
La gira que próximamente realizará Ghalia Volt por el país nos debería poner firmes. Vamos, que se presenta una inmejorable oportunidad para comprobar su rendimiento en clubs y salas, ya que anteriormente había actuado en diferentes festivales trasmitiendo muy buenas sensaciones entre la gente. Además, como nos ha dejado demostrado en la charla que podrás leer a continuación, es una mujer cercana que seguramente estará encantada de atender a quienes se aproximen a ella. Desde el día que escuchamos por primera vez alguna de sus canciones, pudimos sospechar que más pronto que tarde lograría ser una mujer muy nombrada y reclamada, porque desde 2016, y aunque el Blues sea una pieza muy importante de su motor musical, adopta distintas fisionomías en los seis álbumes que tiene en circulación y en sus directos hace gala de esa cercanía que hablábamos y por supuesto, despliega todo su talento. Con el pretexto de la gira que le tendrá ocupada durante un par de semanas, nos pusimos en contacto con ella y amablemente nos atendió.
Gracias por atendernos, Ghalia. Anteriormente has participado en festivales como Bilbao Blues, Frank Rock & Blues, Isla del Blues o Azkena Rock, y en febrero ofrecerás una serie de conciertos en salas y clubs en exclusividad. ¿Cómo afrontas esta gira?
“Me alegro mucho que por fin la banda y yo podamos realizar una gira así, por clubs y salas que es en realidad donde sentimos el calor de la gente. Tengo muchas ganas y obviamente estamos muy excitados ante lo que está por venir. Espero que tras la gira podamos actuar en alguno de los muchos y buenos festivales de verano que tenéis.”
Nosotros hemos tenido la oportunidad de comprobar tu conducta con banda y como One Woman Band. ¿Habrá tiempo para ambas en febrero?
“Pues en febrero no habrá One Woman Band, únicamente actuaré con la banda y ya veremos si más tarde pueda retomar en algún momento la versión en solitario de la que por supuesto no me olvido. Los dos proyectos funcionan, los dos me gustan mucho y creo que a la gente también. Nunca voy a dejar de actuar como One Woman Band, sino que en esta gira tengo que estar centrada en la banda que me acompaña y con la que trabajo. ¡Hay que pagarles y procurar que no estén aburridos!” (risas)
En tu discografía también podemos encontrar esas dos versiones y hasta un disco en el que estás acompañada de ilustres como Cody Dickinson, Lightnin’ Malcolm, Watermelon Slim o Cedric Burnside. ¿Cómo recuerdas la grabación de “Mississippi Blend”?
“La grabación de “Mississippi Blend” fue muy bien, la verdad. Mira, he pasado mucho tiempo allí, desde 2014 he estado yendo continuamente a Mississippi y podríamos decir que de alguna manera he crecido allí. También he conocido a mucha gente a la que puedo considerar amiga. Entre esa gente, Cedric Burnside, Lightnin’ Malcolm, Watermelon Slim o Cody Dickinson que cuando les propuse hacer un disco conjunto, no pusieron ninguna pega. Es más, estaban muy animados, muy predispuestos, y eso es algo de agradecer en unos tipos de su nivel. Lo pasamos muy bien. Yo iba muy feliz con mis propias composiciones y de repente, te viene Cedric, te aconseja y propone algún arreglo que por supuesto, transforma la canción en el buen sentido y… ¡Waw! Fue un gran acierto, como tener a tu lado la extraordinaria armónica de Watermelon Slim o la gran ayuda de Lightnin’ Malcolm que siempre que nos juntamos lo pasamos en grande porque es un hombre de muy buena vibra… Y qué decir de Cody Dickinson. Una enciclopedia y un músico excepcional. Un máquina, vamos.” (risas)
Por cierto, y hablando de discos, para grabar “Shout Sister Shout!” fuiste al legendario Joshua Tree, donde está el estudio Rancho de la Luna. ¿Fue inspiradora la experiencia?
“Pues sí, el estudio Rancho de la Luna está ahí, en mitad de Joshua Tree, y fue toda una experiencia trabajar en lugares tan fascinantes como el desierto y por supuesto el Rancho. El desierto es completamente diferente a las ciudades o los pueblos donde vivimos. Como decís, es inspirador. Durante la noche puedes disfrutar de la oscuridad y soledad admirando la luna y las estrellas desde una colina mientras los coyotes aúllan… También están sus cactus que son la imagen icónica de Joshua Tree… La cantidad de automóviles antiguos que en cierta manera detienen el tiempo… Y David Catching, un tipo carismático que, aparte de ser el propietario del Rancho y famoso productor, entre otras bandas formó parte de Queens Of The Stone Age o Eagles Of Death Metal, y fue una gran ayuda no solo para el disco sino también para mí. Su guitarra y sus consejos están presentes en el disco y creo que parte del espíritu de Joshua Tree también (risas). Lo pasamos muy bien, todo fue muy natural, como lo fueron también Danny Frankel, baterista de, entre otros, Loe Reed, o el pianista Ben Alleman, un músico muy solicitado que ha estado, por ejemplo, con Dr. John.”
