Mañana arranca la gira europea de Marcus King en La Riviera de Madrid y en veinticuatro horas, siguiente parada en la Sala Apolo de la Ciudad Condal. Recordamos cuando apareció la noticia allá por el mes de febrero. La gente comenzaría a lanzar un sinfín de aleluyas al cielo y muestras de absoluto entusiasmo, puesto que, pese a su juventud, es un curtido artista de gran poder de convocatoria que hasta ahora no se había acercado por aquí, si bien ya había sellado el pasaporte por el viejo continente con anterioridad. Durante los años que lleva en el circuito, en varias ocasiones se había especulado con la posibilidad de su presencia ya fuera en salas o en algún consagrado festival pero no pudo ser, con lo cual sus fans debían hacer encaje de bolillos para acudir a alguno de sus shows en diferentes ciudades europeas. Hasta hoy, o mejor dicho, hasta mañana.
Muestra inequívoca del interés que despierta esta gira promovida por la agencia Live Nation es la velocidad con la que los tickets de ambos conciertos se iban vendiendo, estando a estas horas agotado el papel en Barcelona mientras en Madrid parece ser que todavía quedan unos pocos billetes disponibles. Además, se anuncia un set acústico de Marcus previo al concierto en el que presentará “Mood Swings”, acrecentando aún más el apetito por descubrir los secretos de un elepé que por lo visto, leído o escuchado no ha obtenido un consenso similar a sus anteriores trabajos. Bajo nuestro personal e intransferible punto de vista, es un disco audaz y valiente de un tipo nada anquilosado, un tipo que explora e intenta forjar su propio camino. Un asunto delicado este de los virajes. Un punto de controversia y seguramente, el quid de la cuestión.
¿Qué sucedería en caso contrario, si continuara componiendo bajo similares fórmulas? Probablemente saldrían de su madriguera las comadrejas hablando de comodidades o pseudo indolencias. ¿Qué problema hay en investigar, en variar, en probar distintos modelos? Seguramente no, salen las comadrejas de sus madrigueras y con sibilinos argumentos cuya base es tan minúscula como la punta de un alfiler, desdeñan el trabajo artístico de un tipo cuya única finalidad es progresar en la vida y cumplir el sueño de aquel chaval que, con ocho años de edad, cogía la guitarra emulando a su padre y abuelos. Un chaval que ha trabajado con Warren Haynes, con Chris Stapleton, con Dan Auberbach o con Rick Rubin, ha sido nominado al Grammy, llenado todo tipo de recintos o grabado cinco estupendos discos rebosantes de blues, rhythm and blues, soul, rock and roll, groove, destellos country o ecos de jazz, no es ningún trilero. Más bien todo lo contrario. En bastantes ocasiones hemos mostrado nuestro afecto sobre Marcus en este espacio y lo seguiremos mostrando caiga quien caiga, contra viento y marea o simplemente, porque nos apetece. Como le apetece a toda la gente que va a reventar La Riviera y la Sala Apolo el jueves y el viernes.
La gira europea de “Mood Swings” de Marcus King se iniciará en las salas antes mencionadas:
17 de octubre en Madrid, La Riviera
18 de octubre en Barcelona, Sala Apolo
