Inés Goñi: “Yo invitaría a la gente a escuchar las canciones de Mississippi Queen & The Wet Dogs con atención” | GR76


Tenemos la fortuna y el placer de conocer a Mississippi Queen & The Wet Dogs desde su nacimiento, pero en realidad conocíamos a sus fundadores por formar parte en otras bandas de la pingüe escena bizkaina. Después de cuatro años pateando clubes, tabernas, garitos, festivales de la zona y salas, editaron en 2019 su ópera prima, “Try Me”, que venía a ser una extraordinaria tarjeta de presentación donde mostraban los estilos musicales que les unieron. La música de alma negra, el góspel, el rhythm and blues, el blues, el funk y todo ese patrimonio. A partir de ese instante, su nombre comienza a ser reclamo en festivales de renombre como BBK Legends Festival, La Grapa Black Music Festival, Frank Rock&Blues Festival, Gulliver Fest o Dalecandela Fest así como funciones propias en diferentes puntos de la geografía, e incluso fueron galardonados en Galicia por… Bueno, sobre eso, aparte que en su día dimos cuenta de ello, y sobre alguna circunstancia más, nos habla su cantante Inés.

Gracias por hacer un hueco en tu ajetreada agenda para charlar unos minutos, Inés. Estarás un poco saturada con todo lo que implica la promoción del nuevo disco, ¿no?
Sí, es una locura. Hay muchísimas cosas que hacer y parece imposible abarcarlas todas. Así que se hace lo que se puede (risas).

Si no estamos mal informados, tenéis prevista su salida para la segunda quincena de noviembre. ¿Cómo ha sido todo el proceso desde las primeras ideas hasta que disteis por finalizado el disco?
¡Ya no queda nada! Este viernes 15 de noviembre estará en la calle. El proceso ha sido larguísimo: han pasado casi cinco años desde que compusimos algunas de estas canciones y hace dos años ya estaban todas compuestas. Lo bueno de esto ha sido poder hacer las cosas con mimo y calma, sin el estrés que suele conllevar tener que hacer tanto en tan poco tiempo.

Hemos podido escuchar “I Found A Love” y “I’m Yours”, los dos singles publicados hasta el momento. Bastante sintomáticos, por cierto, tanto por su título como por el género musical que defendéis. ¿Qué significan el soul, el gospel o el rhytmn and blues para la banda?
Supongo que dependerá de a quién preguntes (risas). Pero así en global, la música negra es nuestro hábitat, y lo exploramos desde nuestro enfoque personal, que es bastante ecléctico.

¿Y a nivel individual?
A nivel individual yo te diría que la música negra es aquella con la que más he conectado desde pequeña, con la que vibro desde un lugar muy profundo y la siento mía a pesar de quedarme tan lejana culturalmente. Soy como los japoneses que bailan flamenco.

Hablando de interpretaciones o de sentidos, ¿el nombre del álbum tiene algún significado en concreto?
Sí. “Phoenix” hace referencia al ave fénix y es que llegamos a la grabación de este disco después de unos años muy revueltos y llenos de cambios, sobre todo en lo personal pero lo individual siempre trasciende a lo grupal. Así que teníamos la sensación de haber hecho un cambio de ciclo, de habernos cogido de la mano, de haberle prendido fuego a todo lo que ya no tenía cabida y de emprender un nuevo tramo del camino, no necesariamente mejorados o fortalecidos (el fénix no renace en una versión optimizada tampoco), pero sí llenos de ilusión y energía renovada.

O sea, que el trabajo gráfico también está ideado en base a ese concepto. ¿Cómo surgió la colaboración con Claire Tardieux?
Encontramos a Claire a través de un cartel que había diseñado del Paimpol In Rock, un festival donde tocó Sotomonte este año. Y nos encantó su estilo, era perfecto para el artwork de “Phoenix”. Claire supo entender y plasmar perfectamente la esencia del álbum y creó una pieza alegórica cargada de simbolismo.

