Como presentación, un par de singles. A modo de introducción, la misma cantidad. Los primeros, dos ráfagas que permanecieron demasiado tiempo en soledad y los segundos, el avance de una esperada novedad que llega con unos años de espera. Bien mirado puede que sea un comienzo un tanto ambiguo o enredado, pero es el que nos sugirieron las intrépidas guitarras de “Game Of Mirrors”, uno de los sencillos publicados el reciente enero por los Montefurado, confluencia de diversas formaciones del Principado. Tal vez esa múltiple funcionalidad fuera una razón suficientemente significativa como para postergar la aparición de su ópera prima, o puede que sea una suposición con poco fundamento, vaya usted a saber. La cosa es que “Heavy Heads” es una realidad y todas las partes implicadas saldrán beneficiadas. Por supuesto ellos, Marcos Montoto (cantante y guitarrista), Diego ‘Manfred’ Tioda (bajista), Pablo Álvarez (guitarrista) y Wilón de Calle (baterista) porque entregan una docena de canciones llena de vitalidad que invita a soñar y en la otra cara de la moneda, la escena rockera en general, puesto que aquí tiene un excelente ejemplar de rock en todos sus ramales. Códigos y contrastes, tendencias, maridajes, guitarras enfrentadas, ritmos sugerentes, fuego e intensidad.
Y esa intensidad está presente hasta en las piezas teóricamente más relajantes como el caso de la instrumental “Spaghetti Dream” cuyo enunciado es concluyente y específico, ya que se establecen conexiones y se sienten ecos mientras la imaginación vuela hacia recónditos enclaves, hacia cinematográficos umbrales. Algo similar podría suceder con “Footprints”, la segunda del lote cuya algodonada métrica estimulará tanto como su dócil recitado y el estremecedor ajuste de las guitarras que proyecta encubiertos sentimientos; o en la nostálgica “Drifters” que, de alguna manera, oprime expulsando a la vez bretes o dilemas antes clausurar el primer ciclo horario. Doce horas, doce canciones. Doce estremecimientos, doce temperamentos. Doce contextos que valdría la pena volver a experimentar pues el álbum goza de gran eficacia creativa instando, cuanto menos, a reproducirlo una vez más debido a sus numerosas combinaciones y su lenguaje universal: rock and roll. Con sus melódicas anuencias, sus métricas contagiosas y cristalinas guitarras que ejercen un papel protagonista desde “Fool’s Moon”, la impetuosa apertura que introduce al oyente en una híbrida esfera de pasión y devoción donde probablemente los sentidos se evadan intuyendo viejos semilleros aunque sean ilimitados los confines de esta circunscripción.
Hipótesis. Cábalas. Y volvemos a la pantalla de inicio. Rock and roll. Con sus chances, magnetismos y hasta paralelismos más viejos que los bosques, lo cual no debería ser tildado como doctrina. No obstante “Lost Forever”, que era el otro adelanto lanzado el mes pasado, tiene bastantes posibilidades de convertirse en una especie de culto por su febril disposición y la fogosidad que transmite utilizando recursos absolutamente demoledores que los cuatro integrantes aplican en su alquimia sonora. Nos ahorraremos las bandas de donde proceden porque igual no procede y son unos cuantos nombres a citar. Además, a escasos centímetros dispone usted de todo un universo de información y nuestro objetivo son los Montefurado y “Heavy Heads”, un estreno que debían emprender con garantías y seriedad. Para ello, nada mejor que encomendar la tarea de grabación y producción a su eminencia el señor Hendrik Röver, trasladándose a la vecina Cantabria con la intención de realizar las pertinentes sesiones en el obrador GuitarTown Recordings. Sin duda, un dato a tener en cuenta. Sintomático detalle. Obviamente, el encargo y la posterior operación. Ahí tenemos títulos como “Koonaklaster” o la inmediata “Cold Rain And Snow” que refrendan nuestros cálculos pues el exquisito rendimiento de las guitarras requiere máxima atención dado que los supuestos requisitos son variopintos y ni mucho menos acaban ahí. Los bravos acantilados asturianos son perceptibles en la efusividad de “Borrowed Time” mientras “All You Can Keep” deja entrever las áridas campiñas americanas, la firmeza de “Dawning” representa en cierta manera los calizos macizos cantábricos, los pacíficos litorales doblegan en “Around The Bend” y por descontado, la romántica península de Santa Catalina alumbra sus horizontes. Esas son sus inspiradoras sinergias, y estas, sus cartas, “Heavy Heads”.
