Los Deltonos: “Mueve!” | GR76


Un nuevo disco de Los Deltonos siempre será bien recibido, y siempre será, aparte de un número más a añadir en su prolífica carrera, un motivo más de satisfacción para la legión de fans distribuida por los cuatro puntos cardinales. Tampoco nos vamos a poner ahora exquisitos aportando datos, fechas o guarismos, porque la carrera de estos tíos en sus variadas formas incluso formatos es bastante extensa en cuanto a conquistas o títulos, y la verdad, su historial es sobradamente conocido… o debería serlo, ya que la banda cántabra es uno de los estandartes del rock hispánico de finales del veinte y principios del veintiuno. Para estudio sus prácticas, sus analíticos predicados y sus beligerantes oficios. Además, el ideólogo de este invento no es otro que el ínclito Hendrik Röver, artesano y currela del rock and roll en cuyo currículum podemos encontrar, aparte de sus formaciones oficiales y una expeditiva aventura en solitario, multitud de artistas que han recurrido a sus servicios y a GuitarTown Recordings, su laboratorio en Muriedas (Cantabria), así que como dice el acervo popular, algo tendrá el agua cuando la bendicen. Que bien mirado, y entre nosotros, no es un proverbio al que guarde demasiada simpatía, pero cuadraba.

Para esta nueva tentativa, Los Deltonos volvían a alinearse como terceto después de varios años funcionando como cuarteto, si bien estas alternancias ya eran evidentes en la grabación del directo “Ho Ho Ho” que recibiera el año pasado tan buenas calificaciones entre prensa y público. Javi Arias seguía en los tambores mientras un viejo conocido como Sergio “Tutu” Rodríguez volvía al redil aportando las cuatro cuerdas, retomando así al impulso original en cuanto a la unidad y un sonido más orgánico como queda reflejado en el arranque que por cierto, es la canción que cede el título al elepé: “Mueve!”. Algo más que un simple consejo. Un propósito. Un estímulo, hasta un rapapolvos por aquello del estribillo, y una especie de autoafirmación. Si ellos exclaman mueve, nosotros sugerimos su audición y consecuente reflexionado, pues el inicio resulta prometedor. A partir de aquí se sucederán todos los acentos de origen americano que son seña de identidad del conjunto montañés, fusionado contundencia y elegancia al tiempo que recuperan cierto equilibrio en la disposición de las propias canciones. No deberíamos olvidar, por cierto, que las canciones son el verdadero fundamento de Los Deltonos y por ende de su compositor, el señor Röver que se vuelve a doctorar demostrando, aparte de su sarcástico humor, su gran capacidad como creador e instrumentista.

Y sus compañeros no le van a la zaga, porque el tándem trabaja a pleno rendimiento machacando cuando se requiere (“Tu Martillo”), imponiendo autoridad (“Aquí Estaré), atemperando ánimos (“Cuando Éramos Hermanos”) o  revolucionando al personal en una canción que, al contrario de su enunciado, podríamos decir que es suficientemente clarividente en su exposición y constitución: “Porque Dudaste”. Junto y sin tilde. Conjunción. Condicional. Y a continuación, “Pedagogía”, amena melodía a golpe de slide y preciosos coros surgidos de Laurel Canyon o soplos emparentados con la British Army que de alguna manera establecen la pluralidad de recursos utilizados teniendo en cuenta que, después de la dulzura, llegará la sacudida con “La Reina Del Adiós”. Incisiva, rotunda, directa y muy, muy contagiosa porque en su desarrollo cada uno de los implicados mantiene un duelo con el otro, el otro con el tercero y este con el primero. Esfuerzo y compenetración, rasgos característicos de la formación aparte de sus reputados shows, of course. Valga como ejemplo la reciente publicación del ofrecido en la localidad alicantina de Elda, en el denominado Fillmore Huertano, con lo que “Mueve!” figura en la penúltima posición. Vale, sí. Está fechado en marzo y en estos instantes deberíamos sobrellevar el otoño, pero…

Pero la vida va marcando sus propios rumbos o colocando los tan temidos grilletes que nos inmovilizan o cuanto menos frenan nuestras voluntades. En el terreno musical, no solo quedarían maniatados en ese inquietante paréntesis Los Deltonos. Los dedos de ambas manos no son suficientes para enumerar los olvidos y la cabeza… Bueno, la cabeza cada día más caduca y plateada. La cosa es que debíamos retomar quehaceres postergados que no podremos atender en su totalidad por falta de tiempo, porque quizás sea inadecuado por la demora, por desempeños varios o simplemente porque tenemos demasiado respeto a la escritura. Sin embargo, alguno podremos retomar, cómo no. Y nadie mejor para ello que los cántabros. Conste que no son “Disculpitas”, ni mucho menos. Pero como antes nos ha sucedido, cuadraba. Tanto como la retórica de Hendrik Röver y la magnitud de cualquiera de sus filiaciones, tanto como distintivos bluses tipo “Aquí Estaré”, expeditivos rocanroles como “Menudeo” o evocadoras melodías como “Cumpleaños” o “Ciencia”, psicodélico razonamiento barra postulado sobre algunas de nuestras propias preguntas, nuestras incógnitas o sofismas. Bueno, seguramente sea una interpretación personal, así que debería escucharla para emitir su opinión, puesto que no nada hay mejor que estar en el momento adecuado cuando se es necesario como, por cierto, dice otra de las canciones de “Mueve!”. Así, sin más… Los Deltonos.  

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