¿Había alguna razón concreta que forzara la marcha a California para grabar el disco?
“No había obligación de ir a grabar en California, claro que no. Fue simplemente una conversación con mis agentes, tuvimos la idea y ya está. Fuimos, y como antes he dicho, fue una gran experiencia que por supuesto, repetiría sin dudar. Lo pasamos muy bien y creo que se refleja en el disco.”
Por ejemplo, la canción “Insomnia” nos resulta muy espiritual y muy profunda, en la línea del álbum. ¿El entorno tuvo su importancia en el resultado final o fuiste a California con una idea fija?
“La música y letra de “Insomnia”, que es una canción muy especial para mí, son dos cosas muy diferentes. Su letra pertenece a una tía mía que lamentablemente falleció antes de terminarla, así que tuve que modificar la historia al no tener final. Como tenía compuesta una melodía muy en la onda de Hill Country Blues, así más como una trance, me pareció que ambas partes podían combinar muy bien. Una vez en el estudio, David, Ben y Danny me arroparon enseguida y entregaron su experiencia y toque personal en beneficio de un disco que ha resultado diferente a lo que en un principio tenía pensado, fusionando su principal tendencia Hill Country Blues con el Psychedelic Rock de los años sesenta, setenta o noventa.”
Eres una trotamundos, una mujer que está buscando constantemente. ¿Dónde o cuando decides seguir este camino?
“No soy una mujer a quien le guste tomar decisiones. He construido mi vida a golpe de improvisaciones. No me gustan los compromisos como no me gusta decir que voy a hacer algo. Lo hago. Después ya habrá tiempo de mirar para atrás y ver qué he hecho. Intento no pensar demasiado, no darle muchas vueltas porque de lo contrario nunca se hace nada. Viéndome con veintiún años yo sola en América con una mochila y una guitarra… Si hubiera visto antes todas esas películas y series de criminales que hay aquí, tal vez no me habría atrevido a venir a buscarme la vida. Recuerdo que viajaba haciendo autostop sin apenas notar el riesgo o sin pensar mucho en lo que podía pasar. Bueno, también cogía trenes y autobuses (risas). Esas son mis decisiones, sobre la marcha, de lo cual me alegro porque ahora tengo una mente más abierta aunque no sé si lo haría otra vez (risas). No, en serio, ningún remordimiento.”
Imaginamos que el cambio de Bruselas a New Orleans no debió ser sencillo, ¿no?
“Pues mira, podría enlazarse a la toma de decisiones. Yo nunca pensé en mudarme a New Orleans, pero sucedió. No fue ni fácil ni difícil, fue algo natural y podríamos decir que me siento más de aquí porque he pasado más tiempo que allí (risas). Después llegó en el 2020… llegó el COVID… yo qué sé, ¿no? Natural.” (risas)
Evidentemente, el viejo Blues y las raíces pasan por ser tus patrones musicales y tus shows son un buen reflejo de ello, pero, ¿cómo es tu relación con las nuevas tendencias?
“En realidad yo no pretendo hacer o centrarme únicamente en el blues, ya que utilizo un Toolbox que me permite cantidad de combinaciones, ¿sabes? Yo creo que el Blues está en el Toolbox como puede estar el Flamenco, como está el Classic Rock de los cincuenta, o el Rhythm & Blues, el Gospel, el Country, el Rockabilly… Entonces, todo esto forma parte de lo que denomino Roots. Hasta el Flamenco es Roots, pero para mí, ¿sabes? Mi abuelo era de Puente Genil y mi abuela de Barbate, y esa es la cultura de mis raíces, y todo eso lo llevo conmigo. Esa es mi música. No pretendo hacer Blues, Rock, o ceñirme a una música determinada, tan solo intento escribir música que hable de mí.”

Podríamos decir que hay una buena representación de gente joven centrada en la vieja escuela en la actualidad. ¿Te sientes parte de ese grupo?
“Yo creo que en Europa hay más gente interesada en el Blues, hay más músicos jóvenes de Blues que en Estados Unidos… Y no solo cantidad, sino calidad. En ese sentido me siento europea y orgullosa de ser europea (risas). Hay un buen circuito, hay interés, gente española, belga, alemana, francesa, de todos los países… ¡Noruega también! Gente que, como yo, experimenta con el Blues e integra en su música moderna. Entonces sí creo que hay un futuro.”
Además, tus discos están publicados en Ruf Records, una compañía con una impresionante cartera de artistas…
“Pues sí. Hay un buen elenco de artistas muy diferentes en Ruf Records, probablemente porque Thomas Ruf es un gran apasionado que nos apoya, siempre está dispuesto y pendiente. En mi caso puedo decir que lucha para que progrese en la música.”
¿Y cómo describirías tu música?
“Ya os he contestado antes (risas). Yo definiría mi música como esa Toolbox en la que hay un montón de lo que llamo música Roots. A partir de ahí nace una melodía, aparece un riff, letras que se complementan naturalmente… Y surge un primer borrador de lo que será, después de ensayos y ajustes, una canción. ¡Todo natural! (risas) Que sea auténtico, propio. No intento ser otra persona, solo intento hacer lo que me sale de… Lo que a mí me sale.” (risas)
Y el Rock n’ Roll en general, ¿crees que es un buen vehículo para hacer transmitir emociones? ¿Es un buen altavoz para implicar a la gente?
