
Un anuncio que esperábamos como agua de mayo, y ha llegado ahora en marzo: estamos de vuelta, WE ARE BACK. Firme, categórico e ilusionante. Una tremenda alegría para la gente que ha seguido, sigue y seguirá la estela de la estrella, la huella de Quaoar. Extraordinaria noticia. Tampoco aseguraríamos que habían cerrado la puerta, pero parecía que “Dreamers. Dreaming”, su última referencia, se convertía en una especie de profecía, pues soñando hemos estado varios años ya que somos soñadores y ante todo, optimistas. No sabemos si por naturaleza o porque el paso del tiempo, los tropiezos o las disyuntivas nos ha ayudado a serlo, pero una de las grandes esperanzas que conservábamos se centraba en un mensaje de esta envergadura. Cual mantra se repetía una y otra vez, pero las circunstancias son las que son y pese a que en ocasiones factible se suponía el retorno, la espera debía continuar.
Aparte de las obligaciones de toda índole de cada uno de ellos por separado en este largo paréntesis, han debido solventar una serie de infortunios que imposibilitaban una vuelta que, como ya hemos dicho, estaba entre sus prioridades como banda, como amigos y como tipos que creen firmemente en sus posibilidades. Ni mucho menos habían arrojado la toalla, y aunque mantuvieran casi en secreto o en su círculo más cercano ensayos, pruebas o confidencias, más pronto que tarde podrán hacer realidad sus deseos. Días atrás nos emocionó este WE ARE BACK que compartieron en sus cuentas cibernéticas y suena a gloria, a una gloria equivalente a “Man’t”, “The River & The Soul” y “Dreamers. Dreaming”. Trío de ases, tres estupendos ejemplares. Un triángulo de atractivos márgenes y ejes esotéricos que transporta a un espacio de difícil descripción e incuestionable seducción que tal vez, puede que o quizá, cristalice en forma cuadrangular.
Ignoramos su porte, volumen incluso formato, pero conociendo la magnitud de las obras mencionadas y la capacidad de Iñigo, Josu, Hugo, Aitor y Bjorn, su valor corresponderá al tamaño de Quaoar. Si la reputación de sus discos ha alcanzado máximos niveles, sus fascinantes oficios no les van a la zaga siendo, probablemente, el gran aval de la banda. Los álbumes están ahí, podríamos decir que perduran en el tiempo siendo, en este caso, de obligatoria atención, pero no hay duda que el directo es el visado, la garantía, la demostración. Ahí, en las distancias cortas, hemos podido ser testigos de su progresivo crecimiento y constante evolución, si bien en sus prolegómenos ya transmitían seguridad mostrando unas dotes que les han proporcionado el aplauso masivo allí donde han actuado así como varios galardones. Entre ellos, el obtenido en el extinto concurso internacional Villa de Bilbao (cómo echamos de menos el certamen) que les posibilitara ser los encargados de abrir por todo lo alto la edición del 2013 de Azkena Rock Festival, que dicho sea de paso y además de sus shows propios, sería uno de tantos festivales que han contado con ellos como Morrasound, Euskal Metal Fest, Z!Live, Stonefest o Resurrection Fest. Haciendo camino, agrandando la estela de una estrella que volverá a brillar, Quaoar.
