Viernes 10 de noviembre de 2023 en Sala Universonoro, Palencia
Deseábamos que llegase el momento, habíamos pensado mucho en ello, éramos conscientes que tarde o temprano los de Muriedas tomarían camino hacia su templo en la capital palentina. Universonoro es su casa, simplemente era cuestión de ver una fecha señalada en el calendario. Y claro que al final llegó, pero no cabe duda que a todas las partes nos hubiese gustado encontrarnos mucho antes. Su última visita fue allá por el 2016, mucho tiempo para una banda muy querida por estos lares. En su anterior visita coincidió con el bautismo en las baquetas de Javi Arias, y ya por entonces nos sorprendió gratamente. Me comentaba Hendrik que era seguidor de la banda, y que ya en el primer ensayo llegaba con los temas interiorizados al dedillo, nada podía salir mal pues. Y en esta visita ya de 2023 la novedad era a las 4 cuerdas, Sergio “Tutu” Rodríguez, que ya formó con la banda en épocas anteriores.
La incesante lluvia hizo que la afluencia se retrasase, nada mejor para aumentar nuestras ganas. Salimos antes de las tareas laborales y acudimos a Universonoro raudos a más no poder. Saludos en barra, y al poco aparecen los protagonistas de la noche. Todo listo, pillamos sitio a pie de escenario, y mis nervios a flor de piel. ¡Los cántabros son una de mis debilidades! Cerca de unas 80 personas, rostros conocidos y esto da comienzo. Un gran ambiente que hacía presagiar una gran noche. Hendrik se cuelga su preciosa Telecaster y uno ya es consciente de que está ante uno de los grandes, la misma sensación tuve frente a Walter Trout o a Willie Nile. Una primera terna de temas como “Qué podríamos”, “Saluda”, “Magia” o esa canción con vida propia que es “Buenos Tiempos”, con una melodía increíble, arrebatadora, un clásico que siempre suena celestial. La sala comenzó a entrar en calor y a perder esa timidez del comienzo, y banda y público ya eran uno solamente. “Discotheque Breakdown”, otro de los momentos destacados, siempre cala hondo, pegadiza y resultona a partes iguales. Y donde esa chulería de Hendrik en los textos aflora de forma inmediata. Bailes y algarabía en las primeras filas, Universonoro ya era un auténtico hervidero de rockandroll.
No en vano estamos ante una banda legendaria, y que lleva ya a sus espaldas temas que ya son historia dentro de este mundillo. “Menudeo” fue otro de los instantes gloriosos, sección rítmica sosteniendo a las mil maravillas, y Hendrik a lo suyo, masterclass en toda regla a las seis cuerdas. Explayándose de forma bestial, demostrando que es un auténtico jefazo. Nos preguntaba Hendrik si el rock ha muerto, y qué va, como se encargaron de demostrar en “Hey Gente” otro pildorazo conciso y directo a nuestro cerebro. Un privilegio poder disfrutar de una banda como ellos, el día a día cobra sentido con noches como la que vivimos. Felicidad absoluta y pilas repletas para unos cuantos días. Pero aún faltaban momentos eléctricos, digo más bien… “Horizonte eléctrico” un tema de esos de cantar a grito pelado, melodía y guitarreo pata negra se fusionan para alcanzar un himno de los de Muriedas. Y de nuevo Hendrik reclamando, ¿hay algún médico en la sala? Desde luego que no podía finalizar la noche sin otro de sus grandes clásicos, la descomunal y adictiva “Soy un hombre enfermo”. No pasan los años por ella, y al primer acorde la sala incorporándose a los coros. Por último quería agradecer a Universonoro (Palencia), por volver a confiar en todos estos chalados amantes del rockandroll, y obsequiarnos de nuevo con una de nuestras bandas de cabecera. Fuimos afortunados, era una cita ineludible, y recibimos esa dosis tan necesaria de grasa saludable. Y lo que nos queda, como bien decía “nuestro” Hendrik. Base rítmica demoledora y un genio a las seis cuerdas sobrado de talento, carismático como pocos, y que se mostró casi más sublime que nunca. Gracias por existir, Hendrik Röver.