Volviendo a la cuestión musical, vuestro estreno estaba lleno de canciones con un importante componente sentimental y suponemos que para esta reválida mantendréis una línea similar. ¿Cómo es la labor creativa en Mississippi Queen & The Wet Dogs?
Así es. Nuestras letras suelen girar en torno a vivencias personales, eso no ha cambiado. Y con todo lo que hemos vivido estos años, había material de sobra para escribir. Normalmente las canciones suelen surgir de letras propias y una melodía trabajada y desarrollada primero a dúo (guitarra y voz) y finalmente se lleva la canción ya terminada al ensayo de la banda para arreglarla en conjunto. En este disco hay una excepción, que es “Get Back Up”, que parte originalmente de un riff de guitarra.

En el transcurso del primer al segundo trabajo obtuvisteis, con la canción “Welcome Home”, un galardón en Galicia en aquel fatídico año de cambio de década, habéis participado en unos cuantos festivales y ofrecido bastantes conciertos en distintos formatos compatibilizados con otras bandas paralelas que mantenéis aparte de, por supuesto, vuestras vidas laborales y personales. ¿No es mucha caña o sarna con gusto no pica?
Sí, tuvimos la suerte de ganar el concurso Sonidos Mans en 2020, aquel annus horribilis, que al menos algo bueno nos trajo. Es cierto que participamos en varios proyectos musicales más y que eso, sumado a la necesidad de conciliar con familia y trabajo (porque solo de tocar no vivimos ninguno), a veces genera situaciones un poco estresantes. Yo personalmente siempre me siento en busca de ese equilibrio óptimo inalcanzable cual Indiana Jones y el Arca Perdida (risas).

Por cierto, incluís “Welcome Home” en “Phoenix”, ¿no?
Sí. “Welcome Home” abre el disco. La hemos regrabado con algunos arreglos un poco distintos; a nuestro modo de ver ha mejorado mucho.

Fotografía de Adrián Morote

Y del resto de canciones, ¿qué nos podrías adelantar? ¿O lo tendremos que descubrir por nuestra cuenta en su momento?
Yo invitaría a la gente a escucharlas con atención, entendiendo la letra si es posible, y a ver cómo les resuenan, porque parte de la magia de la música es que una canción escrita por alguien que no nos conoce pueda llegarnos tan adentro o hacernos sentir tan identificadas, como si fuera sobre nosotras. También me encanta que los gustos de las personas sean tan variados y que cada canción de un disco sea la favorita de alguien. Lo que sí diré es que este disco tiene una gran carga personal y que el orden de las canciones está establecido con un enfoque conceptual: “Welcome Home” da la bienvenida al disco tras una larga espera, luego siguen dos canciones conceptualmente más oscuras y la cuarta, “Cold Hands”, hace de bisagra, de cambio de ciclo, renace el fénix y vuela a la segunda mitad, que es luz y amor.

¿Y sobre la banda? Provenís de campos diferentes, habéis funcionado con varios integrantes durante estos años y eso puede ser un freno, debe condicionar…
Bueno, tenemos la suerte de ser dos personas las que forman el núcleo duro de la banda, y con Ander (batería) y Mikel (teclista) llevamos trabajando desde 2018, o sea que tampoco podemos quejarnos. En general, en nuestro nivel y entorno no es raro tener sustitutos para cuando alguien no está disponible en una fecha u otra, porque la mayoría estamos en varios proyectos y a veces se solapan los compromisos, de manera que lo ideal es poder adaptarte a esos cambios sin que te condicionen demasiado. En cuanto a los trasfondos musicales distintos, creemos que, bien canalizados, pueden ser un activo, algo que nos diferencie de otros grupos de música negra.

Contra viento y marea, seguís Aitor y tú que, dicho sea de paso, actuáis como tándem acústico sobre todo por la zona. ¿Qué porcentaje de las versiones que interpretáis te corresponde y cuál se podría atribuir a Aitor?
Si quieres decir cuántas versiones hemos elegido cada uno, casi todas las he elegido yo (risas), pero es normal porque yo escucho mucha más música de este estilo que Aitor. Él sobre todo suele hacer el filtro: yo le propongo cosas y él me dice sí o no.

