención a las dos aficiones que este año se podrán congregar en una sala, la Santana 27 de Bilbao. Un número más. Y como homenaje a ese ya aludido catorce, dos bandas que participaron curiosamente en la edición de 2014, Colour Haze y Motorpsycho acompañadas por unos Stoned Jesus que, seguramente, habrán sido firmes candidatos a concurrir en el festival en alguna ocasión, pero hasta ahora no había sido posible. Dieciséis años (más cifras) de carrera llevan estos ucranianos y una buena cantidad de kilómetros recorridos, porque son un buen reclamo en certámenes del pelo y habitualmente diseñan sus propias giras por Europa o América. Ostentan un material interesante en el que tal vez destaquen “Seven Thunders Roar” o “Pilgrims”, discos donde su tenacidad, potencia y espesas combinaciones facilitarían al trío afianzarse en el panorama internacional, sin embargo es muy probable, o creemos, que su intervención gire en torno a “Father Light”, su último y muy recomendable trabajo.

Si el cartel del año pasado estaba monopolizado por formaciones americanas, tres europeas serán las encargadas de agitar al personal esta vez. Después de los ucranianos, unos noruegos y unos teutones, porque imaginamos que el orden de aparición será ese. Los noruegos Motorpsycho acaban de publicar un álbum suficientemente identificativo (“Motorpsycho”) que se añade a una larga lista de unos cuarenta títulos entre grabaciones de estudio, directos, recopilatorios etc., por lo tanto hablamos de una formación con un libreto de canciones que bien podría ser una enciclopedia. Su trayectoria ha sido, desde su fundación en 1989 y posterior estreno comenzada la década de los noventa vía “Lobotomizer”, una constante evolución de sonidos, progresiones o conceptos pudiendo afirmar que no siguen estrictas fórmulas y carecen de corsés a la hora de crear. Tan pronto se meten de lleno en el terreno experimental como se asoman a los precipicios del blues, alternan largos desarrollos instrumentales con sugestivos espacios psicodélicos recurriendo al hard, al underground o tantean ambientes desérticos que forman una profunda y adictiva esfera de suma garantía. Si en el potencial setlist incluyen “Vortex Surfer” o “The Ladder”…

En cuanto a los germanos Colour Haze… Una de las bandas calificadas como referentes planetarios en estas contiendas del desert, space, progressive, psychedelic o cualquier otro calificativo que quieras agregar al universal rock. Al igual que los anteriores, poseen un rico catálogo de ejemplares (no tan numeroso) en los que intensidad, éxtasis y serenidad se abrazan confirmando la indiscutible categoría de un trío convertido recientemente en cuarteto. Sus directos son penetrantes y los podríamos considerar tridimensionales por su conjunción mística y sensorial. Una especie de embudo psicotrópico que atrapa a la audiencia instando a los acompasados movimientos de cabeza o a los circunstanciales espasmos que se suceden en sus intervenciones o en auténticos himnos tipo “Aquamaria”, “Tempel”, “Moon” o “Skydancer”. Pero claro, estamos hablando de una banda con treinta años (seguimos con los números) en la mochila y difícil sería que pudiéramos acertar en piezas del repertorio que vayan a utilizar, puesto que, aparte de gran cantidad de canciones, buena parte de ellas se propagan y extienden en el tiempo gracias a las mutuas asistencias, a unas alternativas instrumentales que son santo y seña de Colour Haze, y obviamente deberán atender “Sacred”, su última referencia.

Tickets disponibles en las páginas oficiales de Kristonfest y Noise On Tour al precio de 38€ a través de wegow.com.

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