“Yo creo que Rock and Roll es muy orgánico, muy, muy liberal y los artistas tenemos suerte de poder expresarnos libremente sobre, por ejemplo, la barbarie y toda la mierda que hoy en día pasa en el mundo. Pero también hay que mirar el lado positivo de la vida, así que sí, es un buen medio de transmitir sensaciones.”

Volviendo al recorrido que te traerá de vuelta aquí, cuéntanos un par de razones por las que el público debería acudir.
“Pues me alegro mucho de volver a España. Claro que me importa y apetece cantar mis canciones y compartir sentimientos con mis raíces, porque como ya os he dicho, mi familia, bueno, la mitad de mi familia es de ahí, de España y yo… Tengo España en la sangre y la tengo presente todos los días. Mi abuela es la mujer que más… que más me importó en mi vida, siempre de buen humor cantando Fandango y Flamenco… Siempre la llevo en mi mente y mi corazón ahora que no está. O cuando estaba, que era la mujer más graciosa del mundo. Entonces, conecto. Recuerdo. Evidentemente, tengo familia, tengo primos, tengo muchos amigos y me apetece mucho volver porque me encanta la motivación y la pasión con las que vive el público español el Blues y la música Roots.”
En estos años de carretera, moteles y escenarios tendrás un montón de anécdotas y otro buen número de experiencias que te habrán ayudado a todos los niveles. Excluyendo las negativas, ¿hay alguna positiva que podrías compartir?
“Pues sí, hay un montón de historias. Tantas historias como once años non stop, sin descanso ¿sabes? Así que claro, anécdotas hay de todo tipo. Por ejemplo, para poder actuar en solitario era indispensable tener carnet de conducir así que en dos semanas lo conseguí. En la primera me aprendí el código y en la segunda encontré un carro, un coche de mierda por mil euros. Cuando me lo dieron, me fui desde New Orleans treinta y tres horas non stop hacia Idaho sin miedo, sin nada, yo sola… Y entonces, al coche le fallaba la transmisión, estaba muy, muy, pero que muy hecha polvo. Pero pude llegar a Idaho, aunque ese fue su final porque fui a través del desierto como el Green River con 45º de sol, sol, y sol… Ni se podía caminar por el asfalto porque te abrasabas los pies aunque estuvieras calzada y se podía freír un huevo en el coche (risas). Era mi primera gira conduciendo yo misma, porque siempre había tenido un road manager y entonces le escribí un mensaje contándole la historia. Lo compartió en Facebook y enseguida la gente respondió enviando dinero y así pude comprar otro coche con el que continué mi primera gira como One Woman Band conduciendo y cruzando los Estados Unidos desde New Orleans, pasando por la costa este, la oeste hasta Seattle y vuelta a Chicago recorriendo un cuadrado de los Estados Unidos yo solita. Eso sí fue un buen recuerdo cargado de anécdotas, con mi perro Carlino que por aquel entonces tenía tres meses, sentado sobre mis rodillas. Os mandaré una foto.” (risas)

Volviendo a Watermelon Slim, ¿recuerdas cómo le conociste?
“Acabo de hacer un concierto con él de Nochebuena… No, no, de Nochevieja (risas). Lo pasamos muy bien y es una locura, un hombre de gran corazón, con su propio modo de ver la vida. Me encanta su espíritu. Le conocí cuando fui a Clarksdale por primera y conectamos casi de inmediato. Le gusta hablar español o francés, le encanta vestir elegante y también solemos coincidir en el Club Bluesberry donde de vez en cuando tocamos juntos. Somos muy amigos, nos gusta beber coñac juntos, charlar y ya está. Todo muy natural. ¡Así desde 2014 que nos conocimos!” (risas)
¿Qué le dirías a nuestros lectores para que no se pierdan tus conciertos?
“Les diría que les traigo una banda de Austin, Texas y de New Orleans, aunque yo nací en Bruselas, soy de madre española y a lo mejor, qué se yo, tengo cientos de primos en España (risas). Les diría que lo vamos a pasar muy bien y que procuraré hablarles en español todo lo que pueda, así que no tengan miedo de acercarse a los shows. Aunque tenga un acento muy raro medio guri, medio andaluz… Y a ver si no me confundo pensando en francés, hablando en español y cantando en inglés, que a lo mejor puede pasar (risas). No llevo bajista como tal, porque eso lo realiza el pianista que toca el Hammond B3, entonces funciona como órgano y bajo al mismo tiempo. El baterista viene originalmente de Colombia pero vive conmigo en New Orleans. Quizás seamos una banda muy tight, pero nos compenetramos muy bien, estamos muy a gusto y en todos los lados (risas). Hace poco abrimos para Buddy Guy y nos encantaría compartir las canciones con el público español que sabemos que es el mejor”. (risas)
Gracias de nuevo, Ghalia. Nos vemos en el camino
“Pues nos vemos entonces. Gracias a vosotros”.