Sesiones acústicas, conciertos eléctricos; formaciones numerosas o más pequeñas; al aire libre o a cubierto… ¿Hay alguna preferencia o se disfruta por igual?
Yo creo que depende sobre todo de las circunstancias de cada sitio en concreto: de si el lugar es acogedor, de si nos escuchamos bien, de si el público está atento y aprecia tu música o no (esto último es crucial). Entre mis mejores recuerdos en la música hay escenas a dúo y desenchufados para un puñado de personas, hay conciertos en salas oscuras y hay algunos festivales al aire libre. Pero creo que los festivales están idealizados y no siempre son buenas experiencias.

Aparte del coro gospel que compaginabas con Mississippi Queen & The Wet Dogs, has formado y formas parte de otras aventuras, ¿no?
Ahora mismo no estoy cantando en Goizargi Gospel Choir, donde pasé unos años maravillosos, por cuestiones de calendario. Soy corista en Travellin Brothers desde 2018 y este año estoy en otro proyecto de gospel, más clásico, llamado Samaria Gospel Singers. En un par de semanas nos estrenamos, ¡a ver qué tal!

¿Y tus compañeros? Como ya hemos dicho en la banda hay varias naturalezas…
Aitor Zorriketa toca en Quaoar, en Aguanieve y también acompaña a Vittersweet (tres estilos totalmente distintos, jajaja); Ander Alonso toca en The Half Nelsons y también a veces con Vittersweet; y Mikel Núñez, que es más jazzero, toca con Irati Bilbao y tiene un cuarteto de jazz, Xahu, cuyo bajista, Jon Ander Amigo, ha entrado a tocar con nosotros también este año. Desde aquí aprovecho para darle la bienvenida a la jauría de perretes mojados.

Entonces, ¿podríamos considerar Mississippi Queen & The Wet Dogs una especie de bisagra?
Esta banda es, desde luego, el punto de encuentro de un buen puñado de personajes variopintos, con taras distintas pero compatibles.

Fotografía de Adrián Morote

Por cierto, en hemos comprobado en “I Found A Love” que contáis con colaboraciones especiales. ¿Habrá en ese aspecto alguna sorpresa más?
Además de varios momentos de coros potentes en el disco para los que llamamos a cuatro de nuestras voces favoritas del panorama vasco como son Noa Eguiguren, Lide Hernando, Iñigo López y Leire Aparicio, y aunque hemos contado con el trabajo de Jon Carranza al bajo durante casi todo el disco, la canción “NYC” fue grabada por Gabriel León Rosas, más conocido como Gabo Brown, al contrabajo.

El soul tiene cantidad de intérpretes que han creado escuela, y aun sabiendo que quizá pidamos un imposible, ¿te arriesgarías a insinuar un hipotético pódium, aunque mañana dijeras otro?
Pues mira: Aretha Franklin, Amy Winehouse e Irma Thomas.

¿Cuáles son las principales diferencias, si las hay, entre “Try Me” y “Phoenix”?
“Phoenix” es un trabajo más maduro. Frente a la frescura un poco naïve de “Try Me”, “Phoenix” tiene un sonido más trabajado y desarrollado (son años ya tocando juntos). También incorpora algunos estilos nuevos, como el country de NYC, o la nana a dúo que cierra el álbum, “Song For Silvia”. Por lo demás, creo que seguimos una línea de amalgama de estilos de música de raíces americana con toque personal más moderno bastante similar a la de Try Me.

Si crees que hemos olvidado algo importante, este es tu espacio.
Solo añadiría que la primera fecha de presentación de Phoenix es el 30 de noviembre en el Kult Parnasoa de Gernika y que la presentación en Bilbao será el viernes 7 de febrero en Bilborock, así que guarden la fecha, por favor.

De nuevo, gracias por tu tiempo. Nos vemos en el camino.
Gracias siempre a vosotros por acompañarnos.

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